PV DILLION:
- Señor una señorita se encuentra aquí, dice que es urgente – dice mi secretaria tras el teléfono
- Como se llama – pregunto sin darle importancia mientras sigo revisando los balances de este mes
- Aileen Clarke señor – dice y entonces rápidamente dejo lo que estoy haciendo para levantarme y salir
Cuando salgo veo a Aileen sentada en uno de los sillones de espera mirando todo con interés.
- Princesa – digo haciendo que todos me miren sorprendidos ya que jamás he usado este tipo de palabras hacia alguien, incluso con mi madre soy muy serio
Aileen levanta la mirada con una sonrisa y las mejillas rojas al ver que todos la ven haciéndome sonreír. Se levanta y camina hacia mi a pasos lentos como si estuviera nerviosa de estar aquí.
- Carol a la próxima déjala entrar sin preguntar – digo seriamente para tomar la mano de Aileen y entrelazarla conmigo para después dirigirla hacia mi oficina
- Perdóname por venir así – dice cuando quedamos solos y ella se sienta frente a mi escritorio
- Princesa puedes venir las veces que tú quieras, esto es tuyo como mío – digo besando su frente para después caminar hacia mi silla y comenzar a recoger los papeles dejando libre el escritorio
Observo como ve todo con asombro y una sonrisa como una niña a la que le dieron una paleta después de ser inyectada.
- Ven aquí – digo alejándome un poco del escritorio para que se siente en el
Ella con las mejillas rojas se levanta y camina hacia mi hasta sentarse y dejarme frente a ella, vuelvo acercarme hasta quedar en medio de sus piernas y poner mis manos en ellas.
- A que vino mi princesa – digo recorriendo lentamente mis dedos por sus piernas desnudas por el vestido floreado que llevaba y acercando mi rostro hasta su cuello para comenzar a dejar besos en el lentamente haciéndola cerrar los ojos
- Dillion – dice como advertencia, pero me suena mas a suplica
- Hace cuanto no te tocas amor – digo sin titubear haciendo que suelte un gemido de sorpresa y una sonrisa se forma en mi rostro mientras sigo besando su cuello hasta llegar a sus labios que devoro sin cuidado haciendo que mi pene se ponga duro en instantes
- Dillion esto no está bien – dice entre gemidos, pero sé que lo quiere al sentir como sus piernas se abren mas dejandome acceso y como sus manos me atraen mas hacia su cuerpo
- Se que quieres que continué amor – digo recorriendo sus piernas hasta que llegan a su redondo trasero que aprieto haciéndola soltar un gemido – Respóndeme amor hace cuanto no lo haces – vuelvo a preguntar con la voz ronca mientras mis labios bajan lentamente hasta sus pechos sobre la ropa
- No me he tocado desde el día que Cassius lo hizo – dice con la respiración agitada
- Mi niña buena – digo alejándome para mirarla a los ojos y acariciar su mejilla – Ahora eres solo nuestro amor – alejo mi mano de su trasero para hundirla entre sus piernas haciéndola mirarme con deseo – Esto ahora es nuestro y nadie puede tocarlo incluso tú, si mi niña tiene ganas viene a mi o a mis hermanos y gustosos te daremos lo que deseas amor – digo separando sus bragas para comenzar a acariciar sus pliegues
- Dillion – gime mi nombre cuando le quieto el vestido y el sostén junto a las bragas dejándola completamente desnuda a mi merced
- Así es amor gime mi nombre – digo empujándola hacia el escritorio para que deje su rosada y mojada vagina a mi vista y disposición – Dios amor estas tan mojada y apretada – digo cuando hundo un poco mis dedos en ella sin llegar a romper lo que mis hermanos y yo hemos querido desde que la vimos
- Dios – dice mientras se sostiene fuertemente de las orillas para mirarme y yo con una sonrisa acerco mi boca hacia sus pliegues, con mis dedos los separo para entonces comenzar a lamer cada centímetro de ella
- Maldición no voy a poder – dice entre jadeos mientras yo sigo probando su increíble sabor y con mi mano derecha desabrocho mi cinturón junto al pantalón y comienzo a masturbarme
Cuando la siento tensarse me alejo evitando su orgasmo haciendo que suelte un gritito de frustración.
- Quiero que lleguemos juntos amor – digo levantándome para quitar completamente mi ropa de la cintura para abajo dejando a la vista mi dolorosa erección y lo deseosa que esta de entrar en ella
Ella me mira con duda y miedo, pero jamás le haría daño y no la tomare hasta que ella este lista.
- Dillion – dice en un susurro
- Tranquila amor no lo hare hasta que tú lo quieras, solo necesito sentir tu cuerpo con el mío – digo acercando mi pene a sus pliegues para comenzar a restregarme sobre ellos haciéndome gemir de lo deseoso que estaba de sentirla piel con piel
Ella se relaja dejandome comenzar con el vaivén entre nuestros cuerpos sin penetrarla, y aunque aun no lo hacia sabia que seria mi sensación favorita cuando sucediera, si con tan solo rosarme contra ella era placentero y perfecto que seria cuando al fin pudiera entrar en ella.
- Dios llegare Amor – dice tomándome por los hombros mientras sigo con mis roses rápidos haciéndola moverse sin control por mis pelvis chocando contra ella
- No te detengas amor córrete, vente para mi – digo con frustración mientras siento como yo también estoy a nada de llegar
Ella suelta un grito que estoy seguro se escuchó en toda la oficina, pero no me importa, que escuchen quien es su dueño y a quien le pertenecen sus orgasmos y deseos.
Suelto un gruñido cuando el orgasmo me alcanza y entonces me corro en sus pliegues y su vientre mientras recargo mi frete con la suya.
Después de terminar la beso lentamente mientras acaricio su espalda.
- Te amo – dice sonriéndome
- Y yo a ti amor – digo sonriéndole para alejarme de ella y entonces veo la evidencia de que la hice mía entre sus piernas y su vientre
- No sabes como me pone saber que algún día mis hijos estarán aquí – digo acariciando su vientre mientras lo limpio con toallas que tengo en uno de los cajones
- Eres un pervertido – dice sonriéndome y entonces la cargo como princesa para llevarla hacia el baño y darnos una ducha juntos
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RAMÉ
RomanceSolo vasto una mirada para caer ante ellos. Una mujer dulce, amable, inocente y tierna fue dejada sin rumbo. Y a pesar de ello ¿Quién es capaz de resistir el pecado más placentero que se puede llegar a experimentar? Se decía que todo aquello que...