Capítulo 28

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Narra Wanda

Me remuevo en la cama, en toda la noche no he podido dormir bien, extraño el calor del cuerpo de mi soldado que siempre me mantiene calentita, esos fuertes brazos que siempre me rodean y me mantienen segura, ese exquisito olor masculino por el cual me he vuelto adicta, ni que decir de las caricias o los besos, la verdad lo extraño completamente.

Nunca pensé necesitar tanto de alguien, pero me he dado cuenta que James es alguien de vital importancia en mi vida.

Nunca jamás en mi vida pensé que podría enamorarme, lo veía como algo innecesario, creía que con solo tener a mi hermano y personas cercanas a mí bastaba, incluso llegué a pensar en que el hombre ideal para mí sería Visión.

Jamás creí que podría interesarme en el frio y gruñón soldado, eso jamás pasó por mi mente, pero agradezco ese primer contacto que hizo que me fijara en él con otros ojos, aún recuerdo nuestro primer beso, que aunque en ese momento no lo quisiera admitir fue el mejor beso que tuve en la vida.

Suspiro, abro los ojos, lo primero que veo es una cabellera roja. Mi mejor amiga aún duerme.

Vuelvo a suspirar, y a mi mente viene que el gran día a llegado. Me siento bruscamente en la cama, Natasha despierta asustada.

-¿Estas bien?- la miro, noto preocupación en su rostro.

-Si, eso solo que me caso en unas horas- siento maripositas en mi estomago, al pensar que en unas horas estaré viendo al amor de mi vida y uniendo mi vida a él.

-Es por lo que has esperado por bastante tiempo, aún recuerdo cuando me decías que no le gustaba a Barnes, que era solo atracción sexual- me sonrojo y bajo la mirada, Natasha me abraza y yo la rodeo con mis brazos también correspondiéndole- La verdad me alegra que hayas encontrado al indicado, sé que Barnes te cuidará, ya ha demostrado cuanto te ama, por eso me siento tranquila y sé que te hará muy feliz.

Sonrío, las palabras de mi amiga son muy importantes para mí. Me separo de ella para mirarla a los ojos, tomo su mano derecha entre mis manos.

-Sabes, creo que jamás te he agradecido lo suficiente, todas las cosas que has hecho por mí, las veces que me has apoyado incondicionalmente, cada vez que te necesito para lo que sea, ahí estás tú. Eres una de las personas más importante para mí, además de que te considero como una hermana, agradezco al cielo el tenerte en mi vida- solté algunas lagrimas. La verdad es que no sé que me pasa hoy, creo que lo de la boda me tiene más sentimental. Nat tiene sus ojos cristalizados, sé que esta reprimiendo sus lagrimas.

-Tu también eres muy importante para mí, me has apoyado desde siempre incondicionalmente también, incluso sé que podría confiar ciegamente en ti- una lagrima se le escapa- Maldición, yo no soy una persona que llore, pero esto solo lo hago por ti -sonrío -Agradezco el que me consideres como una hermana, porque yo también te veo como mi hermana pequeña, a la que voy a cuidar con mi vida, pase lo que pase voy a estar ahí para ti siempre, no importa la situación, el momento o el lugar ahí estaré.

Abracé a Nat con fuerzas, ella es una persona a la que voy a atesorar siempre.

Nos quedamos así un rato, disfrutando de la compañía de la otra.

De pronto nuestro abrazo se vio interrumpido por Yelena que abrió la puerta estrepitosamente, haciéndome saltar en el proceso.

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