Capítulo 11» El instituto «

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Capítulo 11» El instituto «

me bañe, me puse la falda del insti, la camisa, abroche los botones para luego ponerme la corbata negra, las calcetas y los zapatos que eran con tacos ya que así lo exigía, me maquille un poquito, y me hice un chongo en el cabello.

Baje, y comí un poco solo un poco, solo comí la mitad de una tostada siendo que Demi me hizo dos tostadas con huevo, me bebi el te con canela, tome mi bolso, sentí como Adrián partía en su camioneta dejándome en casa, corrí, salte los arbustos y llegue al aparcado de coches, me subí a la camioneta, como pude, es demasiado alta para mí—te atreves a dejarme en casa te corto las bolas—dije con una mirada asesina.

Soltó una pequeña carcajada mientras yo me abrochaba el cinturón—cabezota—me llamo y rodé los ojos.

—podemos ir nos ya por favor—Pidió André desde el asiento de atrás

Me puse mis audífonos y mire todo el camino la pequeña ventanilla, cuando llegamos, me subí un poquito la falda ya que se me había bajado, seguí caminando al lado de mis hermanos, note como las chicas del insti tenían un cuerpo perfecto, los accesorios que llevaban que por supuesto "eran del momento" no me intimidaban, solo el hecho de que fuesen mas nutridas que yo, note como me miraban con rechazo, y no me tarde darme cuenta que esas chicas querían algo serio con Adrián o se habían acostado con el pensando hacerlo cambiar.

Llegue al salón y abrase a Nikki —las chicas aquí son una PE-SA-DI-LLA andante —confeso

—dice lo a nosotras—Hablo Isabel parada al lado de Tristán.

Las clases pasaron rápido, sin darme cuenta ya estábamos en la tercera semana de clases.

Vi la tarjeta en mi taquilla "Recuerda que te quiero atentamente Eliot", sonreí, lastima que no quedamos en el mismo salón, me volteé y lo abrazarlo, creo que fue sencillo darme cuenta que solo sentía solo una amistad por el, vi como Jaziel tensaba la mandíbula y se dirigía al camerino de hombres, donde chicos salían de hay como si el fuera un monstro. —Ya vuelvo—dije separándome, cerrando la taquilla, me dirigí a los camerinos sin que nadie me viese y cerré la puerta.

Camine unos cuantos pasos, para verlo en las duchas sentado en el suelo, con la espalda y cabeza en la pared, fumando tenia que admitir que se veía guapo—Que mono—hable—Esos pijos salieron como si hubieran visto a la llorona—me pare en frente de el.

—¿la llorona? —frunció el ceño hasiendo que el humo saliera de su boca

—es una leyenda, muy famosa a lo largo del mundo, es sobre una mujer que vivía en México, que al enterarse que su esposo le era infiel, ahogo a sus hijos en un riachuelo, la mujer al darse cuenta de lo que hizo se lanzo al riachuelo ahogándose, junto con ellos, a diferencia de los niños su alma no pudo pasar a la otra vida había quedado llorando y lamentándose, y cuentan que su alma se raptaba a los niños cuando no dormían y los llevaba al rio, los ahogaba—respondí y solté un suspiro —mis abuelos cuando éramos pequeños, nos quedábamos con ellos y cuando no queríamos ir nos a dormir nos decían que la llorona iba a dormir y si no nos encontraba durmiendo antes de las once de la noche, nos llevaría y nos mataría, corríamos, nos lavábamos los dientes y nos metíamos a la cama, mi abuela tocaba la puerta diciendo "aún no están dormidos, la llorona esta en la puerta de la casa", no nos dormíamos, nos desmayábamos del miedo .

rio—media macabra tu abuela.

—Si... ¿y tu te quieres echar a perder lo pulmones ente de tiempo?—se levanto del piso y quedamos cara a cara, lo mire de pies a cabeza, muriéndome el labio, poco a poco mi mano acaricio su brazo con las venas marcadas, poco a poco baje hasta su mano, se llevó el cigarrillo a la boca, eso me frustro, lleve mi mano le quite el cigarrillo y me lo lleve a la boca—Gracias—miro su mano donde ya no estaba el cigarrillo y me miro a mí, me lo lleve a la boca dándole una calada —me has hecho ahorrar los míos— le guiñe un ojo saliendo de los camerinos.

Sali del camerino de los hombres Eliot me hizo una escena de celos a lo que le corte de inmediato.

Soltería que alegría volver a verte te extrañe tanto

Soltería que alegría volver a verte te extrañe tanto

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La hija de los CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora