Capitulo 13» El castigo «

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Capítulo 13» El castigo «

Estaba entrando al insti vi como Martina estaba peleando con Sasha una de las chicas mas populares—No sabes que los LGBT no son de dios! —le grito —Ósea un día eres un chico y al otro día un perro

—Amor vamos—le insistió Nikki.

—¿acaso no tienen vaginas que lamer en sus miserables casas?—dijo Sasha

Todo estaban haciendo un círculo —¿y tu no tienes penes que chupar? —hable pasando por la multitud.

—Pirate—pidió Sasha

—¿Pirarme?, no gracias—respondí con un tono irónico—¿no sabes que es de mala educación opinar de cosas que no te importan?

—Ellas son las que se ganan en pleno pasillo a hacer sus cochineras lesbianas—argumento

—si no te gusta, no mires ok y si te quejas es por que les tienes envidia ¿no? —respondí ella me jalo el cabello, y mi puño se palmo en su rostro, quedando con una mano tapándose la cara, cuando se la destapo pude ver como se le rompió la comisura de su labio.

Observé como Jason el hermano de Sacha venia rápidamente a mi y su puño a mi rostro, pero vi como Jaziel desviaba ese golpe y lo golpeaba, los amigos de Jason se metieron y digamos que 1 contra 3 no es justo, Adrián no perdió el tiempo y junto a sus amigos se metió a pelear.

—señorita correa, señor correa, señor Leone, Señor Torres, Señor Jimenes, señorita Gonzales, señorite Pilmas, señor Gómez quedan en detención una semana después de clases los ocho—la sangre me hervía ¿Por qué Sasha y su hermano no están tan bien en detención?

Salimos del despacho—Perdón por meterte en problemas—le dije a Adrián

—Tranquila, de todos modos, es un placer meterme en problemas con mi hermanita—sonreí

Después de clases nos encerraron en un salón, teníamos que copiar en un cuaderno 100 veces escribir "no debo meterme en problemas y mucho menos en peleas" se toba con la primavera estaba llegando, es profesor Fares el encargado de cuidarnos que hagamos la "tarea" no vigilaba, teníamos que estar hasta las siete de la tarde, de repente el profesor salió del salón y cerro con llave, Martina me pincho con una tijera en las costillas, por encima del uniforme y la mire.

—Ya sabes que hacer—me dijo pasándome las tijeras, solté un suspiro, me levante del asiento, me pare detrás de ella quien aún estaba sentada.

Tome un mechón de pelo—¿Segura?, ¿ahora? —pregunte

—¿Tienes miedo? —contesto y tomé aire, vi como el cabello caía al suelo, con la cámara del teléfono se miro—Si, me gusta—dijo, pues estaba recién comenzando su proceso de transmisión, con un cepillo que tenia en mi mochila le empecé a peinar los los pocos mechones lagos que deje hacia atrás, los amare con una liga—asique ahora, eres Martin—dijo Nikki apoyándose en la mesa, notaba su cara de miedo en su rostro y la podía entender, ahora tan bien se tendría que enamorar de Martin

Le puse enzima el gorro de André que el me dio, era de hombre y sabía que le quedaría bien, se lo puse tapándole los ojos —Te queda mejor así, pijo —dije con una sonrisa—¿no chicos? —pregunte

—Si—Confeso Nate, con una escoba y pala sacamos todos los cabellos del suelo y los tiramos al basurero.

Mire por la pequeña ventana, no había nadie por los pasillos—¿Nos piramos?

—¿y como se supone que vamos a salir si estamos en un cuarto piso? —pregunto Adrián mire enzima del escritorio un clip, lo desarme.

—Ah ya se—dijo Nikki quitándome el clip y poniéndolo en la cerradura, apego su oído, y lo movió un poco cuando lo despego la intento abrir, pero seguía cerrada—Mierda

Se lo quite, me agache y con el clip empecé a penetrar la puerta y se rompió, mire a Martin—Préstame tu navaja por favor—pedí y me la lanzo, la atrape con las manos y la abrí, metí el filo en la puerta, penetrando hacia arriba y abajo

—¿pero que haces? —exclamo a Gabriel y la puerta se abrió.

Me levanté y fruncí la seño —No me voy a quedar aquí hasta las siete de la tarde ok—dije tomando mis cosas y irme, pero antes cerré la puerta que se volvió a cerrar con llave

Cuando llegué a la camioneta me di cuenta que Adrián tiene las llaves, volví a subir, me ti por las ventilas dejando mi mochila por los pasillos, entre al salón —Adrián dame las lleves.

—No—dijo—te las doy si vuelves a abrir la puerta, ni Jaziel la a podido volver a abrir.

—Ok—miré a Jaziel y volví a hacer los movimientos con la navaja —denuda.

Llegue a casa y me lance a la cama

Llegue a casa y me lance a la cama

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La hija de los CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora