Capítulo 30» Los Leone, una familia de honor «

3 1 2
                                    

Capítulo 30» Los Leone, una familia de honor «

Me mire al espejo, ya no estaba tan delgada como antes, las grandes sombras que estaban en mi cara, ya no estaban, no había rastro de ellas.

Me vestí con una falda color negra, con una cadena, una blusa de color rojo vino, y mis típicos tenis Adidas

Tome una caja con la nueva dedición de las botellas de vino de papa que era mi vino porque tenía mi número representativo y mi fecha IV – 2000

Cuando llegue a la casa de los Leone Jaziel me abrió, me hizo pasar mas adelante, tomo mi mano y caminamos juntos hasta afuera, en su pario en los árboles había luces led amarillas, todo elegante y lindo como siempre, en los sofás artesanales, cubiertos con cobertores de croché, estaban sentados Isabel y Caleb.

Isabel se levantó y me abrazo—Hola—me saludo

—Hola ¿Cómo esta ese ojo morado? —pregunte

—Mejor—nos separamos, mire a Caleb quien sonrió amablemente.

—Hola Adelaide—Respondió y tan bien me abrazo, luego de unos segundos nos separamos—Sigues igual de enana

Me mordí los labios para no perder tan rápido la paciencia—Lo se —contesté con mi 1.59 y 39 kilitos.

Jaziel le abrazo por la cintura apoyando su cabeza en mi hombro, por lo menos se veían mejor que ayer, los tres.

Y de repente apareció el señor Jonatan Leone—Adelaide, es un gusto verte ¿Qué te trae por aquí?

—tan bien es un gusto verlo señor Jonatan—respondí amablemente

—Papa—lo llamo—Yo, invite a Adelaide a cenar porque, Adelaide y yo somos novios—Declaro

Pode notar la expresión de sorpresa del Señor Jonatan—Siempre supe que entre ustedes había algo mas—menciono.

Nos sentamos en la mesa, y empezaron las preguntas

—¿y a tu familia no le importa que salgas con alguien que tiene 18 años? —pregunto Romina, era desagradable la pregunta

Rodé los ojos—Si—respondí

Me lleve el tenedor con un pedacito de carne a la boca —¿Qué se siente saber que tu novio se va a ir a varias horas lejos de ti, y pueda pasar algo? —romina me estaba provocando

—Llevamos un mes juntos, estando a la distancia, ¿Por qué no lo haríamos por mas tiempo? —declaro Jaziel

Me lleve otro pedazo de carne, pero esta vez con ensalada a la boca—¿ y no sabes cuantas calorías hay en esa carne? —consulto

Mire a Jaziel y luego a Romina, me estaba probando y para ella mi paciencia era muy poca—336 calorías—respondí con la cabeza en alto

—¿y no te importa? —pregunto

Alce los hombros—¿Cuál es la necesidad de que me importe un número? —respondí y vi como ella se iba molestando.

Jaziel sonrió.

Cuando terminamos de comer, me llevo a su habitación

—Me voy a Bañar—Dijo entrando a al baño y yo me senté en la cama

Jaziel Leone

Me metí a la ducha dejando que el agua empapara mi cuerpo, recordé ese sueño erótico que hace mucho no recordaba.

Que se volvió mi definitivamente mi fantasía sexual: Adelaide en un vestido rojo moviéndose encima de mi.

Ese sueño lo recuerdo con nostalgia aun que no se si se cumpla algún día.

Y una silueta tras la mampara de la ducha, era Adelaide, a través del vidrio vi como su ropa interior rodaba por sus piernas, definitivamente es la perfecta novia para un pervertido.

Se metió a la ducha junto a mi, sin notarlo estaba sonriendo

Ya no era mi ducha, era nuestra ducha, su mirada me dice muchas cosas, y cada una de ellas mejor que la anterior.

La imagen de ella, del agua recorriendo cada parte de ella que yo ya la recorrí antes, lo hacia a propósito, ella sabe lo que hace y como lo hace.

Ella recoge su cabello hacia atrás, ella tiene una especie de magia que hace que después de mirar sus ojos mire sus labios, los cual presione contra los míos, mis manos acariciando su trasero, presionándola contra mi, sus manos en mi rostro, choque contra la pared de la ducha, Adelaide beso mi cuello, soltado jadeos, asiendo que arqueara mi cabeza, sin darme cuenta la acorrale contra la pared sin dejar de besarla, besando sus pechos—Ah...—gimió sus manos acariciaban mi espalda, sus piernas enrolladas en mi cadera, envistiendo, sus gemidos eran una melodía ardiente para mis oídos para cuando gemía mi nombre —Jaziel...Ah...—gimió.

Adelaide Correa

Desperté desnuda entre las sabanas negras de Jaziel, mi teléfono no paraba de vibrar eran las 5:00 AM

Llamada entrante de

Adrián

Adelaide Demi empezó con trabajo de parto, estamos camino al hospital—informo

ahora mismo voy para haya—colgó

Me empecé a vestir y le deje una nota a Jaziel

Corrí al hospital.

¿Qué será niña o niño?

Llegue al hospital cuando llegue estábamos André, Adrián y yo sentados en el suelo de un pasillo oscuro y frio.

Llegue al hospital cuando llegue estábamos André, Adrián y yo sentados en el suelo de un pasillo oscuro y frio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La hija de los CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora