"𝙻𝚊 𝚞́𝚗𝚒𝚌𝚊 𝚌𝚘𝚜𝚊 𝚙𝚎𝚘𝚛 𝚚𝚞𝚎 𝚞𝚗
𝚖𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛𝚘𝚜𝚘, 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛𝚘𝚜𝚘
𝚑𝚒𝚙𝚘́𝚌𝚛𝚒𝚝𝚊."
𝚃𝚎𝚗𝚗𝚎𝚜𝚜𝚎𝚎 𝚆𝚒𝚕𝚕𝚒𝚊𝚖𝚜
𝟷𝟾 𝚊𝚗̃𝚘𝚜 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜.Comencé abrir con pesadez mis ojos... la luz me cegó de inmediato. Traté de levantar mis manos para tapar mis ojos, pero no pude. Cuando mis ojos se ajustaron a la luz, miré mi alrededor, desorientada. Noté como estaba acostada en una camilla, mis manos estaban atadas a la mismas y también mis piernas. En ese momento me asusté, pues el lugar estaba obscuro, solo podía ver como esa cegante luz alumbraba mi cuerpo... traté de zafarme con fuerza pero un dolor horrible en mi abdomen me lo impidió. Reprimí con fuerzas el punzante dolor, apretando con fuerzas mis dientes... las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas. Hacia frío, todo estaba húmedo... ¿dónde estaba? Seguí intentado soltar mis manos y piernas pero no tuve éxito... lloré de impotencia. Hasta que escuché una puerta cerrarse de un portazo, me sobresalté... tenía miedo, el cual incrementó en cuanto vi quien se paró frente a mi.
- Querida niña, al fin despiertas. - Dijo esa mujer rubia, que había causado tanto desastre. Venía con una sonrisa llena de sorna. Me sentía asustada y mi respiración se volvió errática y descontrolada.
- ¿D-Dónde están?... - Susurré con mi voz entrecortada, mientras la miraba. Ella rió de manera burlona y bastante burlona. Apreté mis dientes.
- ¿De quienes hablas, querida? - Su fingida ingenuidad me molestaba... quería llorar, gritar, tenía miedo. Pero... yo no soy la novia de un Bakugo por nada, a pesar de las lágrimas que bajaban como corrientes de agua dulce, fruncí mi ceño y poniendo mi cara tan intimidante cómo podía, recordando tal y como lo hacía Katsuki.
- Sabes perfectamente de quienes habló, Shotwell. - Ella río como si de un chiste se tratase para secar sus fingidas lágrimas. Luego me miró de una forma que no pude descifrar para luego caminar lentamente al rededor de mi camilla.
- Bueno... Katsuki si logró irse, pero no podría decir lo mismo sobre tu pequeño hijo. - Mi cara se deformó... ¿Qué? Eso... no podía ser cierto... no. Mi vista comenzó a nublarse por las lágrimas que se acumulaban por mis ojos. Negué frenéticamente torciendo mis labios para no dejar escapar ningún sollozo, aunque fue totalmente en vano.
- Eso... eso no p-puede ser... Vi cómo se llevaron a mi hijo y ade... - Ella me interrumpió con tosquedad. Caminando hacia una pequeña cuna de parto, al cual yo no tenía ninguna oportunidad de ver, por la lejanía y la obscuridad que yacía en el lugar. Cuando vi esa escena mi corazón se quebró en mil pedazos.
- Querida... Katsuki se fue, tomando como prioridad su vida antes que la de su futura esposa e hijo. Aquí la prueba se ello. - Dijo agarrando por una pierna el pequeño cuerpo de un bebé varón rubio... estaba pálido... estaba muerto. No pude seguir fingiendo ser fuerte... estaba viendo mi bebe y el de Katsuki muerto. Ella lo acercó a mi y lo colocó en mi pecho sin ningún tacto. Lo miré con desfallecimiento, mientras mi pecho se estrujaba con fuerza. Dolía... dolía como no tienen idea... Lloré con solidez para acercar cómo pude mi frente a la del niño... mi niño... estaba muy frío y al sentirlo sollocé ruidosamente. Shotwell rodó los ojos y agarró el cuerpo de mi niño con brusquedad por una de sus piernitas y dejarlo nuevamente donde estaba. Estaba perdiendo todo, no... lo había perdido todo... mis padres, mi trabajo, mi pareja, mi hijo...
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Entre el Bien y el Mal. {Kacchako/ Bakuraka}
ActionCuando tu niña se convierte en mujer y más si se apellida: "Bakugo". Tarde o temprano... tendrá que salir del nido a volar y conocer el mundo. Una chica que sabe lo que quiere y eso es seguir los pasos de su abuelo y su padre. Pero el amor... no es...