Tenías que ser tú.

Capítulo 11 (parte 2)

Paige se acerca a nosotros, e inmediatamente para separarnos, abraza a Hero, el cual le corresponde el abrazo sin muy bien saber que hacer.
Yo ruedo los ojos y suspiro.

-¿Vamos a la cafetería?- dice Cameron, rodeándome con su brazo, un gesto que me pilla bastante sorprendida.

Todos decimos que sí, y nos ponemos en camino a ella. Cuando llegamos, me siento entre Anne y Cameron, al lado de Anne se sienta Justin, y, en frente nuestro se ponen, Beatrice, Paige y Hero.

Todos empiezan a hablar sobre la fiesta que dará un tal Ben en su casa este viernes, pero yo no participo en la conversación, y me limito a juguetear con un mechón de pelo rebelde que se posa en mi mejilla, y a pensar en qué debo hacer para poder mantenerme alejada de Hero, y sobre todo, para poder olvidarlo.
Pero la odiosa voz de Paige interrumpe mis pensamientos:

-¿En qué piensas, Jo?- me pregunta con una sonrisa burlona en su cara.

-En mis cosas- digo cortante.

-¡Oh, venga, cuéntanoslo!- me insiste con una risa cruel- somos tus amigos.

La fulmino con la mirada:

-Lo contaría, pero, hay un pequeño problema- digo mirándola.

-Vaya.... ¿cuál?- me dice sonriendo.

-Pues que tú no eres mi amiga- le sonrío de la misma manera que me estaba sonriendo antes a mí- y no me apetece que te enteres de mis cosas.

Paige cambia su sonrisa por una mueca, y se limita a mirarme mal:

-¿Es algo relacionado con que tu padre te pegará?- hace un puchero, pero luego acaba riéndose.

No me hace gracia que mencione a mi padre en esto. Noto como la sangre me hierve, y de manera inconsciente doy un golpe a la mesa, haciendo que toda la cafetería se calle y nos mire, <<vaya, mucha más atención, genial>> pienso.

Suspiro hondo y miro a Beatrice que tiene una expresión de <<no hagas nada>>:

-Mejor voy a ir a tomar el aire- digo y me levanto de la mesa.

Nadie me detiene y echo a andar en dirección a la puerta, para salir de esta odiosa cafetería cuanto antes. Oigo las risas de Paige, que paran cuando Beatrice le dice algo que no logro entender.

Voy en dirección a las gradas de la pista de atletismo, echo un vistazo alrededores, y por suerte, no hay nadie cerca mío, solo algunos atletas corriendo. Decido que sería mejor ir a la parte de detrás de las gradas.
Voy hasta esa zona, me dejo caer al suelo, y rápidamente noto como las lágrimas inundan mis ojos, amenazando con salir. Decido no darle importancia y al cabo de unos segundos noto como estas corren por mis mejillas.

<<¿Cómo ha podido hacerme Paige eso? ¿tan mala es?>> pienso, y cada vez me dan más ganas de ir y estamparle la cabeza contra la pared de la cafetería.

Paso varios minutos pensando en el calvario que pasé cuando murió mi madre, y cada minuto que pasa, lloro más que antes.
De repente, oigo una voz que me resulta muy familiar:

-Ey- me dice la voz familiar sentándose a mi lado.- ¿Estás bien?- me pregunta, y, ahora, puedo reconocer esa voz, es la voz de Hero.

Le miro con los ojos llorosos y niego con la cabeza.
Él suspira, me rodea con su brazo atrayéndome a él, y de manera inconsciente, apoyo mi cabeza contra su pecho:

-Siento lo que te paso, Jo, de verdad, lo siento muchísimo- me dice apoyando su barbilla en mi cabeza- sé lo que se siente- oigo como suspira.

¿Qué sabe lo que se siente? lo dudo.