12- SEGUIR ADELANTE

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Capítulo 12: Seguir adelante

Nuriko se desplomó de rodillas en el suelo frío y cubierto de nieve. Colocó sus manos en su pecho para tapar la herida. La sangre que brotaba calentó sus manos. "Este es el fin" – pensó esbozando una triste sonrisa al aire mientras pensaba en Miaka y sus amigos.

De pronto, sin saber cómo, sacó fuerzas de donde pudo y se levantó. Era el fin para él pero no para la sacerdotisa y los demás. Ellos debían conseguir el tesoro de los dioses e invocar a Suzaku. Dios, estaban tan cerca, pero él ya no podría acompañarlos. Solo podía facilitarles el camino para que pudieran seguir, para que pudieran terminar la misión y conseguir la felicidad. Él quería que todos ellos vivieran y fueran felices. Miró disgustado al hombre lobo inerte tendido en el suelo que le había arrebatado la posibilidad de pasar más tiempo al lado de la que ahora era su familia. Al lado de su sacerdotisa a quien tanto amaba. "Maldito bastardo". Sin perder más tiempo, y sabiendo que su muerte lo acechaba, caminó a duras penas entre la nieve dirigiéndose hasta la roca que impedía el acceso a la cueva.

-"Es muy pesada, más vale que la aparte o ellos no podrán entrar"

Hizo un esfuerzo descomunal, haciendo que su herida sangrara aún más y soportando el dolor que ésta le producía, pero la entrada estaba ahora despejada.

-"Ahora puedo morir en paz, mi muerte no habrá sido en vano".

Se apartó de la entrada y cayó boca abajo en mitad del suelo cubierto por la nieve.

Unos minutos después Tamahome llegaba en su caballo a toda prisa.

-"¡Nuriko!" – lo llamó mientras descendía del animal y se acercaba corriendo hasta su compañero moribundo.

Cuando se arrodilló a su lado, su corazón dio un vuelco al ver la herida sangrante de su espalda. Giró su cuerpo para ponerlo boca arriba y pudo ver que la herida lo atravesaba desde su pecho. Había perdido mucha sangre. El guerrero aún estaba despierto cuando lo habló.

-"Tamahome, al final me has alcanzado..." – dijo con la respiración entrecortada.

-"No hables, por favor" – lágrimas brotaron de los ojos grises del guerrero. – "Todo esto es culpa mía, lo siento...".

-"Tranquilo, deja de culparte por todo. Sé que no tuviste nada que ver" – Nuriko tosió y un hilo sangre se escapó de su boca.

-"¡No hables! Te pondrás bien, los demás estarán de camino. Quédate conmigo hasta entonces, ¿vale?" – aunque Tamahome sonreía, sus ojos llorosos delataban su profunda tristeza.

Tamahome se quitó el abrigo y rápidamente rompió un trozo de tela de su camisa para taponar la herida.

-"Escúchame Tamahome, cuida bien de todos ellos, ¿de acuerdo?" –su voz era frágil.

Tasuki y Miaka aparecieron y vieron a Ashitare tendido en el suelo.

-"¿Qué demonios?" – dijo el bandido – "¡es el lobo de Seyriu!"

Más adelante vieron la figura arrodillada de Tamahome y un cuerpo tendido en el suelo.

-"¡Nurikooooo!" – gritó el bandido mientras corría en su dirección.

Miaka que se encontraba en shock, se quedó quieta sin moverse, aterrorizada por lo que se pudiera encontrar.

-"¿¡Qué le has hecho!?" – gritó un enfurecido Tasuki a Tamahome mientras éste se apartaba.

Fushigi Yuugi - Llamas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora