Los dedos de Hero comienzan a moverse lentamente y esto hace que me sobresalte sin saber que hacer. Después de unos segundos de shock, decido avisar a las primeras enfermeras que me cruzo al salir al pasillo de lo que está ocurriendo, las cuáles entran demasiado rápido a la habitación y yo detrás de ellas.
Empiezan a conectar a Hero a diversos cables, y este comienza a mover todo el cuerpo cada vez más y más.
Unos minutos después entra en la habitación un doctor, y tras él, entra Annabelle atacada de los nervios:-¿Qué ha pasado?- me pregunta con voz temblorosa.
-De la nada empezó a mover los dedos y ahora está así...- pero antes de que pueda terminar, una enfermera me interrumpe.
-Tenéis que salir de la habitación- y acto seguido de esto, nos empuja hacía el pasillo y cierra la puerta tras ella.
Annabelle y yo pasamos un rato largo recorriéndonos el pasillo de arriba a abajo, y finalmente sale de la habitación el doctor y tras él todas las enfermeras que estaban dentro, son un montón.
El doctor se acerca a nosotras sonriente y dice:-Hero ha tenido un paro cardíaco- dice y Annabelle suelta un grito de dolor- pero, ya lo hemos solucionado- sonríe, y el rostro de Annabelle y el mío se relajan.
-Gracias a Dios- murmura Annabelle.
-Os dejo que lo veáis por vosotras mismas- sonríe y nos abre la puerta de la habitación.
Primero entra Annabelle, después yo y tras de mi, entra el doctor. Conforme se acerca Annabelle a la cama de su hijo comienza a llorar, me acerco lentamente temiéndome lo peor. Cuando ya estoy lo suficientemente cerca de la cama para levantar la vista del suelo, miro y me encuentro a un Hero que me mira detenidamente con esos preciosos ojos verdes.
Sin pensarlo dos veces me acerco hacía él, hasta acabar con los centímetros que nos separan, y le doy un profundo abrazo, no puedo evitar soltar alguna que otra lágrima. Annabelle se acerca a nosotros y se une en el abrazo, pero la voz del doctor nos interrumpe:-Creo que yo ya he terminado mi labor por aquí- dice sonriente mientras que Annabelle se le acerca.
-Muchas gracias, doctor- dice.
-Para eso estoy, ¿no?- contesta el doctor y los tres le sonreímos.- Bueno, mañana o pasado seguramente te darán el alta y te podrás ir a casa- le dice a Hero y este asiente.- Que tengáis un buen día.
Tras decir esto el doctor sale de la habitación dejándonos solos:
-Voy a tener que hablar yo con Ben- dice Annabelle mirando seriamente a Hero- OTRA VEZ.
-Que si, que si- contesta Hero suspirando.
-Y tanto que si, no te voy a pasar una más- le replica Annabelle y este asiente.
Tras estar unas horas hablando los tres, me llega un mensaje de mi madre diciéndome que me vuelva ya a casa, que va a empezar a servir la cena, le contesto con un vale y bloqueo el móvil.
Me despido de Annabelle con un abrazo, y me acerco a Hero, el cual se me queda mirando:
-Ya te echaba de menos- le digo y el me sonríe.
-Y yo a ti- le abrazo y me susurra en la oreja- siento que hayas que tenido que pasar por todo esto.
-Tranquilo, ya está hecho- le contesto y me separo del abrazo.
Le doy un beso en la mejilla y me vuelvo a despedir una vez más de los dos.
Cruzo el pasillo hasta el ascensor, y una vez que me meto dentro del ascensor me llama diciéndome que está en la puerta del hospital esperándome.
Cuando salgo del hospital no tardo en visualizar el BMW de mi padre, me acerco sonriente y me monto. Le saludo con un beso en la mejilla y emprendemos el camino hacía casa.
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Tenías que ser tú.
RomanceJosephine es una adolescente con una infancia muy dura, pero su vida cambia cuando la adoptan sus padres adoptivos y se muda a Los Ángeles, allí conocerá a sus amigos, a enemigos y lo más bonito, a su alma gemela.