8

220 23 17
                                    


—Me pregunto por qué no se ha casado —comentó Minho poco después, cuando se metía en la cama.

—Supongo que nadie le ha propuesto matrimonio —apuntó DongWook.

—¡Con esa cara y ese cuerpo que tiene! Si los hombres supieran cómo cocina de bien, formarían una fila de aquí a Austin. Hasta yo tengo ganas de proponérselo.

—¡Tú!

DongWook apenas podía disimular cuánto le alteraba la sola idea de que Minho se casara con Jinki.

—¿Por qué te sorprende tanto? No soy para nada feo y le gusto.

—¿Por qué dices eso?

—El es muy amable conmigo.

—Se le paga para que sea amable contigo.

—Ya lo sé, pero es diferente.

DongWook no quería dejarse llevar por el torrente de rabia que crecía en su interior.

—Prefiero pasar por alto tu comentario. Además, el es mayor que tú.

—Ninguna ley prohíbe que un hombre se case con una persona mayor. En el caso de Jinki sería una buena idea.

DongWook deseó que Chan estuviera allí para echarle una mano, pero era su turno de dormir fuera.

—Sé que es raro que un joven tan atractivo no se haya casado, pero no entiendo qué tiene eso que ver con que quieras casarte con el.

—¡Joven Atractivo! —exclamó Minho—. Es un doncel  guapísimo, y lo sabes.No sé qué historias le contaste para hacerle venir aquí, pero si no fueras un cabrón insensible, estoy seguro de que hasta tú andarías tras el.

—No tengo ninguna intención de casarme. No sabía que tú la tuvieras.

—Sólo estaba bromeando —confesó Minho—, pero no estaría nada mal. De esa manera podría seguir cocinando para nosotros toda la vida.

—Mejor duérmete, Minho. Y por el amor de Dios no le cuentes tu idea de casarte con el sólo para que cocine para ti.

—¿Qué tiene de malo?

—Uno de estos días lo sabrás, y entonces te morirás de vergüenza cada vez que lo recuerdes.

—No puedo dormir con vuestra charla —se quejó Sehun.

—Ya hemos acabado —repuso DongWook.

Pero DongWook no pudo dormir. Un torbellino de intensos e inesperados sentimientos se lo impidieron. La idea de que alguien pudiera casarse con Jinki le alteraba profundamente.

¿Pero por qué? ¿Qué podía importarle a él con quién se casara el? Además, si se casaba con Minho todos sus problemas se solucionarían.

Pero aborrecería esta solución.

Estaba celoso. Minho había dicho que le gustaba a Jinki y DongWook se dio cuenta de que quería gustarle a Jinki más que cualquier otra persona.No. Quería que le gustara él, y nadie más. A DongWook le dio mala espina cuando, a la hora del desayuno, Minho apartó una silla para que se sentara Jinki. Se molestó cuando le manifestó de manera reiterada lo sabroso que estaba todo, y se enfureció cuando le dijo que estaba muy guapo.

—¡Por el amor de Dios, Minho, cállate! ¿Cómo puedes esperar que Jinki se trague tus exagerados cumplidos con el desayuno?

—A un doncel no le molesta que lo halaguen a cualquier hora del día —le informó Jinki—. No estoy acostumbrado a oírlos.

Jinki ( Libro 1 - serie 7 novios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora