—¡Mamá! ¡Papá! ¿Cómo están? - vi a mi madre cocinando y a mi padre viendo el periódico.—¿Cómo les fue en Ecuador?
—Papá... Mamá...- susurró Antonio con cara de empanado.
—Lauren, mi amor nos fue excelente, te he traido unos vestidos hermosos- dijo mi madre quitándose los guantes para luego abrazarme.
—Wao... Gracias mamá- dije correspondiéndola no tan agradable.
— ¡Antonio! ¿Cómo va el fútbol?- preguntó mi madre abrazándolo.
—Emmm... B~bien- dijo y ella le miró preocupada
—¿Te sucede algo mi vida?- dijo dulcemente pasando su mano por su mejilla.
—Emm... Y~yo...- decía y mi madre esperaba atenta
—Basta de payasadas, Marta sirve ya la comida- dijo mi padre quitándose los lentes.
—Ya voy- Dijo mi madre empezando a sacar la ensalada y la carne, para servirla en la mesa.
Procedimos a comer tranquilamente, sin ninguna intención de hablar... En eso mi madre inicia una conversación.
—¿Cómo les fue en su primer día? - yo la miré, mordiendo un trozo de pan.
—Pues bien- respondí tranquilamente.
—A mi me fue excelente, hice un nuevo amigo y...- Antonio hablaba animado, pero mi padre lo interrumpe.
—¿Y no has conseguido una novia?- Antonio se ruborizo.
— P~pues no... Aún- dijo Antonio, comenzó a comer un poco de su carne.
—Llevas como unos 12 años en ese colegio y ni una novia has conseguido... Patético- dijo mi padre furioso.
—José Luis calma, es un niño aún- dijo mi madre apretujandole las mejillas a Antonio.
—No es un niño, ya es un hombre, yo a tu edad tenía muchas novias- dijo mi padre tragando agua.
—Tiene razón tu padre Antonio, deberías ir buscando a una chica, que Lauren te enseñe- mi madre sonrió y yo los miré confudida.
—¿Qué? - pregunte sorprendida
—Enséñale a tu hermano a como conquistar a una chica- dijo mi madre tranquila.
—¿Por qué?- reproche mirandola a los ojos.
—Porque son hermanos y los hermanos se ayudan, más si son gemelos- dijo mi madre tranquila.
—Pero...-