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Jimin estacionó su auto unas cuantas casas antes de la de Jungkook.

— Gracias por traerme. — le dijo Jungkook quitándose el cinturón de seguridad.

— No es nada. — le contesto mirando la hora en la radio. — ¿No tendrás problemas por la hora?

Jungkook observo su celular; había salido de su casa a las once de la mañana y ya eran las diez de la noche. Miro al rubio y le sonrió acercándose a él y depositando un suave beso en sus labios.

— No se preocupe por eso. — susurro cerca de sus labios. Lo miro a los ojos de nuevo y le sonrió para después abrir la puerta del vehículo, suspiro recordando lo que había ocurrido con Hye Sook; antes de que pudieran decirle algo a la pequeña Yoongi había llegado para que todos se apresuraran en ir a comer y no pudieron explicarle nada a la castañita, ni siquiera le pudieron pedir que no dijera nada. — ¿Qué pasará con su sobrina? — pregunto preocupado.

Jimin suspiro, si su sobrina hablaba esta noche con su hermano estaría jodido.

— Solemos reunirnos los domingos en casa de mi padre, tratare de llegar primero que Hye Sook y Yoongi para poder hablar con ella a solas y pedirle que no diga nada. Tú no te preocupes por eso, ¿de acuerdo?

Jungkook asintió.

— Entonces nos vemos el lunes. — dijo haciendo el amago de bajar cuando la voz del mayor lo interrumpió.

— Jungkook... — lo tomó de la muñeca. — Yo... amm...— dijo nervioso. Mierda, de repente se sentía tan extraño. Es decir, este día al lado del menor había sido muy agradable, claro, omitiendo la parte en la que su sobrina los descubrió; pero el hecho de saber que no vería al castaño mañana lo estaba haciendo ponerse ansioso, cosa que era extraña pues eso no le había pasado antes. Ni siquiera los viernes en los que sabía pasarían dos días para volver a ver al menor, a pesar de que habían pasado dos semanas en los que no habían compartido besos o caricias... Este día fue diferente y algo había cambiado, solo que no sabía el que, pero sin duda fue mejor que cualquier día de buen sexo. — Yo... Creo que merezco más que un simple beso ¿no crees? Es decir, hablare con Hye Sook para salvarnos a ambos. — dijo pidiéndole de esa manera otro beso pero de forma más sutil.

El corazón de Jungkook brinco de felicidad, sus mejillas se sonrojaron y su rostro comenzó a sentirse caliente mientras una gran sonrisa adornaba su rostro sin poderlo evitar demostrando de esa manera su felicidad.

— Tiene razón, creo que merece otro beso por su valentía. — dijo divertido mientras cerraba la puerta del auto. Se giro y miro al rubio a los ojos, este lo tomó por las mejillas y acorto la distancia iniciando de esa manera un beso lento.

Jungkook lo tomo por la cintura haciendo pequeños círculos en ella mientras comenzaba a mover sus labios con lentitud. Ambas lenguas se enredaron entre si saboreándose profundamente la una a la otra. La respiración de Jimin se tornó pesada en segundos, dirigió sus manos a la nuca del menor acariciando y jalando un poco las hebras castañas. Jungkook necesitaba más así que tomó al rubio por los muslos cargándolo y sentándolo a horcajadas en su regazo intensificando más el beso.

Jimin se acomodo mejor en el regazo del menor y comenzó un lento vaivén de enfrente hacia atrás creando una increíble fricción en ambos miembros.

Se separaron por la falta de aire y se miraron fijamente a los ojos. Ambos tenían las pupilas dilatadas, sus labios enrojecidos y sus respiraciones habían cambiado considerablemente. Una vez tuvieron el suficiente aire en sus pulmones volvieron a fundir sus labios retomando el beso desde donde se quedaron.

Jungkook aprisiono la cintura del rubio pegándolo más a su cuerpo y Jimin lo abrazo rodeandole el cuello. Tantos besos se habían dado antes pero ninguno había sido como este; este era tan diferente, querían tomar todo del otro, más de lo que ya tenían.

🌹𒆜  𝑀𝓎 𝓉𝑒𝒶𝒸𝒽𝑒𝓇 🌹𒆜 || Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora