17. Dos niños traviesos: S.O.S

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Era un fin de semana bastante soleado, afuera el sol era tan abrasador que mucha gente prefirió quedarse en casa como era en el caso de Han Jisung y Lee Minho, quienes apesar de estar en el pequeño departamento del primer mencionado y encontrarse abrazados sobre el sofá del mismo, no le prestaban mucha atención al calor sofocante entre sus cuerpos debido a lo anterior.

- ¿Me quieres? - preguntó de nueva cuenta el castaño mientras enterraba cada vez más su rostro en el cuello ajeno provocando que sus labios llegaran a rozarlo un poco.

- Claro que te quiero. - no dudó en responder el azabache haciendo círculos imaginarios sobre la espalda del contrario.

- ¿Seguro?

- Sí Jisung, te quiero tanto como no te imaginas.

- Entonces... ¿cuidarías de Felix un par de horas el viernes?

- ...

- Lo sabía, no me quieres tanto.

Jisung hizo el intento de salir de los brazos de Minho mas este se aferró como si su vida dependiera de ello

- No tiene nada que ver cuidar de Felix con mis sentimientos hacia ti, no hay lógica.

- ¡Claro que la hay! - exclamó exaltado el castañito sentándose correctamente. - Lixie y yo venimos en paquete, es como una pequeña sanguijuela a la cual no quiero despegar de mi cuerpo.

Minho soltó una pequeña risa para después levantarse del sofá y caminar en dirección a la cocina.

- ¿Tienes hambre?

- No me cambies de tema. - pidió Jisung mientras alcanzaba al más alto por unos cuantos centímetros y se prendía a su espalda. - Por favor Honnie, hace mucho que no salgo con Chae y no puedo cancelar con los Lee, te juro que son solamente un par de horas, aparte es en la tarde donde Felix se encuentra más dormido que despierto.

Poniendo la cara más tierna que pudo, Jisung comenzó a suplicar juntando sus manos esperando que su novio se apiadara de él.

Minho por su parte no quería ceder tan rápido, era su día de descanso y en sus planes no estaba pasarlo con un niño moquiento. Su primera opción era pasar un día más en compañía de su novio, pero al ser viernes Han por las mañanas tenía clases y al parecer en la tarde quería salir con su mejor amiga, así que su plan secundario era pasarse el día entero en ropa interior comiendo comida chatarra y viendo algún anime inconcluso que tenía por ahí, así que no supo el porqué asintió rendido.

- ¡Muchas gracias Honnie! Te juro que no te dará muchos problemas, vas a terminar amando a Felix como yo lo hago.

Dicho este Jisung salió en busca de su celular para darle las buenas noticias a su amiga y para el azabache esa felicidad que irradian el castañito fue suficiente recompensa, sabía que su chico trabajaba muy duro pagando su universidad, él ya había atravesado por lo mismo y conocía lo asfixiante que era estudiar, así que ayudarlo un poco para que disfrutara un fin de semana era lo menos que podía hacer, aparte ya conocía a  Felix, y aunque nunca estuvieron solos por más de una hora, este era un niño muy tranquilo... ¿cierto?

°°°

El viernes había llegado más rápido de lo que Minho hubiera querido, hace un par de minutos atrás Jisung le había mandado un mensaje con la dirección de la escuela de Felix para que pasara a recogerlo y los números telefónicos del hospital donde trabajaban los padres del pecoso en caso de alguna emergencia.

Hasta este momento, el azabache se encontraba tranquilo. El ya se consideraba un adulto en todo el sentido de la palabra, tenía un buen trabajo, tenía una casa, por lo que dentro de su cabeza se sentía lo suficientemente capaz de cuidar de un niño pequeño, así que al llegar a la dichosa escuela se sorprendió mucho cuando pudo visualizar a Felix esperándolo sentadito sobre una de las bancas afuera de la institución mientras balanceada sus piernitas, pero eso no era todo, a un lado de este se encontraba aquel niño que siempre andaba detrás del pecoso como un corderito, Changbin.

¡Felix manos a la obra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora