Akaza

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Akaza comenzó a sospechar que Kyojuro ya no se encontraba en la finca mariposa desde que sus flores comenzaron a ser rechazadas, en un inicio pensó que Kyojuro o algún pilar se había dado cuenta de quien era, quien se las estaba enviando y por eso comenzaron a rechazarlas, pero desde que simplemente no las aceptaban comenzó a creer que nadie tenia la mas mínima idea, porque si fuera así, no le hubieran mandado una nota diciendo donde "trasladarían" a Kyojuro.

Tendría que agradecerles después a las niñas mariposa, eran realmente de mucha ayuda, sobre todo la de lazos rojos que parecía la mas dulce de las trillizas.

En la nota decía de forma clara " dirígete a la casa Rengoku" con una pequeña descripción de como llegar, pero vamos, la descripción que le dieron era idéntica a muchos lugares en los que había estado antes. Si tan solo lo hubieran trasladado de noche en lugar que de día.
Era decepcionante, Kyojuro vivió después de su batalla, eso era signo que era un guerrero, no era para nada alguien que muriera tan fácil y por eso tenia la atención completa de Akaza.Kyojuro paso tres meses en ese lugar, tenia que recibir algo de emoción ahora que estaba libre.

La finca mariposa era un lugar al que no se quería acercar, no tenia miedo de los pilares y para ser un lugar donde " se ayuda a los heridos " tenían una seguridad deplorable, en su estadía a las afueras solo pudo ver en raras ocasiones a los pilares rondando la zona, uno de ellos llamo su atención por su espíritu de pelea, parecía muy similar al de Kyojuro pero a la vez mas volátil.
Pero nunca fue a buscar a alguien mas, él fue a buscar a su fuerte Kyojuro, no podía pelear con alguien mas, a menos que Kyojuro fuera de los que preferían varios contrincantes... tendrían problemas si eso fuera así.

-¿Shinobu, crees que fue lo correcto?- escucho una voz tranquila, era de ese pilar extraño, el que tenia sospechas que había asesinado a Rui, Akaza sonrió, al parecer había encontrado a su Kyojuro.

-Tomioka, no había otra forma, tu lo viste- era la voz de la pilar de los insectos, ella no le agradaba del todo, parecía no ser autentica, algo estaba mal en su sonrisa o solo le recordaba a Douma. Un escalofrío recorrió su espalda, prefería no involucrarlo en su línea de pensamiento.

-Solo pienso que hubiera sido mejor que lo intentaras al final- dijo Tomioka.

-Tomioka, lo intente al final, por algo es que el jefe accedió a que estuviéramos ambos en la casa Rengoku – dijo Shinobu.

Casa Rengoku, ese era el lugar exacto donde quería llegar, Akaza consiguió encontrar un árbol lo suficiente alto para poder trepar y caer en el jardín de la casa, al parecer por las luces, solo se encontraban cinco personas en la casa.

Y por la conversación que escucho era notorio que los pilares restantes estaban teniendo mas problemas con ellos que en notar su presencia, si los mandaron a vigilar a Kyojuro era lamentable que los mandaran a ellos. Había rumores que el pilar del agua y la pilar de los insectos muchas veces peleaban mas entre ellos, que contra ellos.

Era gracioso darse cuenta que muchos rumores eran verdad.

Camino con cuidado en el jardín, intentando pasar desapercibido, no le molestaba pelear contra ninguno de ellos, pero no se podría permitir deshonrar a Kyojuro de tal manera, la conexión que tuvieron fue especial, era el único que podía entenderlo y tenia que volver a sentir eso.Vio a un niño con una bandeja que llevaba platos llenos de comida, el niño era muy parecido a Kyojuro, tal vez su hermano menor, su espíritu de pelea era casi nulo, una lastima, si fuera como su hermano mayor pensaría en convertirlo en demonio.

Un regalo excelente para Kyojuro.

Akaza sintió el aroma familiar de la sangre, su boca se humedeció al olerlo, sabia que en cualquier momento su saliva saldría de su boca, sabia que había olido ese aroma antes, Kyojuro.

Corrió lo mas rápido que pudo arriba del techo de la casa Rengoku, el aroma provenía de una habitación en la segunda planta, así que sabia exactamente a donde llegar, pensó en darle una sorpresa a Kyojuro, por eso llevaba un ramo de dahlias combinadas con geranios, se sentía muy agradecido por que tuvo la fuerza suficiente para demostrarle que existían humanos que valía la pena en volver demonios.

-Kyojuro, no sabes lo difícil que fue encontrarte, porque ...- Akaza no pudo terminar de decir su frase, todo el discurso que había planteado en su mente se desvaneció.

Kyojuro, su fuerte llama, estaba reducido a una lamentable vela. Que cualquier brisa podría apagar, ese cabello que reflejaba su personalidad se veía quebradizo, a simple vista se veía que había pasado algunos días sin comer nada, su ojo descubierto se veía terrible, ojeras alrededor se podían notar aun cuando estuviera dormido, mientras que el otro ojo estaba cubierto de vendajes, la habitación tenia un olor a sangre que dudaba que algún humano hubiera pasado desapercibido.

Los humanos eran criaturas tan frágiles.

Él estaba recuperado sin ninguna secuela de su batalla y Kyojuro estaba, vivo. Aunque por como se movía su pecho probablemente no por mucho, puso las flores en un jarrón cambiando las que tenia.

Lirios naranjas, al parecer alguien no estaba del todo feliz con Kyojuro, ¿Quién le podría una flor que significa desdén a alguien como él?.

Akaza camino por la habitación, encontró un cambio de vendas, algunos medicamentos, algunas agujas. Al parecer alguien tuvo la delicadeza de drogarlo para que se quedara inconsciente. Encontró un espejo lo puso cerca de la nariz de Kyojuro, ya no respiraba.

-Kyojuro, maldito – Akaza estaba furioso, después de todo lo que le hizo pasar para encontrarlo, resultaba que llego tarde – tienes prohibido morir.

El demonio paso su pulgar por su colmillo causando una pequeña herida, acerco su dedo a la boca del pilar abriendo sus labios dejando caer una gota de su sangre.

Kyojuro le dejo en claro que no quería ser un demonio, pero también le dejo en claro que no quería morir, por eso estaba vivo, para que pelearan juntos para siempre, eso era lo que tenían que hacer.

Un poco de su sangre no lo convertiría en demonio, pero lo podría ayudar a mantenerse con vida y tal vez a recuperarse, volvió a acercar el espejo dándose cuenta que poco a poco se comenzaba a empañar con su respiración.

Esto era maravilloso, Kyojuro era muy fuerte, no se dejaba ganar por nadie, tal vez necesitara un poco de ayuda. Los vendajes estaban llenándose de sangre así que necesitaría cambiarlos, se levanto dejando que el cuerpo de Kyojuro aceptara su sangre.
Cogió las vendas que había encontrado antes junto con unas tijeras.

"Así es mas fácil, cuando la sangre se seca es muy pegajosa" escucho su propia voz como si alguien mas lo dijera, volteo a ambos lados.
¿Cómo sabia lo del espejo?

Fue algo natural para él, como era natural ocultarse del sol, pero ¿porque lo hizo?, con cuidado cambio los vendajes de Kyojuro dándose cuenta de la enorme herida que tenia, Akaza paso las yemas de sus dedos alrededor de la herida, tuvo que contenerse para evitar volver a meter su brazo.

Kyojuro abrió su ojo, por todo el medicamento que tenia en su sistema era muy probable que no se diera cuenta quien estaba delante de él.

-Kyojuro, te traje flores – dijo Akaza, sabia que su voz sonaba como si hubiera llorado , aunque primero aceptaría besar los zapatos de Douma antes de admitir que se aliviaba de ver a Kyojuro otra vez.

El aroma de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora