Capítulo 35 «Un Correa nunca se sentirá insuficiente ¿o sí?»

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Capítulo 35 «Un Correa nunca se sentirá insuficiente ¿o sí?»

Adrián Correa

Apenas comía

Solo queda un puto mes para que me fuera a estudiar medicina en Talca, Chile

No quería arruinar el ultimo mes que le queda a Adelaide en casa.

Sus palabras fueron tan duras.

—Me vas a negar siempre! —exclamo

Pase una mano por mi cabello—¡Te quiero proteger!

Ella negó —Te molesta...que te vean con una chica que no tiene los mismos seguidores que tu, en Instagram o en cualquier otra red social.

—No...—solté—Solo mira a Adelaide y Jaziel...—mal ejemplo Adriancito—Los paparazzi, la gente, los medios...—expuse—TODAS ESAS PERSONAS, TODAS ESAS MIERDAS LOS OBLIGARON A ADMITIR QUE SI ESTABAN JUNTOS—Alce la voz—no quería eso para Adelaide, no quería que los medios se fueran encima de ella —me lamí los labios pasando mi mano por mi barbilla —y no quiero eso para ti. —la mire a sus lindos ojos color miel, con anhelo—solo amigos...

Ella se modio el labio agachando la mirada—Si quieres que seamos solo amigos, asiendo como si nada pasara, pírate de aquí, no quiero volverte a ver en mi maldita vida—sentí como mi corazón dejaba de palpitar.

—¿Me amas?

—Creo que ambos estamos confundidos, no estamos en la misma etapa...—con el puño de mi sudadera la pase por mis ojos y nariz—yo quiero algo serio y público, tu...quieres algo del rato y privado—entro a su casa.

Las ganas que tenia de decir que no la veía haci.

No podía hacer nada.

Me arrepiente

Una y otra vez del día que decidí acostarme con Andrea, sabiendo que ella es mi prima, me arrepiento de todo, menos de lo que paso con ella.

Con Abigail

Mi Abigail

Sentía que mi corazón no tenía vida.

Estaba sentado en un bar con Jaziel, André y Gabriel después de todo los mejores amigos te acompañan en las buenas y malas borracheras.

Y llego Adelaide al bar.

Me miro, y miro al cáterin—Deme un Ross Strap de 1985—se preguntarán que es el Ross Strap del 1985, es un tipo de Martini hecho de uvas creado en 1985, cuando mi madre y mi padre recién se conocieron, es algo fuerte, pero el sabor se te queda en el paladar asiendo que se te duerma de lo exquisito que esta. —¿Cómo es eso que terminaste con Abigail?

—Yo con ella no quería terminar, del todo...quería que quedáramos como amigos —explique

Adelaide miro seria a los chicos—¿pueden dejarme a solas con Adonis?

Los chicos salieron del bar el catering deslizo el Martini de Adelaide, por la barra asiendo que ella lo tomara con una sola mano, ella lo llevo hasta su boca tomando un sorbo, sin arrugarse.

—¿Por qué no me dijiste?

—te quedaba un mes...no quería arruinarlo.

—No me arruinarías nada, eres mi hermano—consoló—eres mi pan con mayo. —pase mi puño por mi nariz—en el amor se sufre, de eso nadie se libra—Explico—Cuando tuve 'mi primera cita' con Jaziel...la pase muy mal—su tono cambio a una más suave y comprensiva, el frio, y firme ya no estaba —No todos es color de rosas como parece en mi relación con Jaziel, y el hecho que cada relación no sea igual o perfecta, eso las hace únicas—manifestó—¿La amas?

—La pregunta realmente ofende—sonreí

—entonces que esperas ve y grítaselo, y si quieren que los medios se enteren esta bien, no quieren tan bien esta bien, todo tiene su tiempo.

Tengo la mejor hermana pequeña del mundo.

Creo que todos merecemos una Adelaide en nuestras vidas.

Adelaide Correa

Era viernes, estaba en la casa de Jaziel, para al lado del mientras esperábamos los resultados en su computadora.

El abrió la página del Gmail, abriendo el link que le enviaron para ver los resultados.

Suspire, viendo como la página decía 'Loading '—Jaziel—lo llame y me miro—pase lo que pase, hayas entrado o no te acompañare hasta lo último—prometí al verlo nervioso

Me tomo de la mano—lo se—dijo y sonrió—Me encanta cuando te pones cría—negué con la cabeza, volvimos a mirar el monitor

Jaziel Leonardo Leone Arango: Aceptado

Lagrimas rodaron por mi rostro, el se levanto de la silla y me abrazo

—Nunca dude que podías entrar—Admití—Bueno solo dude un poco—dije siendo totalmente honesta.

Cuando nos separamos mi miro a los ojos, mientras tomaba su rostro entre mis manos, sonreí.

Disimulando el dolor de ver lo que estaba apunto de pasar, no lo iba a detener, era su sueño, su meta, no lo iba a detener, quiero su felicidad, incluso si es estar mas a la distancia.

Disimulando el dolor de ver lo que estaba apunto de pasar, no lo iba a detener, era su sueño, su meta, no lo iba a detener, quiero su felicidad, incluso si es estar mas a la distancia

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La hija de los CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora