Era de noche, por la pequeña rendija de su celda entraban los destellos de la luna. Tamahome tenía que pensar cómo salir de allí. Quería volver al lado de Miaka y suplicarle una nueva oportunidad, así como a las demás estrellas de Suzaku. Pero ¿cómo? La celda estaba protegida por una barrera que anulaba sus poderes. Debía descansar, reponer fuerzas y trazar un plan para huir de Nakago. No sabía qué era más difícil, si huir de allí o volver con sus amigos. ¿Podrían ellos perdonarle? Y Miaka, ¿cómo iba a recuperar su confianza de nuevo? Pensó en la noche que se marchó al palacio de Kuto dejando a su sacerdotisa sola, incluso después de haber prometido que se quedaría.
FLASHBACK:
"Lo siento Miaka, juro que volveré y arreglaré esta situación"-susurró Tamahome mientras miraba a su amada dormir. Entonces salió del palacio de Konan en dirección a Kuto.
Cuando llegó, pidió ver a Nakago inmediatamente. Le llevaron a la misma sala donde acordaron el trato aquella última vez y allí estaba él, como siempre sentado en su trono y con esa mirada fría como el hielo.
-"Vaya Tamahome, me alegro de que hayas venido por fin. Espero que mis soldados te hayan tratado bien. No he tenido noticias tuyas desde la última vez que nos vimos. Aun no me has dado nada que nos sirva. Dime, ¿ya ha encontrado vuestra sacerdotisa a las demás estrellas?"- preguntó con una sonrisa ladeada.
Desde el regreso de Miaka, Tamahome había estado dando evasivas a los soldados de incógnito de Kuto que le contactaban para obtener información de él. Tras ver cómo Nakago había manipulado a Yui y enterarse que ésta era la sacerdotisa de Seiryu, se dio cuenta de los planes de Nakago. Así que no quería tener nada que ver con él. Sin embargo temía sus represalias. Su familia podría correr peligro. Pero al fin decidió hacerle frente.
-"Lo siento pero no te daré nada. Soy una estrella de Suzaku y solo me has manipulado para conseguir reunir tú antes a las 7 estrellas de Seiryu y hacerte con el país de Konan una vez invocado el dios."- Tamahome dijo convencido.
-"¡Vaya vaya, qué osado! ¿Y qué va a ser de tu familia ahora? Si no me das lo que quiero ellos podrían..., salir mal parados. Sin dinero, con tu padre enfermo... Qué mala situación. Son vulnerables, alguien podría aprovechar esa debilidad..."- Nakago sonreía malévolamente.
-"¡No te atrevas a amenazarme! Jamás permitiré que les pase nada, y pobre de ti como te acerques a ellos"- Tamahome miró a su enemigo con furia.
-"Bueno, entonces ¿regresarás a Konan y les dirás que trabajabas para mí? No creo que se lo tomen muy bien, sobre todo tu sacerdotisa. Quédate conmigo, y yo te convertiré en alguien poderoso". Le ofreció Nakago.
-"No me interesa nada de lo que puedas ofrecerme, ya te dije lo que vine a decirte. Ahora me iré por donde he venido".- Tamahome se dio la vuelta y se dirigió a la puerta de la enorme sala.-"Kyaaaaaa!"- una barrera le electrocutó impidiéndole salir. Cayó de espaldas quedando semi inconsciente.
-"No creerás que te dejaré ir verdad? ¡Qué iluso!" – rió Nakago.- "Al parecer Yui se ha encaprichado de ti, y contigo aquí las estrellas de Suzaku no podrán hacer su invocación."
FIN DE FLASHBACK
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Amanecía un nuevo día en el país de Konan. Los rayos del sol de la mañana entraban por la ventana de la habitación de Miaka despertándola de su sueño. –"¡Ojalá hubiese persianas!" se quejó molesta por tanta luz. No quería levantarse, deseaba quedarse en la cama todo el día y dormir. Dormir para no pensar. Pero debía seguir adelante. Por sus estrellas, sus amigos. Ellos habían estado a su lado protegiéndola, y ella a cambio, intentó suicidarse.-"Dios, qué idiota soy"- se regañaba. Estaba tan dolida y tan obcecada con Tamahome que no podía pensar en nada más. Ella era muy impulsiva, y casi comete el mayor error de todos: Abandonar a sus amigos. Ahora lo veía claro, ella era joven y toda una vida le esperaba... -"¿en mi mundo?" -pensó en alto. Además Tamahome no merecía tal sacrificio, morir por él cuando él jamás la había amado, todo había sido una mentira. Gracias a dios que Hotohori había estado allí para sacarla del pantano y salvarla. -"¡Hotohori!" –exclamó llevándose las manos a la boca. Debía hablar con él y aclararle sus sentimientos. Amaba a Hotohori pero no de la manera que él lo hacía. Además una vida de emperatriz no iba con ella. –"Aunque supongo que si amas de verdad a alguien no importa la clase de vida que tengas a su lado. El amor es suficiente"- ese pensamiento la hizo convencerse aún más de que no lo amaba así realmente. Decidida, se levantó de un salto y se preparó para ir a buscar a Hotohori y poder hablar con él lo antes posible. –"Cuanto antes ponga mi vida en orden, antes podré pasar página y avanzar" se animó a sí misma.
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Fushigi Yuugi - Llamas de amor
FanfictionFanfic de Fushigi Yugi. Tamahome ha traicionado a la sacerdotisa y a las estrellas de Suzaku. Miaka tiene el corazón destrozado, pero sus estrellas están ahí para apoyarla, en especial Tasuki que se convierte en alguien muy importante para ella. ¿Po...