Un terrible dolor de cabeza me despierta, maldita resaca. Me incorporo y me quedo sentada en la cama de Hero frotándome las sienes.
-Joder.... no vuelvo a beber más- repito una vez más.
Después de parar de quejarme sobre la resaca que llevo encima, decido mirar el móvil para ver si tengo algún mensaje de Beatrice o de mis padres, pero al encender el móvil no hay ningún mensaje de los tres, noto como mi cuerpo se relaja y suspiro aliviada.
Después de pasar diez minutos vagando por la cama me doy cuenta de que Hero no está donde se quedo anoche. Mis ojos recorren la habitación en su búsqueda, pero no lo encuentran, me levanto y voy al baño, nada, tampoco está ahí. Ya que estoy en el baño aprovecho para lavarme la cara e intento arreglar un poco mi pelo, pero el intento se queda en vano. Opto finalmente por hacerme una trenza y me vuelvo a poner la ropa que llevaba ayer con mis converse.
Recorro toda la planta de arriba en busca de Hero, que por cierto la casa es enorme, pero pese a mis intentos de búsqueda no le encuentro, y entonces decido bajar al piso de esta interminable casa para continuar mi búsqueda. Al entrar en la cocina lo veo, está apoyado en la encimera con un bol de cereales:
-Ey- digo con mi boca seca.
-Hola- me sonríe dándome un bol de cereales.- Toma.
¿Hero Evans me acaba de preparar el desayuno? ¿En qué clase de mundo paralelo me encuentro? Tras vacilar un poco, cojo el bol y le doy las gracias con una amplia sonrisa.
El desayuno pasa lento con un agradable silencio, sigo sustentando la idea de que la presencia de Hero me gusta más de lo que podría imaginar.
-Creo que deberías volver a tu casa antes de que se despierten tus padres- me dice Hero bebiendo un vaso de agua.
-Sí, ¿qué hora es?
-Las seis de la mañana, creí que dormirías más- ríe.- ¿Qué bebiste ayer para ponerte tan pedo?- me pregunta mirándome fijamente a los ojos, esos ojos que ahora que me doy cuenta son más claritos que un tono azul normal.
-Mmmm....- pienso- cerveza y lo demás no tengo ni idea- me río haciendo que Hero sonría- fuí aceptando vasos que la gente me iba ofreciendo.
-¿Eres consciente, que si no llego a ser yo quién te cogiera, te podrían haber violado o algo peor, Josephine?
Me quedo en silencio varios segundos pensando una respuesta, pero, por mucho que busque, no encuentro la adecuada. Antes de que pueda decir algo, Hero me interrumpe acercándose más a mí y dejando dos centímetros de separación entre nuestros cuerpos:
-¿Eres consciente, no Josephine?- dice robándome por completo el aire. Acabo asintiendo.- Me debes una- me susurra al oído y puedo notar como mi pulso se acelera y mi respiración se agita, ¿estará él así también? no creo, su cara muestra que está totalmente tranquilo, al contrario de mí, que no puedo articular palabra.- Ya sé como puedes pagarme- dice y me atrapa un mechón rebelde que asoma por mi moflete, colocándolo detrás de mi oreja.- ¿Qué planes tienes para esta mañana?.
-Ninguno- logro decir sintiendo su respiración muy cerca.
-Bien, pues mañana por la mañana, tú y yo, solos, ¿te parece?- no puede ser, ¿Hero Evans me acaba de pedir una cita? wow.
-¿Una cita?- digo mirándolo. Él asiente.- Vale- sonrío, pero antes de que pueda ocurrir algo más Hero se separa de mí, haciendo que me sobresalte un poco.
-Bien, pues pasaré por tu casa a las doce a por ti, y no me preguntes que vamos a hacer porque no te lo voy a decir- dice riendo y yo le respondo con signo de derrota.- Creo que es hora de que te marches, mi madre estará apunto de llegar- yo asiento.- Te puedo llevar en coche, si quieres, claro.
-Me encantaría- no puedo evitar sonreír, al igual que Hero.
Hero aparca el coche en frente de mi casa, y, puedo notar que nadie se ha levantado ya que no hay ninguna señal de movimiento. Me bajo del coche y le doy las gracias a Hero por traerme, pero antes de que pueda cerrar la puerta del coche su voz me detiene:
-Recuerda, a las doce.
-No lo olvidaré- sonrío y él me guiña un ojo.
Cierro la puerta y Hero arranca dejándome sola en medio de la acera asimilando todo lo que pasado en menos de 24 horas.
Cuando entro en casa no se oye nada ni nadie, tras echar un vistazo por la cocina y el salón subo a mi cuarto, me quito la ropa del día anterior y me pongo unos leggins con una sudadera para estar más cómoda. Me tumbo en la cama y me quedo pensando en mis cosas, pero, mis pensamientos se ven interrumpidos por el sonido proveniente de mi móvil, lo miro y veo que me ha llegado un mensaje, un mensaje de él, de Hero.
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Tenías que ser tú.
RomanceJosephine es una adolescente con una infancia muy dura, pero su vida cambia cuando la adoptan sus padres adoptivos y se muda a Los Ángeles, allí conocerá a sus amigos, a enemigos y lo más bonito, a su alma gemela.