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1 año

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1 año. 

Había pasado un largo año, donde aquella conversación había destruido completamente el corazón del pelinegro. 

La japonesa seguía con el australiano, ellos se veían verdaderamente felices. 

Ame, se había vuelto nuevamente las cosas, luego de los percances que el pelinegro había tenido con ella, finalmente ambos pidieron disculpas por sus comportamientos inmaduros.

El novio de la pelinegra ahora mismo se encontraba en un avión que se dirigía a Okayama, ya que había tomado un inesperado viaje a Tokio. 

Ella fue para la empresa como había sido rutina, encontrándose nuevamente con el japonés. 

— Riki! —exclamó la japonesa feliz para luego irlo abrazar. 

La relación amistosa que llevaba con Ni-ki, cada vez se hacía mejor.

— Ame, que tal tu día? —preguntó felizmente. 

— Apenas está comenzando, tonto. —le recordó al japonés. 

— cierto. —le dio la razón de manera nerviosa. 

— Jake regresa hoy, no? —preguntó. 

— Si, ahora mismo debe estar en el avión hacia acá. —habló rápido por la emoción. 

— Me alegra. —mintió. 

— Debe llegar exactamente dentro de una hora. —comentó emocionada. 

Él rió por la emoción de niña pequeña que transmitía. 

Esa hora pasaba, y aún Jake no llegaba. 

La japonesa se comenzó a preocupar, sus manos comenzaban a sudad, y alguien desesperadamente entró a su oficina. 

— Señorita, el joven Shim está grave en el hospital. —Avisó con voz agitada. 

— En cual hospital está? —preguntó con desesperó. 

— El del centro, piso 3, sala 9. —dijo.

Ella corrió rápidamente al hospital. 

Al llegar azotó la puerta, corriendo desesperadamente a donde estaban las escaleras y de la misma manera las subió, corriendo nuevamente hacia la sala donde se encontraba. 

Entró a la habitación donde se encontraba el australiano, viéndolo a él directamente. 

Allí se encontraba su cuerpo con varios raspones y moretones en él; sus lagrimas comenzaron a salir, tenía miedo de él muriera. 

— Mi pequeño, ahora está acá, me prometiste mantener acá, no te vayas si? —suplicó entre sollozos, mientras tomaba su mano y acariciaba su palma. 

— P-princesa? —pronunció con dificultad. 

— Shh, no hables. —posó su dedo índice en su labio.— Estás débil mi príncipe, debes descansar. 

— Sé que no duraré mucho princesa, fui conectado a ti, aún amor que no era correspondido de todo. —soltó con dificultad. 

— No mi vida, ambos estamos unidos por el destino, somos uno, no me alejaré de ti, te amo mucho. —miro al chico, quien lo miraba con amor y tristeza. 

— Me encantaría estar nuevamente juntos, casados, con dos hijos y un perro, lo recuerdas? —le cuestionó el castaño. 

— Ese es mi sueño, mi sueño es estar contigo, no comprendes? —contestó llorando. 

— No llores princesa, le haces mal a mi corazón, yo siempre quiero verte feliz. —pidió con dolor, mientras las lagrimas salían solas. 

— Feliz me haces tú Jake, me ayudaste mucho, curaste mi corazón, no me hagas esto. —suplicó una vez más.

— Mi corazón poco a poco se siente débil, ten esto. —le tendió un collar de corazón, que al abrirlo había una foto de ella y Jake.— Cuídalo mi pequeña, ambos sabemos que siempre estarás en mi corazón y yo en el tuyo. —se soltó del agarre de la chica, para colocarla donde su corazón se encontraba. 

Ella recibió el collar con dolor y no dudo en colocárselo de una vez. 

— Recuerda todo lo bello que fuiste y siempre serás para mi, mi princesa. Eres lo más hermoso y precioso que me pudo haber regalado la vida, quien me sacó tantas sonrisas y quien me mostró lo perfecto que se siente amar y ser amado; fui tu apoyo, tal como tú fuiste mi apoyo. Tienes que ser fuerte mi pequeña, no siempre iba a estar para ti. —Dijo mientras acariciaba la mejilla de la japonesa. 

Las lagrimas salieron con continuidad, haciendo el momento mas triste. 

— Te amo Ame, siempre te amaré, recuérdalo, recuerda que soy el amor de tu vida, así no esté presente, te amo con todo mi corazón. Mi pequeña princesa, gracias por estar allí para mi, gracias por amarme y cuidarte, sobre todo gracias, por jamás dejarme solo. —Dijo lo último para cerrar sus ojos. 

La maquina dejó de contar las pulsaciones del castaño. 

Solamente se había ido.


𝙄𝙣𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙮 𝙇𝙤𝙫𝙚. [𝙉𝙞𝙨𝙝𝙞𝙢𝙪𝙧𝙖 𝙍𝙞𝙠𝙞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora