Capítulo 20» Sacándome las dudas «

9 3 2
                                    

Capítulo 20» Sacándome las dudas «

Esto ya no podía seguir

No es sano

Y por mas que trataba de comer todo el plato la comida no pasaba mas haya de mi boca, solo no podía seguir así, se me notaban grandes círculos en los ojos de color negro.

Camine hasta el despacho de mi papa, el estaba conversando con mi abuela Laura y mi abuelo Vicente, toque la puerta y abrí—¿puedo pasar? —pregunte

—Si, Adelaide—dijo mi padre. Me senté en una silla y me miraban —¿Qué pasa hija?

suspire—no me siento bien...—confesé y sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas. —siento que me cuesta respirar, siento presión por las redes sociales y poder cumplir las expectativas de los demás...—rompí en llanto y mi abuela tomo mis manos —trato que los putos números no me importe, pero es difícil...—solloce.

— hay mi niña—me abrazo mi abuela

Me seque las lágrimas—papa...quiero encontrarme, quiero irme a estados unidos, con mi abuela Mirian—pedí entre lagrimas

No te una expresión de papa como si me estuviese rogando que no lo hiciera soltó un suspiro —Si es lo que deseas, te conseguiré un vuelo para mañana—declaro

—Puede ser en la noche, no quiero que Auguste, Adrián y André se enteren, intentaran detenerme—explique

—será mejor que nadie sepa—dijo mi abuela.

—Ok entonces esta misma noche tomas en vuelo—informo papa—anda a hacer tus maletas.

Sali de la habitación, era una decisión difícil pero no podía irme sin saber una cosa.

Camine hasta la casa de Jaziel, toque la puerta y la misma anciana abrió, Jaziel estaba sentado solo en su sala

—¿podemos hablar? —pregunte y el me observo

—Hola Adelaide estoy bien gracias y tú. —se le vanto y me miro mirándome a los ojos

Me lamí los labios —quiero que me digas ahora, —tome una pausa—¿Qué sientes por mí? —el me miro y solo callo

—tu ya sabes la respuesta.

—no Jaziel siento decirte que yo no se lo que tu sientes por mi—respondí, solo quería que me diera una respuesta, si me ama me quedare, si me dice que no iré.

—Adelaide no puedes venir aquí y exigirme que te diga lo que siento o no siento por ti—me morí el labio cruzándome de brazos.

—¿sientes algo por mí?

—no—dolió

—creo que es lo que necesitaba escuchar—dije para caminar a la puerta he irme.

Se hiso de noche, empezó a hacer mi maleta a puerta cerradas y tan bien ventanas, eran las cuatro de la mañana, tome mi maleta, papa me llevo al aeropuerto

—Un me acuerdo cuando eras solo un porotito—dijo con cierta melancolía.

—Papa, ¿Por qué ahora te portas tan dulce conmigo? —pregunte

—Los años pasan, Adelaide y vi que cuando juraba que tenia 12 años en realidad tenia 15, se que estos años he sido el mejor padre, para ti y tus hermanos, aun que no lo demuestre te adoro eres mi princesa o mejor dicho guerrera—Acaricio mi cabello—aun me acuerdo cuando recibiésemos la noticia del accidente, cada golpe que tu y tus hermanos hayan tenido yo los recuerdo como los peores—confeso—Y aun que no lo demuestre a menudo siempre los tengo en mi cabeza. —las ganas de llorar me inundaron

La hija de los CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora