Capítulo 44 «Todo o que empieza tiene un fin»

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Capítulo 44 «Todo o que empieza tiene un fin»

Salimos ambos a recibir a los invitados y a saludar.

—Taylor—le hable, tomando la mano de Jaziel—El es Jaziel, Jaziel, es el Taylor

—Es un gusto conocerte Jaziel—admitió Taylor

—Lo mismo digo—respondió Jaziel, mirándolo seriamente, su mano de la nada cambio a mi cintura apegándome más a él.

Jaziel Leone.

Mire como ese chico Taylor miraba a Adelaide, mi Adelaide, estaba a la nada de desnudarla con la mirada.

—Lo mismo digo—mentí, y estaba decidido a ni intentar llevarme bien con él.

Nos dirigimos a la vista del escenario.

La abuela de Adelaide se subió—Gracias a todos por estar acompañándonos—menciono—Hoy estamos aquí para celebrar a los logros y mujeres de la familia Month, y sobre todo por que una se nos une—estaba emocionado—Adelaide Correa Month, pasa adelante querida—pidió.

No estábamos solo las familias invitadas, si no que tan bien grandes empresarios, compañeros del internado de Adelaide, paparazi y camarógrafos y entrevistadores, otro gran evento del año.

Adelaide se subió al e senario y se paró al frente del micrófono.

Sonrió—Bueno, principal mente darle la gracias a los invitados por venir, agradecer a mi abuela, quien me a guiado en esto que seria la adolescencia, donde no somos ni unos niños ni unos adultos, Gracias a mis hermanos, que además de hermanos son mis cómplices—admitió—gracias a mis tías por ser un gran ejemplo a seguir

—Es hermosa—escuche una voz a mi lado, era Taylor.

—Tan linda y tan mía—solté

—Bueno, quizás te la quite—lo mire, y solté un golpe.

El se abalanzó contra mí, yo lo lance al bufet para que luego el callera en la piscina.

En ese momento me di cuenta que eso era lo que el quería, sacarme de mis casillas para que yo quedar como el malo, ante Adelaide.

Estaba avergonzado y molesto, entre a la casa y subí las escaleras dirigiéndome al cuarto de Adelaide.

Adelaide Correa.

Me bajé del escenario y seguí a Jaziel, estaba molesta pero tan bien quería saber cómo había empezado la pelea.

Lo seguí hasta mi habitación—¿Qué paso haya abajo? —pregunte

El ni me miro, mucho menos me contesto.

—Jaziel—lo nombre—JAZIEL! —exclame y me miro—QUE PASO HAYA ABAJO.

—Es estúpido explicártelo cuando tu le permites ese jueguito—Ataco.

—¿Que jueguito?

—COQUETEAS CON OTRO EN MI CARA—no sabia de lo que hablaba

—YO EN NINGUN MOMENTO LE COQUETE—conteste con el mismo tono

El solo entro al closet tomo una maleta y hay iba metiendo su ropa.

—¿QUE HACES? —pregunte

—ME VOY—respondió

—¿enserio te vas a amargas por una tontería?

—Si para ti esas miradas son normales, si

—¿Vas a tirar a la basura ocho meses de relación a la basura? —eso lo detuvo.

Pero no por mucho, observe como cerraba la maleta—estoy cansado—excuso. —estoy cansado de ti, de esta relación, de todo—mis ojos se cristalizaron y sentí como lagrimas caían. —Quizás si no tuviéramos tanta diferencia de edad, o estuviéramos en la misma etapa

Me quería morir, estaba terminando conmigo.

Estaba a nada de atravesar la puerta—Si sales por esa puerta solo estas probando que...tu estas renunciando a quererme...y créeme Jaziel que, en un futuro, si nos volvemos a ver...—negué—no esperes que luche yo por ti por que con esto yo renuncio a ti.

El me miro—pues mierda que haci sea—paso esa puerta y el cerro.

Caí en el suele derrotada, rompiendo en llanto.

No se cuento tiempo estuve en mi habitación, sola llorando desconsolada, pero no quería salir de ahí.

Jaziel Leone.

Me Uber, apoyando mi cabeza en la parte de atrás del asiento

Cuando llegue al aeropuerto tome un había que me dejara lo más cerca de Sicilia, donde estaba la escuela de Investigaciones.

Ya todo había terminado, no había razón para sufrir, y menos por luchar.

Me tome un par de copas, la idea era emborracharme cosa que hace mucho no lo hacía.

Ella toco la puerta, le conté lo que paso.

Me beso, poco a poco la ropa estorbo y más la interior.

Al día siguiente desperté al lado de ella denuedo, obvio que estaba consciente de lo que ambos hacíamos.

Cuando se vistió y me fui a desayunar con los chicos.

—¿Qué hacía Florencia saliendo de la habitación esta mañana? —pregunto Markus

—Nos acostamos—respondí los tres se miraron.

—¿Qué paso con Adelaide? —me pregunto Flavio.

—se terminó—dije sin mas

—¿Por qué? —pregunto

—Me dio celos uno de sus amigos, ya no era lo misma, quizás no era solo yo el que se sentía haci y éramos ambos —exprese—quizás fue lo mejor, para ambos, después de todo yo siempre he sabido enfrentar mis mierdas solo, no la necito, siempre he estado solo y da igual...y ella es solo una belleza América, con sangre europea y chilena.

Rato después me llamo Isabell, y me pidió que le contara lo que paso, y le deje en claro que nunca volvería con Adelaide.

Una semana después.

—¿entonces? —sonreí—¿quieres ser mi novia? —propuse

Ella sonrió, y vi como el verde de sus ojos brillaba para mí—Si—respondió ella abrazándome.

Ella dejo un beso en mis labios el cual correspondi.

La hija de los CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora