Capítulo 22

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Después de una noche bastante extraña, donde ocurrieron bastantes cosas, la castaña se encontraba en su habitación, se había dado una ducha relajante y se puso una camiseta que antes era de Bucky, además de sus bragas, al terminar de vestirse meditaba en lo ocurrido con  James y en las cosas que habían pasado, cuándo le confesó que estaba celoso, el baile que ella le había dado, sonrió al recordar cómo se había puesto el soldado y en lo que más pensaba era en el beso, el volver a sentir sus labios, sabía que no podría dormir, así que se levantó y se dirigió a la cocina, necesitaba un vaso de leche y despejar un poco su mente.

Cuando llegó a la cocina se encontró con Geller que estaba bebiendo.

-¿Tampoco puedes dormir?, ¿Pensando en Barnes?-. La castaña lo miró, notó que estaba borracho, además su tono de voz fue despectivo.

-Creo que eso no te importa- a la castaña no le gustó el tono de voz, tampoco en la manera que la estaba mirando, se dirigió a la nevera y sacó la leche, llenó un vaso y comenzó a beber.

-Pues claro que me importa, odio cómo lo miras, sabes que estoy enamorado de ti y pareciera que no te importara-. Wanda le dio la espalda y dejó el vaso en la encimera, suspiró, intentaba tener paciencia, sabía que el alcohol estaba haciendo que el agente se comportara de esa manera.

De pronto la ojiverde sintió como ponían algo en su cuello, se dio vuelta rápidamente y miró que zack tenía un control en sus manos.

-¿Que...?- no pudo seguir ya que Geller la interrumpió.

-Lo siento, pero no quiero arriesgarme a que intentes algo, se lo poderosa que eres y bueno, necesito hacer algo... Siento que no puedo más con esto- Wanda sintió un escalofrio al ver la mirada sadica que tenía el rubio.

-¿Arriesgarte a qué?, ¿Qué quieres decir?- la castaña sabía que Geller intentaría algo malo con ella, comenzó a pensar en como salir de esa situación. -¿Que es lo que quieres?

-A ti, no sabes cuanto he querido que me mires sólo un poco como miras a Barnes, por eso esta noche nada me impedira que seas mía-. Wanda sintió repulsión y pánico, sabía que nada de lo que estaba pensando el agente en ese momento era bueno. -Creo que sabes lo que tienes en tu precioso cuello- levantó el control- la verdad no quería hacer esto así, pero ya no se de que otra forma hacerlo.

-No, no, no puedes obligar a alguien a sentir cosas, hay muchas mujeres que estarían encantadas de estar contigo, sabes que yo no podría corresponderte jamás, amo a James, sólo a él, nada va a cambiar eso nunca.

-¡CÁLLATE!, no me digas esas estupideces, yo no quiero a nadie más, solo a ti, porque no lo puedes entender, eres una ingrata, jamás prestaste atención a todo lo que hacía para que siquieras me consideraras como algo más que tu amigo, desde el momento en que te vi no pude sacarte de mi cabeza, pero claro a ti solo te importa ese idiota del anciano, esta noche para el colmo hemos visto a tu masajista, no quise decir nada en ese momento, pero ahora te digo, que ni te imaginas lo celoso que estuve , cómo dejas que otro idiota toque tu cuerpo, es que de solo pensarlo me da una ira incontrolable y para rematar la noche, tu baile, creo que de verdad envidie al idiota de Barnes, pero ni te imaginas lo exitado y duro que me pusiste, vaya si que eres una mujer exquisita y esta noche te demostraré lo que me haces sentir cariño- Geller se acercó despacio a ella, Wanda intentó huir, pero Zack ya la tenía aprisionada entre su cuerpo y la encimera.

-Por favor, si es verdad lo que sientes por mí, no hagas es...- la castaña se vio interrupida por los labios del rubio, sintió el olor del alcohol de Geller, intentó alejarlo, le dio un empujón- Zack por favor no- Geller la volvio a besar, puso ambas muñecas tras la espalda de la ojiverde y las sujetó con una de sus manos, la apegó lo más que podía a él, la otra mano la tenía fija en la nuca de la castaña impidiendo que esta se alejara, el rubio intentaba ingresar la lengua, pero la castaña no se lo permitía, Wanda quería usar sus poderes, pero sabía que si intentaba algo así el collar le daría una descarga electrica.

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