Prólogo

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Lee Felix nació un 15 de septiembre en un hospital en Australia, sin embargo, no duró ni un año en su ciudad natal cuando se vio en la obligación de mudarse a la gran ciudad de Seúl por decisiones laborales de su familia. Tanto su madre como su padre eran doctores, al inicio cuidar de Felix era muy fácil, pues la señora Lee había decidido junto con su esposo cuidar de su hijo hasta que este fuera un poco más grande para que pudiera regresar a su trabajo, ya que debido a su embarazo tuvo que dejarlo en pausa.

Pasaron cuatro años y la señora Lee fue llamada para laborar de nuevo en el mismo hospital donde trabajaba su esposo, al inicio no estaba tan convencida, pero cuando vio que le daban un horario flexible al igual que el de su marido no lo dudó; pues ninguno quería dejar sólo en algún momento de su vida a su pequeño pecoso y esta era la oportunidad que estaban buscando para no tener que hacerlo sin dejar su vocación de lado.

Gracias a eso Han Jisung llegó a la vida de los Lee. Era un chico de tan solo 19 años recien cumplidos cuando se vio en la necesidad de trabajar para poder pagar sus estudios universitarios. Todo comenzó cuando su mejor amiga Chaeryeong le contó sobre una aplicación para ser niñero, al inicio no estaba tan seguro, consideraba que nisiquiera podía cuidarse el mismo ¿cómo rayos cuidaría de alguien más pequeño?
Rápidamente cambió de parecer cuando vio la paga, prácticamente era lo que necesitaba para pagar su colegiatura y todavía le sobraba un poco más, así es como contactó a los Lee.

La casa donde trabajaría por tiempo indefinido no quedaba tan lejos de su pequeño departamento, era grande y se podía oler el dinero en el aire, internamente rezaba que la familia no fuera como las que salían en las novelas o doramas que veía su abuela por las tardes, sino sufriría mucho o tal vez tendrían un hijo mayor y guapo del cual caería perdidamente enamorado y terminarían casados, se vale soñar era lo único que pensaba.

- ¿Tú eres Han Jisung? - preguntó una voz con un ligero acento extranjero, no había notado que la puerta ya estaba abierta y el señor Lee lo observaba desde esta.

- S-sí señor. - contestó tratando de no mostrar su nerviosismo pasando sus manos detrás de la espalda.

- Muy bien, pasa muchacho, no te pongas nervioso. - dijo entre risas el mayor dejándolo pasar. - Mi esposa nos está esperando.

Una vez en la oficina de la pareja con mucho carisma el castaño comenzó a contar sus tragedias de vida dando a entender el porqué necesitaba el trabajo con urgencia y ¡Pum! lo había logrado, al parecer desde que dijo que estaba estudiando música el señor Lee se sintió identificado y alabó su decisión, pues cuando era joven quería estudiar lo mismo pero por comentarios de sus padres no se había atrevido. Han Jisung se daba palmaditas mentales.

Firmó unos que otros papeles comprometiéndose a dar casi la vida por el pequeño que tenía que cuidar y listo, oficialmente era niñero, solamente esperaba que el niño no diera tanta lata.

°°°

Lee Felix estaba estaba jugando con unos bloques en la sala de su casa, sus papás estaban hablando en su oficina con un muchacho pero a él no le importaba, estaba más concentrado armando una casita para su peluche de osito.

- Felix, ven, quiero presentarte a alguien. - lo llamó su madre sosteniendo por el hombro al chico que traía un pantalón roto negro y una camisa a cuadros roja, estaba seguro de que su mamá lo había regañado por destruir su ropa. - Lixie, el es Han Jisung, el te va a cuidar cuando nosotros no estemos. - explicó la mujer poniéndose a la altura del niño. Como Felix era un niño muy inteligente, no por sus propias palabras sino por las de su mamá, ya sabía que alguien iba a cuidarlo cuando ninguno de sus padres estuviera en casa y él lo entendía, su mamá quería volver a trabajar para poder comprarle ese paquete de crayolas que vio la vez pasada en el supermercado, ¿Quién era el para negarse?

- Hola Felix, yo soy Jisung. - se presentó el chico castaño igualmente colocándose a su altura pero poniéndose nervioso porque no recibía respuesta alguna.

Es un amigo, un nuevo amigo.

Era lo único que pensaba Felix viendo al chico frente a él, le emocionaba pensar que tendría a alguien con quien jugar y eso le encantaba, así que poniendo una gran sonrisa en su rostro y lanzando su osito a cualquer lado se abalanzó a Jisung en un gran abrazo.

- ¡Amigos! - gritó el pequeño haciendo reír a sus padres. Con esa tierna escena Han Jisung se integró a la familia Lee.

°°°

Pasaron alrededor de dos años y tanto Jisung como Felix se tenían un gran cariño, pues el pecoso nunca lo vio como su niñero sino como su mejor amigo, es más, hasta había reemplazado el lugar de su peluche de osito favorito.

Jisung se había vuelto tan cercano a la familia que incluso ya contaba con un cuarto en la casa para cuando tenía que quedarse hasta altas horas de la noche y al día siguiente tenía clases. Le gustaba su vida, tal vez no había un hijo guapo del cuál se enamoraría pero Felix hacía su trabajo más ameno, bueno, no tanto, ya que una vez que el pecoso agarró confianza dejó su faceta de niño tierno de lado y con eso llegaron los pequeños berrinches y las travesuras que fueron incrementando conforme el pequeño crecía.

En la actualidad el pequeño niño había entrado a la escuela primaria, por lo que Jisung podía acomodar mejor sus horarios para poder seguir continuando siendo su niñero, era un poco difícil crear una rutina, pues de lunes a viernes cuidaba de Felix desde  que salía de la universidad hasta que el matrimonio Lee llegaba y luego tenía que hacerlo algunos fines de semana. A veces quería un tiempo para respirar pero para su desgracia las cuentas no se pagan solas, esto de ser un adulto independiente no le estaba gustando del todo.

- Oye Lixie ¿Te falta mucho para terminar tu tarea? - preguntó Jisung saliendo de sus pensamientos centrando de nuevo su atención en el niño que garabateaba su cuaderno disque haciendo unas planas.

- Nopi, ya casi termino. - decía el pecoso sacando su lengüita para mayor concentración, podía escucharse el sonido del trazo del lápiz que se movía con mayor rapidez. - ¡Listo hyung! ¿Ahora sí podemos ir a jugar?

- Vamos.

Como era costumbre Jisung tomó una pequeña mochila con cosas que podría necesitar en el camino, le puso su chamarra a Felix y emprendieron camino hacia el parque quedaba a un par de calles de la casa, bueno, eso hubieran hecho si el su camino no hubiera sido obstruido por un gran camión de mudanza y varios trabajadores metiendo y sacando cajas.

- Creo que tendremos que rodearlo. - explicó Jisung tomando de la mano al niño para dar media vuelta.

- ¡Espera! - una voz a sus espaldas hizo darse vuelta de nuevo y vaya...

Un chico azabache de nariz perfilada, grandes ojos y una piel tan pálida provocó que sus manos comenzaran a sudar y sus piernas a temblar.

- Mucho gusto, soy Lee Minho, su nuevo vecino. - se presentó con una gran sonrisa el chico contrario mientras extendía su mano.

Han tragó grueso, silenciosamente tomó a Felix en brazos. - Yo no vivo aquí. - contestó rápidamente para salir corriendo dejando al azabache un poco perplejo.

- ¡Yo soy Felix! - alcanzó a gritar el niño sacudiendo su manita para saludar a su nuevo vecino sonriendo ante lo rápido que iba Jisung. 

Minho rió ante lo particular de la escena y continuó con su mudanza, por otro lado, Han Jisung no sabía si su corazón iba tan rápido por el esfuerzo físico o por el ridículo que acababa de hacer, no podían culparlo, hace mucho que no veía un chico tan lindo.

Felix solamente se dedicaba a reír, eso había sido divertido.

°°°

¡Felix manos a la obra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora