10- REENCUENTROS

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Miaka salió corriendo por la puerta de la posada hacia la calle. Sus lágrimas no dejaban caer por su rostro. Corrió y corrió sin fijarse hacia dónde. El frío inmediatamente sonrosó sus húmedas mejillas y un denso vaho salía por su boca al exhalar. Finos copos de nieve caían sobre ella e iban tiñendo el suelo de color blanco. Por su mente no paraban de reproducirse las imágenes de la noche en la que Tasuki y ella tuvieron juntos. Se habían divertido tanto; él la había mirado con esos ardientes ojos color ámbar; y después él la había besado con tanta pasión; él la había tocado con tanto deseo,... ¿todo lo que fue solo por diversión? ¿No hubo ningún tipo de sentimiento por parte de él?

No fue hasta después de un buen rato que se dio cuenta que no llevaba ni su abrigo, ni su arco y flechas, ni su bolso con sus cosas. Había salido tan precipitadamente de allí que olvidó que iba sin nada. Solo con lo puesto, unos pantalones largos vaqueros pitillo con unas zapatillas de deporte, y un jersey de lana largo gris. Por supuesto, su atuendo era objeto de atención por parte de los lugareños. Pero para bien o para mal, a pesar de no ser muy tarde, no había demasiada gente por la calle. La ausencia de luz y el frío provocó que la gente se retirara pronto a sus casas. Miaka dejó de correr y continuó andando aún sin rumbo.

"¿Qué demonios estoy haciendo?" - pensó mientras caminaba mirando el suelo cubierto por la nieve. Ella quería encontrar a Yui cuanto antes y hablarle sobre la invocación. Juntas debían volver a casa y seguir con su vida de siempre. Pero de nuevo había sido tan impulsiva, se había marchado sin más a causa de su dolor al escuchar a Tasuki hablar tan fríamente sobre su relación con ella. ¿Realmente él solo se había estado divirtiendo todo este tiempo? ¿Pensaba él que había sido un error? Al parecer, él no sentía absolutamente nada por ella. - " Claro " -pensó - "Él no está interesado en mujeres. He sido una tonta al pensar que conmigo podría ser diferente".-Ahora estaba perdida y sin rumbo, con la nieve cayendo sobre su cabeza ... y el corazón roto de nuevo. Ni siquiera sabía dónde buscar a Yui, no conocía la ciudad. Además, no había dicho nada a nadie - " probablemente estarán preocupados. ¿Por qué soy tan idiota?" - Se dio golpes en la cabeza a modo de castigo - " Debo encontrar el camino de vuelta a la posada".

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Yui, Suboshi y Tamahome habían recorrido la ciudad de arriba abajo en busca de pistas sobre el tesoro de los dioses, pero no habían obtenido nada. Habían decidido regresar a la posada y dejar la búsqueda para el día siguiente.

- "¡Vaya mierda!" –Se quejó Suboshi.- "Un día perdido. Espero que mañana tengamos más suerte".

De pronto, Tamahome se detuvo en seco. Sus ojos miraban hacia la calle que se encontraba frente a ellos. Por allí pasaba una muchacha con una vestimenta extraña, cabizbaja y con lágrimas en sus mejillas. Ella desapareció al doblar la esquina de la calle.

- "¿Qué pasa Tamahome?" - preguntó Yui al ver su cara desencajada.- "¿Viste algo?"

Tamahome echó a correr - "¡Miiiaaaakaaaaa!"

- "¿Quéee, Miaka?" - Yui no podría creerlo. ¿Ella estaba allí? A solo unos pocos metros de ellos ... y Tamahome sin dudarlo un segundo había salido corriendo detrás de ella. - "¡Tamahome! ¡Vuelve!" - ella corrió siguiendo sus pasos.

- "¡Yui!" - Suboshi no entendía nada - "¡Espérame! ¿Dónde vais tan rápido?" - El guerrero de Seyriu siguió a su sacerdotisa.

Miaka oyó una voz familiar que la llamaba. Una voz que hace tiempo que no escuchaba. Una mano agarró su brazo e inmediatamente se dio la vuelta.

Fushigi Yuugi - Llamas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora