19. El gran acto final

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Los catorce días posteriores al suceso fueron un tremendo caos, el hotel estaba revolucionado, ya eran tres cuerpos en las instalaciones. Dos de ellos el mismo día, era demasiado para un hotel vacacional.

De la castaña no había ni rastro, si acaso salió dos veces de su recamara, y fue para recibir el servicio de habitación. Al menos fue así hasta el tercer lunes del mismo mes, cuando salió con una mirada decidida en el mismo nivel de devastada. Su gabardina era prueba de que volvía al trabajo.

Sinceramente creí que regresaría a Cleveland después de todo, pero siempre lograba sorprenderme. No todos manejan las emociones de igual manera, miren quien lo dice, ni siquiera siento. Muchos títulos al respecto no tengo.

Algo en su semblante me dijo que estaba cerca, cosa que siendo sincero no me importaba en lo absoluto. Su rutina por los dos días siguientes fue, salir muy temprano sin desayunar y volver ya caída la noche. Al menos hasta la tarde del miércoles.

23 de septiembre de 2020

La vi llegar con uno de sus simios uniformados como acompañante, ambos desprendían unas ganas arrolladoras de encontrar algo.

Los seguí en las pantallas hasta la antigua ala de Dallas, tenían un sospechoso unas cuantas puertas antes, pero tras observar su conversación de pocos minutos, volvieron al ascensor.

Descartado

Casi escuché mi nombre por los megáfonos, el siguiente sin duda era el increíble encargado de cámaras. Así que guardé lo importante donde dije que lo haría antes de abandonar mi puesto.

Accioné el artefacto esparcidor —de gas butano —, antes de salir. No se aquejen, en la medida correcta solo produce somnolencia, alucinaciones y pérdida del conocimiento, demos gracias a que sé lo que hago.

No querríamos que muriesen por asfixia, al menos no Vera, por el otro qué más daba.

Días atrás había instalado cámaras propias dentro del cuarto de cámaras —irónico —, y en mi suite. Estas si tenían audio, necesitaba preservar todos los detalles.

—Conversación grabada en el cuarto de cámaras—

—Que raro, el gerente dijo que siempre estaba aquí.

 Ambos entraron, ella encendió la luz tras unos segundos y el plan dio inicio.

  —Vera… 

  —Oficial. 

—Fin de la conversación—

~•~

Media hora más tarde se removió en el suelo, por su gesto debía dolerle la cabeza. Es uno de los efectos secundarios del butano.

—Mira quien despertó.

—¿Quién eres?

—Buena pregunta, ¿quién soy? Lo mismo han preguntado todos los que han muerto ante mí. ¿Interesante, cierto?

—Muéstrame tu rostro, quiero ver al demente que ha hecho todo esto.

¿Por sangre o elección?✔️ [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora