10. Primera cita y termina mal

705 105 17
                                    

Era un día especial para Han Jisung, al fin la vida parecía sonreírle y le gustaba pensar que seguiría así por mucho tiempo más.

El fin de semana había llegado, eso quería decir que hoy no sería un niñero jugando entre tierra o bloques de plástico o incluso fingiendo casarse con un peluche de pollo, solamente sería él, sus tareas, alguna una serie, comida chatarra y quizás una pequeña siesta... Mas bien eso sería algo que haría normalmente en sus días libres, sin embargo, hoy no podría ser posible, puesto que hoy tenía una cita y no con el dentista, sino con Lee Minho.

¿Cómo paso esto? Pues desde que un par de niños le hicieron, por no decir, lo obligaron a hablar con cierto azabache, al día siguiente luego de dejar a Félix en la escuela regresó a la casa un poco cansado de la vida, sin embargo, antes de ponerse a estudiar para perder un poco el tiempo encontró un pequeño post-it pegado en la puerta deseándole un buen día junto con un número celular, lo bueno es que en aquella ocasión estaba solo y pudo gritar sin temor a espantar a los niños.

El resto de la semana se la pasó mensajeando con el mayor desde el dichoso mensaje de buenos días hasta llegar al deseado buenas noches, simplemente era algo que comenzó a hacer inconscientemente, jamás llegó a pensar que tenían tantas cosas en común como para poder hablar por muchas horas y no aburrirse, eso lo ponía bastante feliz.

Sin embargo, todo esto se lo ocultó a Felix. No era por ser mala persona, pero el pecoso seguía elaborando planes en compañía de su amigo durante sus recesos y no quería acabar con la emoción en ambos pequeños, era demasiado lindo cuando iba a recogerlo y comenzaba a relatar todos los pasos que tenía que hacer para "enamorar a Minho hyung", incluso continuaba con la idea de que estar cerca del azabache lo enferma y le había pedido usar una mascarilla cuando estuvieran juntos, simplemente era demasiado tierno; por esa razón, Jisung le pidió al mayor verse el fin de semana en un lugar un poco alejado de la casa de los Lee, prometiéndose internamente contarle a su pequeño pecoso después.

Y aquí estaba Han Jisung, listo una hora antes esperando en la sala de su departamento por la llegada de ese lindo azabache que últimamente no salía de su mente, sus manos no dejaban de sudar y no podía borrar la tonta sonrisita que había surgido desde que lo habían invitado a salir, porque sí, Lee Minho fue quien rompió el hielo con la excusa de que es mil veces mejor hablar en persona que por mensaje y pues el castaño no se hizo de rogar, aceptó en seguida sin alguna duda.

Para matar el tiempo Han comenzó a chatear con su mejor amiga para liberar un poco sus nervios y no quedarse como tonto mirando hacia la nada hasta que fuera el momento de partir, se encimismo tanto en la historia sobre como su amiga se había peleado con una señora de mayor edad en el super que no se dio cuenta que ya habían pasado 15 minutos de la hora cuando la puerta fue tocada y nisiquiera lo había notado.

Un par de segundos después un mensaje apareció en sus notificaciones avisando que Minho ya se encontraba esperándolo, por lo que  rápidamente se levantó de un salto y caminó a la puerta. Antes de abrir revisó por última vez su ropa, había optado por usar unos jeans un poco deslavados y una suéter lila, no sabía a dónde irían y prefería ir cómodo a pasar un mal rato.

Soltando un suspiro para liberar el estrés abrió y casi le dan ganas de volverla a cerrarla, soltar un grito y volver a abrirla porque Lee Minho estaba ahí parado viéndose tan genial con unos jeans negros y una playera blanca, cosas tan básicas que aún así lograron que el corazón del castaño se acelerara de manera inmesurable.

- Lamento la tardanza, pero había un poco de tráfico. Te ves lindo Sung. - comentó a manera de saludo Lee con una sonrisa en sus labios.

- H-hola hyung. - musitó en respuesta sintiendo sus piernas temblar ligeramente.

¡Felix manos a la obra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora