1. Un niñero un poco torpe

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Felix salía felizmente de un día más de escuela corriendo a los brazos de Han Jisung que siempre lo esperaba enfrente de la puerta para que no tuviera que caminar demasiado.

Ambos iban de regreso a casa platicando acerca de qué había hecho el día de hoy, mientras el mayor cargaba su mochila y lo tomaba de la mano, pues las calles estaban un poco llenas porque era la hora cuando los menores salían de la escuela y lo mayores a comer.

- Changbin se cayó de su silla durante clase por quedarse dormido. - contaba el pecoso entre risas. - Se pegó en el trasero pero cuando comencé a reírme me caí también. Luego la maestra me regañó a mi en lugar de a Changbin como si yo lo hubiera tirado... - seguía narrando Felix esperando algun comentario de su niñero pero no recibía ni un mísero sonido, indignado, volteó a ver a su mayor pero este no parecía prestarle atención. - Sabes Hannie hyung, la vez pasada yo mojé tu mochila. - confesó dispuesto a soltar la mano contraria para salir corriendo pero de nuevo nada pasó.

Cansado de ser ignorado estaba dispuesto a empezar un berrinche, por lo que  inhalando una gran cantidad de aire para poder soltarlo en un potente grito sintió como su hyung dejaba de caminar, así que olvidó lo que estaba apunto de hacer y miró hacia al frente, no vio nada interesante, a excepción de su nuevo vecino. El otro día luego de que Jisung se lo llevara corriendo cuando se presentó el tal Lee Minho, él mismo regañó al mayor por ser grosero y no saludarlo de vuelta, era injusto todas esas veces que le llamaban la atención por no ser respetuoso y su niñero era el primero en serlo, la decepción.

- Hannie ya tengo hambre. - dijo jalando el pantalón contrario para poder seguir avanzando hacia su casa, el contrario solamente asintió agachado su mirada.

Una vez frente a la puerta comenzó a impacientarse porque Han parecía embobado de nuevo, como cuando él veía ese programa de cocina donde preparaban unos deliciosos brownies, sí, definitivamente ya tenía hambre, su pancita rugía de tan solo recordarlos.

- Hyung, en serio tengo hambre. - decía dando saltitos para llamar la atención del contrario.

- S-sí Lixie, ya voy. - tomando con las llaves con manos temblorosas Jisung trató de abrir la puerta tratando de pasar desapercibido para cierto azabache que se encontraba llegando de hacer las compras. Lamentablemente el pecoso a su lado tenía otros planes.

- ¡Mira Hannie! Es Minho hyung, deberías aprovechar para saludarlo y demostrar que no eres grosero. - comentó como si fuera una gran idea. Jisung quería patearlo. - ¡Hola Minho hyung! - gritó el pecoso moviendo su manita efustivamente de lado a lado provocando que el chico volteara a verlos. Con una gran sonrisa el azabache comenzó a acercarse. - Ahí viene, tú puedes Hannie. - alentó Felix sonriendo igualmente.

El pánico se apoderó de Jisung y dejó caer las llaves, rápidamente las tomó y jura haber abierto la puerta en tiempo récord, el castaño apurado la cerró detrás de si y caminó directo a la sala para dejar la mochila de Felix, como si nada hubiera pasado.

- Vamos Lixie, ve a lavarte las manos para que pueda servirte de comer. - ordenó caminado en dirección a la cocina pero regresó al no recibir respuesta alguna, escaneando el lugar se dio cuenta que el niño no estaba.

Antes de que saliera corriendo el timbre hizo eco por  todo el lugar, lo único que pudo hacer fue tragar grueso y acercarse a abrir la puerta.

°°°

- Hola Felix. - escuchó la voz de su vecino a sus espaldas luego de que su torpe niñero le cerrara la puerta en su pobre carita. - ¿Tú hermano te dejó afuera? - preguntó Minho acercándose al niño que veía la puerta como si esta se fuera abrir mágicamente.

- No es mi hermano, es mi niñero. - respondió el pecoso viendo una sonrisa ladina en el contrario, no entendía el porqué.- ¿Puede ayudarme a tocar el timbre? - señaló con su pequeño dedito el botoncito.

- Claro. - siendo tomado en brazos Felix tocó el timbre rogando internamente de que Jisung se diera cuenta de que lo había dejado afuera, esperaba que por esta falta a su persona le tocara doble ración de postre a cambio de su silencio.

- Gracias vecino. - respondió contento por la atención recibida por el mayor.

Unos segundos más tarde la puerta fue abierta dando lugar al castaño que no dejaba de ver a quien estaba detrás suyo. - H-hola. - dijo Han aparentando ser cool pero fallando en el intento. Felix comenzó a reír, su hyung hacia caras graciosas cuando veía al contrario. - S-soy Han Jisung, niñero de Lixie.

- Lo supuse porque la vez pasada me dijiste que no vivías aquí. - comentó el azabache bajando al pequeño niño en el proceso.

Felix quería intervenir y decir que en realidad él se lo acababa de decir pero mejor se quedó callado, estaba confundido, ¿Por qué se sonreían tanto? ¡Ni siquiera el lo hacía!

- Hannie, ya tengo hambre. - volvió a decir esperando que ahora sí le hicieran caso, juraba que su tripita se lo iba a comer si no hacía algo al respecto.

Con esas palabras Jisung pareció regresar a la realidad, tosiendo falsamente se despidió del azabache y entró con el pecoso a casa. El pequeño fue corriendo a lavarse las manos para recibir su deliciosa comida, lamentablemente cuando regresó Han estaba teniendo una crisis mental golpeándose con un cojín.

- Eres un estúpido, tan torpe y estúpido. - repetía el castaño entre susurros.

- ¿Qué tienes Hannie? - preguntó interesado el niño, no le gustaba que a quien consideraba su mejor amigo estuviera así.

Al escuchar la vocecita contraria, el mayor dejó los cojinazos de lado. - No pasa nada Lixie, ahorita te sirvo de comer. - respondió acomodando sus castaños cabellos y caminando como si nada.

Lee Felix sabía que estaba mintiendo, esta vez lo dejaría pasar, así que alzando sus hombros se dispuso a seguir a su hyung con dirección a la cocina.

°°°

Ambos chicos comían entre un plática amena sobre si Patricio estrella en verdad merecía ser amigo de Bob esponja, pues era la caricatura favorita del pecoso. Cuando fue la hora del postre Felix sacó su carta bajo la manga cuando vio que Jisung solamente le había puesto una galleta en su plato.

- Sabes Hannie, ¿Cuándo mi mamá me pregunté sobre lo que hice el día de hoy igual le cuento que me dejaste afuera con el vecino que acaba de llegar? - preguntó inocentemente revoloteando sus pestañas como si no hubiera estado pensando en elaborar esa pregunta desde la tarde.

Han suspiro, ya se la veía venir, es por eso que en esta ocasión sacó las galletas y no el helado. - Pequeño mocoso. - lo llamó entre dientes para darle otra de sus preciadas galletas.

Felix sonrió en grande y procedió a ir a comerlas a la sala para ver televisión. Bueno, lo habría hecho si Han Jisung no estuviera a cada rato viendo a través de la ventana y lo desconcentrara. ¿Qué tanto veía ahí? Se lo preguntaría cuando terminara sus deliciosas galletas.

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¡Felix manos a la obra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora