19 - ABRIR LOS OJOS, CERRAR HERIDAS

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Nota importante: este capítulo tiene un alto contenido sexual. No apto para menores de 18 años.

El sexo es la expresión del amor en una pareja. Por favor abstenerse de leer si no es de tu agrado. En ese caso, puedes saltar esa parte y seguir leyendo el capítulo a partir de la raya horizontal un poco más abajo, que indica el siguiente cambio de escenario.

El tema de la canción se encuentra entre asteriscos.

Capítulo 19: Abrir los ojos, cerrar heridas

Visiblemente afligido y con gran autocontrol, Tasuki apartó suavemente a la sacerdotisa con sus manos y bajó la mirada hacia un lado.

-"¡¿Vas a mentirme de nuevo y decirme que no me amas?!" - le gritó Miaka enfurecida.

-"No podemos estar juntos, tú... antes o después, te irás." - dijo él aún sin osar mirarla a los ojos. Su autocontrol podía venirse abajo en cualquier momento.

-"Solo te diré una cosa..." - dijo ella poniendo sus manos en sus mejillas, obligándolo a enfrentarla. - "...puede que mañana muramos en la batalla."

Tasuki se sorprendió por sus crudas palabras. Entonces, recordó la conversación que tuvo con Nuriko antes de que éste partiera hacia su fatal destino:"Vive el ahora, nunca sabes qué pasará mañana". Él estaba en lo cierto, pero en aquel momento no lo entendió. La mañana siguiente partirían hacia una guerra que no podrían ganar, ya no tenía nada más que perder, salvo pasar sus últimas horas con la mujer que amaba.

We might ve dead tomorrow - Soko*

Echando por tierra todo su autocontrol, Tasuki agarró fuertemente con su brazo a Miaka por la cintura, acercándola a su cuerpo hasta estrechar el más mínimo hueco que pudiera quedar entre ambos, y pasó su otra mano por detrás de su cuello para levantarle la cabeza mientras se inclinaba para besarla en los labios. Miaka sorprendida por el repentino giro de la situación, disfrutó de su contacto. Aunque solo fuese por una noche, ellos podrían estar juntos, así que se entregó al abrazo y el beso del bandido.

Sus cuerpos ahora se atraían al igual que dos imanes de opuestos polos, que al intentar separarlos se aferran el uno al otro. Avanzaron a trompicones entre besos por los pasillos hasta llegar a la habitación de Miaka, cuya puerta abrió hábilmente Tasuki con una patada, permitiéndoles entrar sin despegarse el uno del otro, y cerrándola tras de sí con el pie. Con sus labios aún juntos, Tasuki se quitó rápidamente su túnica que dejó caer en el suelo, agarrando de nuevo a Miaka por la cintura y empujándola torpemente contra la pared para volver a cerrar el espacio entre ambos. Ella rodeó su cuello con sus brazos, pegando su pecho al de él. Parecían dos animales hambrientos, devorándose el uno al otro, con deseo y urgencia, como dos amantes que se reencuentran por primera vez después de una eternidad.

Miaka rompió el beso para quitarse rápidamente su sueter, ayudado por él para no perder demasiado tiempo. Él apenas pudo echar un rápido vistazo a su pecho cubierto por su sostén, ya que sus labios inmediatamente volvieron a juntarse para reanudar los ansiados besos. Mientras sus lenguas se entrelazaban con voracidad, Tasuki subió su mano desde su cintura hasta sus pechos, amasándolos vigorosamente de abajo a arriba. Su dureza se hizo más evidente y presionaba ahora contra el muslo de Miaka, quién lejos de inhibirse, se movió sugestivamente presionando contra ella, aumentando la excitación entre ambos aún más. Él comenzó a besarle el cuello alternando entre mordiscos suaves, pero voraces provocando en ella ligeros gemidos que se escapaban desde su garganta. Sin perder más tiempo, ella desabrochó el botón de la camisa de su amante, y ésta se abrió sin inconvenientes, dejando su fuerte pecho al descubierto. Admirando su figura, pasó sus manos por su torso, palpando cada uno de sus músculos adornados por sus collares mientras él devoraba su cuello.

Fushigi Yuugi - Llamas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora