Han pasado dos meses desde que me detectaron el cáncer, y mi vida no se puede resumir nada más que en visitas al hospital y continuas visitas de mis familiares.
Lo que menos me preocupaba de todo este asunto era perder mi pelo, pero ahora que no tengo nada de pelo lo echo un poco de menos. Mis fieles acompañantes desde que perdí mi melena son unos pañuelos bastante coloridos pero muy bonitos, mi madre se empeñó que no me pusiera pañuelos de tonos oscuros, ya que dice que nunca hay que perder la alegría y los colores vistosos nos proporcionan alegría. Mi pañuelo favorito y el que más llevo, es uno blanco con flores rosas por todo el pañuelo, precioso.
Lo único bueno que he sacado de todo esto son las nuevas amistades que he hecho en el hospital, quizás no sea el mejor sitio para conocer a gente, pero, esta gente me ha hecho ver este trago tan amargo de una manera mas dulce. Jhon, un chico que se enfrenta al mismo tumor que el mio, pero con una diferencia, su tumor está bastante más desarrollado que el mío. Vilma, que se enfrenta a la Leucemia desde hace tres años, toda una guerrera. Y por último, y el más importante, Nate, que tiene un tumor cerebral.
A Nate fue el primero que conocí, en cuanto me pusieron la primera sesión de quimioterapia él estaba sentado a mi lado y me dijo:
-Tu primera sesión, ¿a qué sí?- me dijo- lo puedo saber solo con mirarte la cara.
-Sí, mi primera sesión- dije riendo.
-No te preocupes, te acabarás acostumbrando- me dijo a la vez que sacaba una barrita de chocolate de uno de sus bolsillos.- Soy Nate, por cierto.
-Josephine- digo mientras Nate me estrecha la mano.
-Te voy a llamar Afrodita- me dice ofreciéndome la mitad de su barrita de chocolate.
-¿Afrodita?- digo mordiendo la mitad de la barrita.
-Sí, porque es la diosa de la belleza, y tú eres muy guapa- me dice y no puedo evitar sonrojarme.- No te sonrojes tanto Afrodita- dice.
Nos quedamos hablando un buen rato hasta que a mi se me hace la hora de irme:
-Bueno, yo me quedo aquí- me dice Nate levantándose para despedirme.- Ya sabes dónde estoy para cuando quieras verme- me dice y me guiña un ojo.
-Nos veremos bastante- digo y le abrazo para despedirme de él.
Me voy al ascensor y Nate grita desde dónde estábamos antes:
-¡Nos vemos, Afrodita!
No puedo evitar sonreír ante su mote tan original.
En cuanto vi a Nate me quedé impregnada de su altura y de sus llamativos ojos color esmeralda, esa mirada me hacía sentirme única.
Las cosas con Hero se han enfriado bastante desde la noticia, perdimos el contacto por su culpa, de la noche a la mañana dejó de hablarme y de visitarme, dándome así a entender que no quería saber nada más de mí. Mi noticia trajo consigo el restablecimiento de nuestro grupo del instituto, Beatrice y Justin por fin dieron el paso para estar juntos, a su vez, Cameron y Anne se liaron en una fiesta y desde ese día están juntos, y por último, Paige. Esa chica que yo no soportaba, ni ella me soportaba a mí, ahora somos inseparables, lo hacemos todo juntas, muchas veces me acompaña al hospital a recibir mi tratamiento. En cuanto me detectaron el tumor y Paige se enteró, vino corriendo hacia mi una mañana en el instituto, y sin yo esperármelo me dio un fuerte abrazo y me pidió perdón por todo, desde ese día somos uña y carne. Hero se fue a vivir a Washington con sus abuelos, y desde que se fue no tenemos noticas de él. Todo en nuestro grupo está bastante tranquilo, no hay malos royos entre ninguno y todos estamos muy unidos. En definitiva, estamos mejor que nunca.
En verano mis amigos del hospital y yo hemos organizado un viaje junto a mi grupo del instituto, nos vamos a Malibú, tengo unas ganas enormes de que llegue el día en el que nos vayamos. Juntar a estos dos grupos no ha sido nada fácil debido a que son todos muy diferentes entre sí, y sobre todo debido a las pequeñas peleas que ha habido entre John y Justin, pero a pesar de eso, todos han conseguido superar esas diferencias y convertirse en grandes amigos.
El último día de clase antes de las vacaciones de verano se hace eterno, todos estamos ansiosos de que suene el timbre y seamos libres. Esta tarde vamos a ir Beatrice, Paige, Anne, Vilma y yo al centro comercial, a comprar las últimas cosas antes de nuestro gran viaje a Malibú.
Pasa una media hora y por fin suena el deseado timbre, tardamos en abandonar el instituto menos de cinco minutos y todo el grupo nos reagrupamos en el coche de Beatrice. En todo este tiempo mi querida hermana ha conseguido sacarse el carnet de conducir y por su cumpleaños le hemos regalado un Range Rover precioso, justo el coche que ella quería.
-¡Venga tortolitos!- dice Paige a las parejas del grupo- dejadnos a Anne y Beatrice que tenemos muchas cosas que hacer.
Beatrice se ríe y Anne y ella se separan de sus respectivos novios y se suben al coche de Beatrice, seguidamente nos subimos Paige y yo, y emprendemos un viaje hasta el instituto de Vilma que está a 15 minutos de nuestro instituto. Cuando llegamos, Vilma se sube sonriente al coche, nunca pierde la sonrisa. Vilma es una chica muy alegre y con mucha energía, a pesar de que tiene los ojos marrones su mirada es cautivadora, es muy parecida a Anne pero en vez de medir 1'70 mide 1'55, todo el grupo le ha cogido mucho cariño, ya que se hace querer.
-¡Hoolaaaaa!- dice con alegría- ¿listas para ultimar los detalles del viaje?
-Estamos más que listas- dice Paige y todas nos reímos.
Después de pasar otros veinte minutos más de trayecto llegamos por fin al centro comercial, donde cada una nos compramos un par de bikinis nuevos y unos cuantos modelitos nuevos para las noches de fiestas.
Se nos echa la hora encima y cuando nos damos cuenta son ya las siete de la tarde, salimos del centro comercial y Beatrice y yo llevamos a cada una a sus respectivas casas.
Cuando llegamos a casa, Beatrice me acompaña a mi cuarto debido a que la quimio hace que me canse más rápido, entre otros muchos más efectos secundarios.
Llega la hora de cenar y la pasamos entre risas comiendo la increíble lasaña de mi madre.
Llegan las once de la noche y decido subirme a mi cuarto, termino de preparar la maleta para mañana y me echo en la cama a dormir, ya que mañana nos espera un corto viaje pero intenso.
Mi cabeza no hace nada más que pensar en Hero y en Nate, ¿tal vez me esté empezando a gustar Nate? no lo sé, pero si pasa algo entre los dos no me voy a negar. Hero ya es historia.
Cuando consigo apartar de mis pensamientos a Hero y Nate acabo cayendo en los brazos de Morfeo y durmiéndome.
Quién me iba a decir que todo lo que ha pasado estos últimos meses iba a pasar, sigo sin creerme muchas cosas. Pero bueno, hay que mirar hacia delante y pensar en el futuro, y en las cosas buenas que todo esto me va a deparar.
NOTA DE LA AUTORA.
Con este capítulo llegamos al final de la novela, ¿qué pasará en el viaje a Malibú? ¿volverá Hero? ¿surgirá algo entre Nate y Josephine? Todas estas preguntas se resolverán en la continuación de la historia de Josephine y de la gente que la rodea. Gracias a todos por leerme, nos vemos muy pero que muy pronto.
SweetGitnick
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Tenías que ser tú.
RomanceJosephine es una adolescente con una infancia muy dura, pero su vida cambia cuando la adoptan sus padres adoptivos y se muda a Los Ángeles, allí conocerá a sus amigos, a enemigos y lo más bonito, a su alma gemela.