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Brisbane, Queensland

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Brisbane, Queensland.

Aquella japonesa ya había pisado las tierras natales del joven pelinegro que tanta alegría le daban. Sus ojos brillaban, el cielo estaba verdaderamente despejado con un color azul bastante cálido.

El australiano miraba con esplendor a la pequeña japonesa, mientras ella quedaba perpleja por aquellas vistas que Brisbane le brindaba con muchísimo gusto; había quedado enamorada de la ciudad Brisbane.

Comenzaron a caminar hacía la parte principal del aeropuerto, donde los padres de Jake los estarían recibiendo. Al igual que algunos amor.

— ¡Mamá, papá! —Habló Jake felizmente en Ingles.

La japonesa ya sabía ingles, estuvo en cursos cuando apenas tenía 3 años de edad.

— ¡Hijo! —Respondieron los padres al unísono.

Los tres se abrazaron felizmente, mientras algunas lagrimas se deslizaban en sus mejillas.

La japonesa sonrió, era motivadora la escena, amaba la relación del australiano con sus padres; ella saludó felizmente a los padres del australiano con una pequeña reverencia como en Corea era costumbre por respeto y educación.

— Eres hermosa pequeña. —Aduló asombrada la madre del australiano.

Ella se sonrojó un poco, haciendo que el pelinegro rieran de la ternura junto a su mayor.

— Ven, te presentaré a mis hermanos y amigos. —Avisó el australiano para tomar su mano y guiarla.

El pelinegro guío a la japonesa a un grupo donde habían cinco jóvenes; dos chicas y tres chicos.

— Ella es mi hermana, Shim Samantha. —Presentó a su hermana.

— Un gusto kobayashi Ame. —Se presentó ante la hermana del australiano con una pequeña reverencia.

— El gusto es mío pequeña. —Sonrió.

Procedió a seguir presentando a los demás amigos.

— Él es Heeseung, mi mejor amigo. —Lo presentó y ella asintió.— Él es Sunoo su primo y el mejor amigo de mi hermana, ella es Lia la mejor amiga de mi hermana y por último y no por menos importantes. —Mencionó.— Jay un casi hermano para mi.

— Un gusto a todos soy Kobayashi Ame y vengó de Japón. —Se presentó e hizo una gran reverencia.

Todos se fueron hacía donde sería su estadía en una gran camioneta por la cantidad de personas que eran. Durante el camino Ame pudo conocer y hacer amigos; especialmente se había relacionado mucho con el estadounidense.

Ambos eran fan del anime, de los deportes, adictos a las compras y a la moda, aparte de ser muy sobreprotectores con lo suyo. Pero muy dulces de corazón y honestos siempre.

— Jay-ah —Llamó la menor.

Esté la miró y asintió esperando la pregunta.

— Me agradas. —Sonrió mientras sus ojos rasgados se volvían más pequeño.

Le hacía bien saber que fue recibida de manera bonita y no como ella se lo esperaba.

[. . .]

1 semana. 

Aquella pelinegra tenía una semana sin estar al lado del castaño. 

Cada vez se sentía como en su pecho había un gran vacío, se sumergía en sus propios  pensamientos, aquellos sentimientos que lo hacían más débil. 

¿Por qué se dio cuenta tarde? Pensó ciertas veces. 

Su aire se había vuelto sin darse cuenta, las ilusiones de amar y ser amado fueron tantas, que se enfocó mas en amado, cuando ella lo amaba con todo y defectos. La voz del castaño se volvía más entrecortada, su madre estaba triste por verlo en ese estado.

Aquella chica, Annie.

 Ella, Intentó sacar la dependencia emocional que el castaño tenía por Ame, pero fue en vano, cada vez se aferraba más a ella, mientras ella estaba cayendo en cuenta que sin él podía vivir mejor. El dolor aumentaba más para aquel japonés, que con desesperación gritaba con él. 

Repetía siempre lo mismo. 

Necesito tu amor, quiero tu amor.

Con su mano en el pecho, dándose golpes para calmar la sed de su amor y de sus ráfagas de alegría que tanto alegraban sus días. Su sonrisa, aquella que siempre fuer la dueña de los pequeños suspiros. 

Él seguía con la carrera de fotografía, pero también iba a un conservatorio, a bailar, practicar cantó y más. Para calmar un poco la ansiedad inmensa que tenía, mantener su mente venenosa distraída, algo que se puede observar a simple vista. 

Necesitaba de ella.

Sus dolores de cabeza se hicieron constante en las tardes, sufría de jaqueca y de insomnio apenas el reloj marcaba las doce. Tenía frío. 

Quería su calor. 

De un momento a otro ya había amanecido, ya estaba pegando el sol fuertemente en su ventana. Dedujo que eran las 10 de la mañana por tan fuerte que pegaba el sol en la ventana. 

Retiró las cobijas que en su cuerpo se posaban para levantarse, y encontrarse con un espejo que quedaba justamente al frente para verse como él estaba de demacrado. 

— ¿Cómo acabé así? —Se preguntó así mismo. 

Estaba viendo borroso por las lagrimas acumuladas. 

— Si tan solo no fuera sido terco y te hubiera aferrado a ti, fuéramos felices. Tanto tiempo que me amaste, yo, como tonto ahí hablándole de alguien que no me amaba como ella. —Culminó su hablar, para luego comenzar a romper en llanto. 

Su madre escuchaba sus sollozos desde la sala, mientras ella quiso llamarla. 

Quiso llamar a Ame. 

Alo? —Habló Ame desde la otra línea. 

Ame, necesito contarte algunas cosas que me preocupan.


¿Pasó algo con Riki? —Preguntó preocupada.

Riki... Desde que tú te fuiste, no ha estado comiendo bien, ni durmiendo bien y se la pasa todos los días desanimado. No sé que hacer —Contó llorando.

Ella se quedó callada, para seguir escuchando a la madre preocupada.

Mi niño, te extraña. —Dijo.— Se dio cuenta demasiado tarde que te amaba y ahora quiere remediar, pero, su mentalidad y sus malos pensamientos días día lo abruman. De verdad te ama, solo que, no se dio cuenta en el momento en el que te fuiste, mi niña. 

Esas palabras hicieron que las lagrimas de la castaña brotarán y se colarán por todas sus mejillas. Ella con todo dolor y sin dar seguridad, dijo. 

— Yo volveré por él, quiero su seguridad y su felicidad, pero, no sé cuando llegará ese momento. Sufrí mucho por solo verlo feliz con alguien más, sufriría más viendo que él sufre por mi, porqué me llena de culpa y resentimiento. Dile que siempre lo amaré, que jamás a nadie amé como él. Que gracias a él amé el verano, la primavera y el invierno, que él siempre fue mi lugar seguro; dile que gracias por todo lo bonito y que él siempre será lo mejor de mi vida. —Culminó mientras soltaba un leve sollozo, para luego colgar.

La madre del joven castaño pudo notar el sufrimiento de la castaña de ante manos. Era verdad, ella sufrió más que lo que él está sufrimiento, pero también está sufrimiento por el hecho de él esté así por su culpa.

...

XXX: — El joven Riki, ¿no cree que está sufriendo demasiado? —Cuestionó.

Destino: — Lo está haciendo, se está arrepintiendo de sus errores. Tal vez me haga cambiar de parecer. —Confesó.   

XXX: — ¿Y Jake? 

Destino: Peleará por su amor, él no la quiere hacer sufrir como Nishimura lo ha hecho. Por eso lo elegí a él por una parte y por la otra también. —Dijo mirándolo.

Esperó que la cuides bien, Jake.











Pequeña, este capítulo es editado.
Me quedó corto el capítulo de anoche
lo que hice fue agregarle algo 
que ya lo tenía pensado
Lxs amo<3

𝙄𝙣𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙮 𝙇𝙤𝙫𝙚. [𝙉𝙞𝙨𝙝𝙞𝙢𝙪𝙧𝙖 𝙍𝙞𝙠𝙞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora