Entraron en la cocina como si se dirigieran al cadalso.
Se habían lavado y cambiado de ropa, pero Jinki advirtió que sus camisas estaban viejas y sucias. Se dirigieron a sus sitios y permanecieron de pie esperando a que el se sentara, pero las miradas de rabia persistieron. DongWook le acercó una silla. Jinki se sentó, pero al leer el desprecio en sus rostros, cambió de opinión y se levantó furibundo.
—Creo que será mejor que coma más tarde.
—Eso ni pensarlo —estalló Minho, relajando todo su cuerpo—. Nos ha montado este escándalo para que nos laváramos y cambiáramos de ropa. Si nosotros debemos sentirnos como unos desgraciados, usted también.
—No era mi intención hacer que nadie se sintiera desgraciado —intentó explicar Jinki—. Un caballero debe saber comportarse cuando se sienta a la mesa. Si no corrigen sus modales, nadie creerá que fueron educados correctamente.
—¿Ha pasado alguna vez la noche en el monte? —preguntó Minho—. ¿Se ha enfrentado a los hombres de Cortina? ¿Ha visto a sus amigos caer muertos de sus sillas de montar, y contemplar sus cuerpos pisoteados totalmente irreconocibles? -El hecho de que gritara no le quitaba gravedad a sus preguntas.
—No.
—Esta no es una tierra de caballeros. Únicamente de salvajes. No podemos cambiar de repente porque usted haya llegado.
Sin embargo, DongWook había cambiado. Tal vez debido a las bestiales y aterradoras imágenes que presenció durante la guerra.
—No creo que el señorito necesite una descripción tan gráfica de lo que significa vivir en el sur de Texas —intercedió DongWook—. Además, estoy convencido de que podemos dejar de lado los modales de batalla al llegar a casa. Así se ha hecho durante siglos.
—Si no estuvieras tan ansioso por matar a esos pobres granjeros, no... —empezó a decir Siwon.
—¡Mojigato imbécil! —estalló Minho—. Si hubieras tenido que arrastrarte por el monte, o zambullirte en un riachuelo plagado de culebras para evitar que uno de esos pobrecitos granjeros te matara, no opinarías lo mismo.
—Ya basta —interrumpió DongWook.
—¡No querrás escuchar sus lamentos!
—No, pero tampoco creo que el señorito Jinki quiera escucharte a ti.
—Pues más le valdría. Gracias a nuestras pistolas el pudiera dormir seguro en su cama.
—Podrá —corrigió Siwon.
Minho arrojó su leche al otro lado de la mesa. Le apuntó a la cabeza de Siwon, pero su hermano esquivó el vaso, y éste se hizo añicos al chocar contra la pared. Los fragmentos cayeron en la leñera y debajo de la cocina.
—Si no le cierras el pico a ese bastardo, yo mismo lo haré.
—Siwon, te he dicho que no corrijas a los chicos.
—No soporto oírlos hablar como paletos sin educación.
—Entonces no los escuches. Si a papá no le preocupó su educación, tú no eres quién para criticarlos. ¿Cómo crees que se sienten sabiendo que nosotros tuvimos profesores particulares mientras ellos ni siquiera pudieron ir a una escuela de pueblo?
DongWook lanzó una elocuente mirada en dirección a Jinki, indicándole que no sacara a relucir los trapos sucios de la familia frente a un desconocido. —Minho, pídele disculpas al señorito Lee.
La mirada asustada y contrariada de Jinki buscó la de DongWook. No quería ser parte de aquella confrontación.
—Ni lo sueñes —estalló Minho—. Que se disculpe Siwon.
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Jinki ( Libro 1 - serie 7 novios)
FanfictionLibro 1 Jinki (DongWook) Libro 2 Kibum (Jonghyun) Libro 3 Taemin (Minho) Libro 4 Baekhyun (Chanyeol) Libro 5 Yixing (Junmyeon) Libro 6 Heechul (Siwon) Libro 7 Luhan (Sehun)