A mediados de junio mis cámaras registraron a la castaña entrando al vestíbulo con su equipucho de detectives a toda marcha.
Le había llegado la hora a Aloncito.
Ese tipo de programación no es frecuente así que recliné mi cómodo asiento y seguí la acción a través de las pantallas. Me hubiese gustado tener acceso tras bambalinas y ver la reacción de Vera al enterarse que dormía junto a un asesino.
Y todavía más, si supiera que este hotel está plagado de ellos.
El arresto me lo perdí, —por inaccesibilidad de las cámaras—, pero presencié como se lo llevaban esposado. Espero que se haya divertido, porque no lo hará en mucho tiempo.
Tal vez nunca más
Y siguiéndome las pisadas, a la semana del arresto hallaron unas cuantas victimas extras. Es irónico, porque si Alonzo hubiese continuado dejándolas bajo tierra se habría salido con la suya.
Pero se le ocurrió dejarlas en el río y su libertad se fue flotando con ellas.
Las malas decisiones nos acompañan en cada paso que damos, es lo normal. Vean a Alonzo, a Logan, al tipejo del avión, incluso a mí. Pero que la parejita se uniera con todo y formalidades era rozar la estupidez.
Había estado orquestando el gran acto final desde hace mucho, eso solo lo apresuró. Pero no podemos pasar a él sin las escenas previas.
Sería como empezar a leer un libro por la última de sus páginas.
Ilógico
¿Recuerdan a mi queridísimo amigo Chris? Seguro están ansiosos por saber cómo acabó, y estoy encantando de hacerles los honores.
Ese fue el inicio del temible e inevitable final.
Con él quise experimentar un poco, infringirle dolor, pero no del físico, está demasiado sobrevalorado.
El terror psicológico es mucho más excitante que unos cuantos golpes, me adentré en su habitación poco después de medianoche, estaba tumbado tan inocente en su cama, claro, nadie se espera que entren a su habitación de hotel para matarlo.
Más simple, nadie se espera que entren siquiera a su habitación.
Aproveché su estado y lo esposé a los laterales de la cama —no mal piensen —, mis planes jamás surcan esos horizontes. Estaba tan rendido que ni se enteró cuando le coloqué la cinta en la boca. No podía arriesgarme a que soltara algún sonido, fuera o no una palabra.
Lo mantuve así unos días.
Quería que experimentara ansiedad, terror, todo eso y más. No puedes llegar a un sitio, destruir todo, e irte como si nada.
El pobre se encontraba en tal estado de nervios que no se halló y se aventó por la ventana hasta la piscina. Un terrible accidente.
Un «Lo siento» iba en su bolsillo, espero que el agua no lo haya degradado demasiado. ¿Quién lo diría? Todo un asesino en serie, con un sello incluido y todo. Lo hilarante es que ni siquiera eso fue lo me condujo al final.
Ese doce de septiembre fue más movido de lo que había previsto, el lobby del hotel se abarrota ante eventos de esa índole, parece un sitio totalmente diferente. Ni siquiera se alcanzaba a ver el brillo del mármol.
Todo el bullicio buscaba respuestas, intentando dar solución a un problema que ni siquiera estaba bien planteado. Yo por mi lado, estaba ajustando los detalles de mi próxima jugada.
Los zapatos de Dallas hicieron gran parte del trabajo, el medio perfecto para enterarme de que venía al hotel sin Vera, qué mejor oportunidad.
Con él no me apetecía seguir con los suicidios, no tenía nada de lo cual disculparse. Así que empleé una de mis soluciones favoritas, el ácido prúsico, sí. Gas cianuro.
No saben lo cruel y silencioso que ataca, va consumiendo el oxígeno a su paso, secando los tejidos y arrebatando hasta el último aliento de su víctima. Dramático y desgarrador, eso si iba bien con Dallas.
Lo esperé en su habitación, lo vi entrar —ni se percató de mi presencia, es increíble lo mucho que la gente confía en su soledad —, e irse directo al cuarto de baño.
Ya tenía resguardados mis pulmones con la máscara antigás y vacié dos capsulas llenas del ácido. Una de sus ventajas es que es tan volátil, que cuando finalmente se dispersa no deja ningún rastro.
El hombre tardó más de lo que creí pero finalmente salió para el gran debut. Por más que hubiese intentado huir ya era tarde, ¿cómo detienes el aire? Imposible. Solo era cuestión de tiempo para que sus alveolos dejaran de necesitar oxígeno.
—Matthew Dallas, un placer enfrentarte por fin —comenté extasiado al notar su incredulidad por el humo.
—¿Qué? ¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí? —habló entre la tos, con el gas apoderándose de su garganta.
Encendí la lámpara de mesa y trastabilló por el repentino cambio de luz.
—¿Yo? —reí sarcástico, pobre ingenuo —No debería importarte eso, deberías preguntar qué es lo que circula por tus pulmones en este momento.
Sus ojos se abrieron en sorpresa al reconocerme y al unir los puntos.
—¿De qué hablas?
Sonreí cuando lo vi cubrir su nariz, eso no bastaría, chisté con un aire de gracia.
—Oh, Dallas no seas ingenuo. Solo una máscara como esta puede evitar la inhalación —dije señalando mi rostro cubierto en su mayoría por el artefacto.
—No puede ser, ¿por qué haces esto? ¿Qué te hizo vera? —carcajeé con tantas ganas.
—Todo y nada, lamentablemente —suspiré —Escogí una forma bastante sutil de matarte, considerando mis otros métodos claro, porque sé lo importante que eres para ella no te haré sufrir demasiado.
»Lo irónico es, que es la misma razón por la que debo matarte.
—Maldito demente, no te saldrás con la tuya.
—Ya lo veremos —rebatí yendo hacia la puerta —Pero alégrate, ¡Veras a tu mami!
Estaba a punto de irme, pero un detalle extra no hacía daño.
—Y no te preocupes, me encargaré de despedirme por ti —aseguré jocoso.
Con eso me fui, no necesitaba quedarme a ver. Caminé por el pasillo, bajé en el ascensor y crucé el lobby, con una energía tan renovada que esa noche no pude pegar el ojo.
Excelso
Todo resultó tal cual lo planeado, pero ¿nunca les han dicho «No celebres antes de tiempo»? Pues es un buen consejo.
TTTTTTTT
Espacio de autora
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¿Por sangre o elección?✔️ [COMPLETA]
غموض / إثارةEl puente entre el blanco y el negro es frágil, la mayoría vive inmersa en el colorido intermedio tomando de cada extremo cada que lo amerita. Pero hay quienes encuentran comodidad en uno de los polos. _ _ _ Su...