¿Por sangre o elección?✔️ [COMPLETA]

17. Demonios dormidos

El control se aprende a gestionar con los años, con los tropiezos y los aciertos.

Muchos llegan a cierta edad sin saber manejar sus demonios, y esto se acentúa cuando tratan continuamente de mantenerlos ocultos. No puedes pulir un diamante que no has descubierto.

Tan simple como eso.

Por mucho que se intente, a veces es más complicado que hacer una simple elección. Eso lo descubrí en el primer año en Farlow.

La profesora de ética —tan rebuscada como era —, nos asignó un proyecto. Debíamos exponer la realidad sincera sobre algún tema de controversia.

¿Y qué mejor que la psicopatía?

Ya conocía algunas cosas gracias a las interminables lecturas que había realizado hasta la fecha, sin embargo me faltaba pulir muchos detalles. Por ello di con el mejor psiquiatra de la ciudad, y con lo que había ahorrado en los trabajos pagué unas cuantas sesiones con él.

Costoso en el mismo nivel de eficiente.

Y como embajador del proyecto mi objetivo era desmentir los mitos sobre el tema elegido, mostrar los recovecos que pocos tenían la gallardía de narrar y claro, crear cierta conciencia general.

«Psicopatía vs. Sociopatía»

Ese fue el título que me aseguró otra mención honorifica a mis veinte.

La confusión entre dichos términos es más común de lo que creen, porque si bien ambos son trastornos de la personalidad, albergan entre sus cualidades características que te permiten saber con qué estas tratando.

La sociopatía en su definición te habla de un trastorno adquirido o desarrollado, mayormente asociado al entorno en el que se desenvuelve el individuo. Puede mantenerse bajo control a base de regímenes medicinales, pero a pesar de esto, suelen ser impulsivos y arriesgados.

En cambio, la psicopatía es construida por una interacción de factores genéticos, neurobiológicos, socioculturales y de aprendizaje conductual. Es decir, que para adquirir este diagnóstico no basta con crecer en un entorno difícil. Los individuos que acarreamos con ella, nos vemos motivados por el control, el narcisismo y la manipulación. No vamos por allí siguiendo impulsos.

Y eso solo es un poco de todas las bases en las que fundamentamos el trabajo, junto con el doctor presentamos pruebas fiables al respecto, y no hizo falta elegir sujetos de prueba.

Bastó con mi persona.

El doctor Charles dio un vuelco a mi perspectiva sobre los psiquiatras, la diferencia era abismal entre él y Phillips.

Una de las pocas personas que mantuve cerca al pasar los años, incluso con sus intentos de ayudarme a ser una mejor persona. No he perdido el contacto, de vez en cuando una plática es esclarecedora. Sobre todo cuando aún hay asuntos pendientes entre los dos.

Pero volviendo al meollo, así como yo descubrí el diamante y decidí pulirlo desde muy joven. Existen personas que prefieren conservar esos demonios dormidos, ya sea porque no han sido empujados lo suficiente hacia el abismo del negro o porque simplemente se esconden detrás de la cobardía del «podría fallar».

Es común en los asesinos en serie comenzar su carrera después de la adultez, cuando ya tienen vidas estructuradas, donde sus cercanos jamás los creerían capaces de hacer esas atrocidades. Son personas que perdieron la batalla contra su monstruo interno, y a diferencia, yo no la perdí. Yo hice una tregua.

Pero Alonzo DeLuca es un claro ejemplo de esa estadística. Fue abatido en una guerra para la cual no estaba ni remotamente preparado.

Veo más complejo soltar riendas cuando ya tu entorno gira programado, pero al parecer algo detonó esa calma, quizá fue la libertad de estar en un país diferente, quién sabe. Pero al verlo a través de esas pantallas lo supe.

Cuando pasas todo el día tras monitores, empiezas a detallar los disimulados patrones de los huéspedes que cruzan los pasillos como si fuesen suyos. Como una serie sin renovación de reparto.

La pareja DeLuca lucía como toda una revista de esas pomposas en los aparatajes de tiendas idílicas; risueños, coquetos, y a pesar de la seriedad del marido se apreciaba ese cariño conyugal.

Al menos eso fue lo que observé las primeras semanas. Todo cambió de manera progresiva, pequeños gestos, reacciones, conductas. Hasta que las cámaras no grababan a una pareja, sino a un simple hombre de mirada pérdida y una joven llena de incógnitas.

Pero sin duda, era mejor aquel panorama. Porque lo que vino después fue el clavo en mi teoría. La ausencia de aquellos rizos dorados y una chispa en aquellos ojos maduros.

Algo había pasado.

Y si el resto hubiese centrado su atención en los detalles también lo habrían descubierto, mucho antes de todo lo que aconteció.

Las escabullidas a altas horas de la noche, su semblante al volver, esa mirada nerviosa y llena de adrenalina que solo se consigue después de hacer algo indiscreto.

Me vi en su reflejo, solo que esa inexperiencia de mi adolescencia él la acarreaba a sus treinta. Le importaba en lo más mínimo las consecuencias, solo quería liberar toda esa tensión.

Y mi teoría se solidificó.

Los noticieros sacaron a la luz los secretos que poco se había preocupado en esconder, anunciaron tres víctimas, pero por lo que había visto todas esas semanas, estaba seguro de que eran más, al menos tres pero por semana.

Y si eso fuese todo, pero no. Con marzo llegó una pandemia que arremetió contra la vida del planeta, supongo que entre tantos buscando su protagonismo, la madre naturaleza no quiso quedarse atrás.

DeLuca descubría, la madre naturaleza destruía y yo, bueno, yo me encargaba de los cabos sueltos.

El pobre no tenía madera para esto.

—Yo... lo siento, yo no quería que eso pasara. N-ni siquiera sé por qué lo hice…

En esas palabras talló su fin, cuando ejecutas acciones tan radicales como envenenar a alguien, el arrepentimiento no es bienvenido. Solo te hace más vulnerable y frágil. Y en otra situación no me habría ni rozado las narices, pero ella estaba en medio de su huracán de emociones.

No podía permitirlo

No es digno de alguien con esos pensamientos el rogar, ¿en serio? Le ruegas a un Dios al que le has pintado una bien grande.

Me pareció oportuno dejar otra nota junto a la terrible escena de su suicidio. Muy común últimamente ¿no?

Vaya año interesante y ni siquiera habíamos llegado a la mitad.

TTTTTTTT

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