Cuando tu niña se convierte en mujer y más si se apellida: "Bakugo". Tarde o temprano... tendrá que salir del nido a volar y conocer el mundo. Una chica que sabe lo que quiere y eso es seguir los pasos de su abuelo y su padre. Pero el amor... no es...
"Si solo puedo verte en mis sueños... me gustaría dormir para siempre." MissStorm011
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- Me preguntaba si... ¿podríamos ir a comer a algún lugar ahora saliendo de la escuela? - Akiro se encontraba rascando su nuca, nervioso. ¿Qué les pasa a éstos payasos? Yo sólo lo miraba seria y con cierto fastidio... pero era mi amigo, no podría ser tan malo tener una salida de amigos. Solté un suspiro.
- Claro, ¿A dónde iremos? - El rostro de Akiro se iluminó y me brindó la mejor sonrisa que jamás había visto... carajo... espero no arrepentirme de esta mierda.
- ¡No te preocupes, yo me encargo! Pasaré a buscarte a las 4:30, ¿o lo prefieres a las 5? - No pude evitar sonreír por escuchar a mi amigo. Se veía emocionado, además de que parecía un maldito mocoso.
- Está bien a las 4:30, Akiro, te estaré esperando. - Antes de que ambos tomáramos nuestros caminos lo escuché balbucear...
- Espero que el Señor Bakugo no me mate... - Solté una carcajada entre dientes y me apresuré para llegar a casa.
•••
Aún no comenzaba a arreglarme. Había llevado mi bulto a mi habitación y por un momento me pillé a mi misma pensando demasiado lo que iba a ponerme. Solté un gruñido y revolví con brusquedad mi cabello, dejé todo como estaba y salí fastidiada de mi habitación para bajar a la cocina y beber un poco de agua. Mi padre se encontraba en el sillón leyendo un libro y sabía que había notado mi presencia pero seguro decidió ignorarme. Aunque estoy consiente de que espera a que me siente con él y le hable, porque nunca al llegar de la puta escuela me voy directamente a mi habitación y seguro que él notó que hoy fue diferente. Ya al entrar a la cocina tomé un vaso, lo llené de agua y la bebí toda, frustrada y enojada. Miré como King entró y se sentó frente a mí para sólo mirarme, fruncí el ceño.
- ¡¿Qué me miras perro estúpido?! - King soltó un gruñido mientras me miraba fijamente. Fruncí más mi ceño, perro cabrón. ¿Cómo puede respóndeme de esa manera, tan siquiera tratar de intimidarme? ¡Yo soy la autoridad! Me acerqué a King y lo miré a los ojos, King no desvió sus ojos.
- ¡Deja de juzgarme y vete con tu jefe! Debimos habernos quedado con aquel chihuahua y no contigo! - Ante lo último dicho, King se levantó para enseñar sus dientes perrunos y gruñir mientras caminaba frente a mi. Tomé un cuchillo de mantequilla y lo apunté hacia él, sabía que ese perro malnacido no sería capaz de hacerme algo, era el perro más leal que conocía y realmente yo tampoco sería capaz de dañarlo. Él me ladró y yo le grité, antes de empezar una disputa con el perro entró a la cocina mi padre.
- ¿Qué carajos te ha hecho, King? - King y yo miramos a mi padre, quien estaba serio, levantó las cejas y alzó su cabeza, esperando una respuesta.
