21 -EL FINAL

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Capítulo 21: El Final

-"Siento un aura maligna muy cerca, si..." - Chichiri comenzó a buscar alrededor para ver de qué o quién se trataba. Podía intuir el peligro acechándolos.

Miaka estaba tan concentrada en su lucha que hizo caso omiso a Chichiri y continuó estirando su cuerda y lanzando una flecha tras otra. Con un ojo abierto, y el otro entrecerrado mientras apuntaba, miró al horizonte, buscando a Nakago. Estaba allí, en lo alto de aquella lejana colina. ¿Debería dispararle la flecha? ¿Podría ser tan fácil acabar con él? No sabía cómo, pero podía ver su rostro con su sonrisa malévola. Un escalofrío premonitorio la sorprendió.

-"¡Soi!" - Chichiri advirtió. - "¡Miaka ten cuidado!"

Efectivamente, Soi apareció cerca de ella y estaba preparada para lanzarle un rayo que acabaría con su vida en un instante.

-"¡Este es tu fin, sacerdotisa de Suzaku!"

Miaka se giró y pensó que todo estaba acabado. Pero repentinamente, una espada atravesó el pecho de la mujer, y ésta cayó al suelo derramándose en sangre.

Mirando a su alrededor para encontrar una explicación a lo sucedido, Miaka vió a Tasuki sudando y jadeando. Él había lanzado la espada contra la estrella de Seyriu salvándole así la vida a la mujer que tanto amaba.

-"Te dije que no permitiría que te pasara nada" - le dijo fanfarroneando con una sonrisa.

Miaka corrió hasta él para abrazarlo tan fuerte como pudo.

-"¡Estás bien!"

-"Sip, Mitsukake es un crac".

Ambos compartieron miradas de complicidad, ignorando que Nakago los observaba desde su posición con expresión dura mientras Suboshi protestaba y maldecía sin parar.

-"¡Maldita sea Soi! ¡Volviste a fallar!"- murmuró Nakago intentando contener su rabia.

Pero más allá de su enojo con su compañera guerrera recién fallecida, en su interior despertaron emociones que había enterrado hace mucho tiempo. Ver morir a Soi le había dolido más de lo que él hubiese querido, y su sed de venganza le hizo prometer que su asesino pagaría por ello. Así pues, montado sobre su caballo, se dispuso a bajar hasta el valle para empezar la verdadera lucha contra su más odiado enemigo, cuando una luz azul cerca de él resplandeció casi cegándolo. Protegió sus ojos con su brazo, y volvió a mirar una vez la luz dejó de brillar.

-"¡Yui!"- dijo sorprendido.

Yui apareció frente a él, visiblemente abatida. Pero traía un acompañante.

-"¡Hermano!"- dijo Suboshi perplejo de ver a Amiboshi vivo, y junto a la sacerdotisa.

-"¿Cómo... es posible? Creí que estabas muerto..."- Suboshi tenía miles de preguntas, pero no sabía si las respuestas serían de su agrado. Su hermano había estado vivo todo este tiempo y no se comunicó con él en ningún momento.

-"Suboshi, yo... lo siento, solo quise alejarme de todo esto".

Yui se desplomó en el suelo. Con las pocas fuerzas que le quedaban se apresuró a hablar, interrumpiendo el reencuentro de los gemelos.

-"Nakago, por favor, tienes que parar esta guerra absurda. No permitas que personas inocentes sigan muriendo."

Los ojos de Nakago estaban abiertos de par en par, su expresión denotaba confusión. ¿En qué momento Yui cambió de bando? Ella le prometió pedir a Seyriu un deseo solo para él. Él iba a ser el hombre más poderoso del Universo de los cuatro dioses, pero eso ya no parecía probable.

Fushigi Yuugi - Llamas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora