4- EL FESTIVAL DE LAS ESTRELLAS. PARTE I

35 2 0
                                    

Era de mañana, todos se habían sentado a desayunar en el comedor del palacio de Konan. Charlaban entre sí animadamente a excepción de Miaka y Tasuki cuya cara de sueño era más que evidente y no paraban de bostezar.

-"Tengo tanto sueño que no puedo ni comer... Tasuki aliméntame" dijo Miaka con la cabeza apoyada en la mesa y abriendo la boca.

-"¡Oye! ¡Que yo también tengo sueño!" – Tasuki le pegó un golpe en la cabeza.

-"¡Vosotros dos! ¿Se puede saber qué diablos hacéis por las noches? ¡Porque dormir está claro que no!" – Dijo Nuriko mirando a ambos con cara de enfadado. Todos centraron su atención en los culpables.

-"Bueno..., es que tengo problemas para conciliar el sueño, y nunca he sido muy de madrugar jijiji" – Miaka dijo soltando una risita culpable.

-"Lo mismo para mí"- dijo Tasuki indiferente. Nuriko le miró frunciendo el ceño. –"¿Qué? Soy un bandido, estoy acostumbrado a vivir de noche." – añadió Tasuki al ver a los demás esperando algo más concreto. La respuesta pareció convencerles.

-"Pues esta noche salimos, así que ya podéis dormir una buena siesta para que no estéis demasiado cansados y parezcáis unos zombies." – Nuriko no quería perderse esta ocasión de pasárselo bien.

-"Si queréis puedo daros unas hierbas medicinales para dormir." – dijo Mitsukake. –"Son totalmente inofensivas, relajan el cuerpo ayudando a conciliar el sueño. Tomadlas en infusión antes de acostaros."

-"¡Eso sería genial! ¡Gracias Mitsukake!" – Miaka le agradeció.

*********************************************************************************************

Después del almuerzo, Miaka y Tasuki se tomaron una infusión de esas hierbas que Mitsukake les dio y se fueron cada uno a su habitación para intentar dormir un poco. Nuriko se encargaba de ir a la ciudad a recoger el vestido que debía estar ya listo. Miaka se tumbó en su cama y cerró los ojos. Como de costumbre, su mente empezó a divagar. Pensó en la noche que le esperaba, quería pasárselo bien y olvidarse de sus preocupaciones. A pesar de que solo saldrían Nuriko, Tasuki y ella, estaba contenta. En los últimos días ellos habían formado un trío inseparable. Se llevaban muy bien, y se divertían mucho juntos. Tasuki y Miaka eran parecidos, un poco como niños y los dos igual de mete patas. Nuriko era como su madre, siempre detrás de ellos riñéndolos, pero también era su compañero de fechorías. Él era como una mejor amiga, aunque fuese un hombre. Chichiri estaba demasiado ocupado con su entrenamiento y meditación. Se tomaba muy en serio su papel de mago y quería progresar para poder proteger al grupo en el viaje que iban a emprender. Aun así, ella siempre acudía a él cuando necesitaba consejo. Mitsukake era un hombre maduro, bastante más mayor que ella y le tenía mucho respeto. Admiraba sus conocimientos sobre medicina. Su rol como sanador en el grupo era muy importante. Hotohori era muy sabio a pesar de su juventud, era un hombre muy guapo y presumido, pero esto último a Miaka le daba risa. Para ella era alguien especial, alguien que no tuvo reparos en amarla aun sabiendo que amaba a otro hombre; nunca dejó de velar por ella y todavía lo hacía. A pesar de que no poseía modales ni protocolo, de que era una chica sencilla y de lo más normal que se pueda encontrar en cualquier mundo, él se enamoró de ella. Últimamente se había distanciado un poco, supuso que la causa se debía a sus sentimientos no correspondidos. Necesitaba algo de espacio. Y finalmente Chiriko. Era un niño pero envidiaba su gran voluntad e inteligencia. Siempre estaba esforzándose en sus estudios para sacar las oposiciones. Algo que Miaka no conseguía.-"¡Oh no!, debería de estudiar un poco para los exámenes de ingreso..." y poco a poco se fue quedando dormida.

*********************************************************************************************

Tasuki se despertó después de un sueño reparador, se sentó en la cama y estiró los brazos "¡Uuuuuffff qué bien he dormido!".-Salió de su habitación para tomar un baño que le espabilara y después bajó al comedor para comer algo. Allí se encontraban todos que ya habían terminado prácticamente de cenar. Ordenó un plato y se dispuso a comer. De repente se dio cuenta de que Miaka y Nuriko no estaban. "¿Se habrán ido sin mí? Aún no ha anochecido"- pensó.

Fushigi Yuugi - Llamas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora