16. Primer pelea

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Las mañanas entre semana cuando no había clases eran las favoritas de Lee Felix sin duda alguna, le encantaba amanecer un poco tarde, pero no lo demasiado como para perderse de sus caricaturas matutinas, le gustaba que su Hannie le diera leche con chocolate después de comer frutas y de paso le encantaba que el último mencionado se encargara de mimarlo y jugar con él todo el día como si fuera la única obligación de la cual tenía que hacerse responsable.

Felix amaba ser un niño, por esa y muchas razones más el pequeño pecoso no quería crecer. Sin embargo, miles de pensamientos llegaban a atormentarlo hoy en día, más aún cuando veía a Han Jisung y Lee Minho sentados en la acera a las afueras de su casa mientras entrelazaban sus manos y se otorgaban pequeños besitos que provocaban que al niño le diera un poco de asco ver como sus mayores compartían baba, él no se imaginaba haciendo algo así nisiquiera en algún futuro demasiado lejano, inclusive le había dicho a su mejor amigo Changbin que si en algún momento llegaba a hacer algo de esa magnitud le diera un zape y le tirara toda su colección de peluches de Pokemon.

Acciones drásticas necesitan de medidas aun más drásticas.

Sin embargo, dejando las muestras de afecto de lado, Felix ya se había acostumbrado a ver a su vecino y a su niñero pasar el tiempo pegado al otro, era obvio después de que llevaran cinco meses juntos y que el pecoso se convirtiera automáticamente en la tercera rueda, pero no en un mal sentido, ya que a él le encantaba serlo.

Es mas, ahora al australiano tambien le gustaban mucho aquellas ocasiones en donde ambos chicos estaban con él porque lo mimaban el doble y, lo mejor de todo, era que había aprendido que Lee Minho era más fácil de manejar que su niñero, puesto que con el primer mencionado solamente le bastaba batir un poco sus pestañas mientras jugaba con sus rechonchas manitas para que el azabache le diera lo que quisiera, nisiquiera sus padres caían tan bajo. Lo más gracioso era de que Hannie terminaba regañando al mayor por consentirlo y despues el pecoso agregaba que como el azabache se había portado mal no merecía los besitos de su niñero, así que los tres terminaban sentados en algún sofá viendo alguna película de su elección mientras Jisung le daba besitos en sus cachetitos y el mayor se moría de envidia, Felix disfrutaba tanto de esos momentos.

Aunque había otras ocasiones en las cuales Minho tenía que ir a trabajar o necesitaba hacer algunas cosas importantes dentro del mundo de los adultos y los días resultaban ser iguales a como cuando solamente eran Jisung y Felix.

Por esa razón, el pecoso no se sorprendió cuando su Hannie pidió permiso a sus padres para ausentarse un par de días al trabajo porque iba a tener una salida con su novio, era algo de lo cual había escuchado hablar a los chicos una vez que se hizo el dormido mientras acariciaba al gato de su vecino, sin embargo, sí que lo hizo cuando el día en el que se suponía que Jisung no cuidaría de él este llegó.

Algo andaba mal, fue lo primero que pensó Felix cuando vio al castaño cruzar la puerta mientras era recibido por su madre, por lo que dejó sus peluches de lado y corrió a darle un abrazo.

- ¡Hannie! Pensé que no vendrías hoy, mi mamá mintió. - comentó el pecoso dándole una mirada acusatoria a la recién nombrada.

- No me veas así Lee Felix, al parecer a mi también me han mentido. - respondió la mujer provocando que Jisung se sintiera un poco cohibido.

- L-lo lamento señora Lee.

- No te preocupes Hannie, a mi también me hacía falta un descanso y por eso que me avisaras que ibas a faltar me cayó como anillo al dedo. - sonrió la mayor suavizando un poco sus facciones. - Pero a todo esto ¿todo bien? Vi que Minho salió temprano en la mañana en su auto, supuse que habían partido a esa hora. - agregó mientras encaminaba a los contrarios en dirección a la sala para que tomaran asiento.

¡Felix manos a la obra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora