Cuando tu niña se convierte en mujer y más si se apellida: "Bakugo". Tarde o temprano... tendrá que salir del nido a volar y conocer el mundo. Una chica que sabe lo que quiere y eso es seguir los pasos de su abuelo y su padre. Pero el amor... no es...
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Tal incidente había llegado a los oídos del todo campamento, incidente que llamó la atención de la División 11, especialmente de Taidana. Pero los rangos altos prohibieron hablar o mencionar del mismo, desde ese día la castaña trataba de acercarse hacia el cenizo, quien en los primeros días la rechazaba constantemente y con tosquedad, la evitaba completamente pero luego de eso también comenzó a acostumbrarse a tenerla cerca. Katsumi había intentado hablar sobre lo ocurrido con su padre pero, el cenizo evitaba el tema, al no tener respuesta de su padre, también comenzaba a acercarse al peli-negro, Kuroo. La relación de Sero y Jiro tenía un buen rumbo pero había cierto distanciamiento por el trabajo... Sero notaba que su novia comenzaba a tener más preocupación por su amigo cenizo... más de lo normal, pero decidió ignorarlo. Por otro lado, Mina buscaba la forma de agradarle a la castaña, quien cada vez que podía huía de la teñida de forma disimulada por no hacer sentir mal a la teñida.
Pero la situación entre la División 11 y las tropas no era para nada cómoda y agradable. Pues entre los mismos no se llevaban bien y tenían sus encontronazos por lo mismo aún no los podían sacar al campo, pues tenían que aprender a trabajar en equipo aunque estaba claro que por lo pronto no sería así. Más complicaciones habrían cuando esa misma tarde la armada había llegado sin previo aviso, aún sabiendo que el Coronel había negado su entrada al mismo. Nuevos reencuentros estaban por verse.
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- ¡¿Qué carajos hacen aquí?! - Le gritó el cenizo al bicolor frente a la armada y a todo sus campamento. Todoroki lo miraba sin expresión para luego poner los ojos en blancos.
- Vengo de visita. - Habló con tranquilidad encogiéndose de hombros como si fuese lo más obvio. Bakugo rechinó sus dientes más que enojado, Taidana sonrió apenada y colocó su mano derecha en el antebrazo izquierdo del Coronel, acto que no pasó desapercibido del nuevo Capitán de navío, ni de los que estaban cerca, como la pareja de los teñidos y los peli-negros.
- Tranquilo, Katsuki... no puede ser tan malo. - Bakugo zafó bruscamente su antebrazo del agarré de la castaña enojado, para voltear a verla.
- ¡¡Déjame en paz, Cara redonda!! - La expresión de ella fue de consternación apareciendo un fulgor hermoso en sus ojos, miró fijamente el rostro del cenizo, quien se volteó hacia el bicolor enojado para seguir reclamándole. En el rostro de ella sólo se posó en un color carmín hermoso, para sonreír de forma boba mientras lo miraba. Por otro lado Jiro y el bicolor notaron esto. Una frunció el ceño desconfiada y el otro sólo miró a Bakugo a los ojos.
