El aroma de la luna.

Kyojuro

Los pétalos de las flores eran tan delicados en sus manos que le daba miedo lastimarlos, se sentía mal por no poder llegar a entender el mensaje de Akaza, tal vez buscaría en la biblioteca algún libro sobre el lenguaje de las flores.

-¡Maestro! – escucho el grito de Mitsuri en la entrada de la casa, no podía depender que ella siempre llegara en los momentos mas oportunos.

La puerta de su habitación se abrió dejando entrar a Mitsuri junto con Iguro, durante un tiempo vivieron en la misma casa los tres, era bueno ver que aun sabían llegar a su habitación después de todo ese tiempo.

Kyojuro se sentó en su futon, no paso desapercibida la mirada de Mitsuri, Ahora en lugar de querer llorar parecía eufórica, Iguro se encontraba atrás viéndolo mas tranquilo. Kaburamaru parecía sonreír le incluso diría que cerro los ojos agradeciendo que se encontraba mejor.

-Maestro, se ve que se encuentra mejor - dijo Mitsuri sentándose a su lado, Iguro, mantuvo una distancia mas amplia, desde niños tuvo esa manía de parecer observar todo a la distancia. Mitsuri lo había ayudado a intentar acercarse a las personas.

-Me siento mejor, cada día que pasa me siento aun mas sanó – dijo Kyojuro sonriendo, Iguro pareció sonreír debajo de los vendajes asintiendo.

-Se nota que eres hijo del señor Rengoku, pero deberías entrenar a tu cuervo a no mentir, yo no le creí, un demonio no podría asesinarte - dijo Iguro, Kyojuro bajo la mirada, era un tonto por ilusionarse con unas flores, sobre todo cuando Iguro se equivocaba tanto.

-Iguro, yo no estoy exentó de poder morir en una misión- dijo Kyojuro – solo e tenido suerte.

-Pero mi maestro es muy fuerte- dijo Mitsuri – además, veo que su enamorada sigue mandándole flores, obviamente Mitsuri se daría cuenta enseguida.

-Si, las flores siguieron llegando- dijo Kyojuro, sabia que esa relación que tenia con Akaza era peligrosa, no podía arriesgarse a que nadie se enterara.

-"Intentare hacerte feliz " – dijo Mitsuri viendo con detenimiento la flor. Kyojuro sintió como sus mejillas se calentaban, ese mensaje era muy fuerte, sobre todo cuando la noche anterior le contó sobre lo que pasaba con su padre.

-Creo que tienes fiebre- dijo Iguro, Kaburamaru se movía nerviosa , Kyojuro negó con la cabeza.

-me siento estupendo, es solo que ... - "creo que nunca nadie a intentado hacerme feliz" pensó Kyojuro - ... no me gusta no entender el mensaje que me envían – dijo en su lugar.

Una verdad a medias seguía siendo una mentira, pero era la forma en la que podía tranquilizarse un poco. Iguro asintió.

-Creó que existe un libro con ejemplos en la biblioteca, le preguntaré a Senjuro si los ha visto- dijo Iguro bajando a Kaburamaru al suelo- vuelvo enseguida -Iguro salió de la habitación.

La serpiente repto hasta estar entre Kyojuro y Mitsuri, Mitsuri puso el brazo derecho dejando que subiera en ella.

-Iguro nunca te deja atrás – le dijo Mitsuri a la serpiente.

-A mi padre no le gustan los animales- explico Kyojuro – siempre hizo una excepción con Kaburamaru cuando Iguro vivía aquí.

-¿Por qué? – preguntó extrañada el pilar del amor.

-Porqué parecía que Iguro solo hablaba con él- dijo Kyojuro

-Tuvo que verse adorable- dijo Mitsuri sonriendo -¿cuantos años tienen de diferencia?

-Iguro es un año mayor que yo- dijo Kyojuro

Mitsuri se veía sorprendida, muchos cometían el error de creer que Iguro era menor, al parecer entre ellos estaba Mitsuri.

-¿Maestro puedo preguntarle algo? – dijo Mitsuri

-¡Claro! – contesto Kyojuro

-¿Cómo era Iguro cuando niño? – preguntó Mitsuri

-Era un niño muy tímido, los primeros días ni siquiera nos hablaba, solo nos veía, hasta un día que por accidente Senjuro corrió muy rápido hacia mi, no pude atraparlo en el momento y por accidente me tiro por esa ventana – Kyojuro sonrió señalando la ventana de su habitación.

-¿Iguro te ayudo a volver a subir? –pregunto Mitsuri con una sonrisa.

-Corrió a informarle a mi padre lo sucedido, fue la primera vez que escuchamos su voz. – dijo Kyojuro, sus recuerdos eran alegres cuando Iguro aun vivía con ellos.

-¿Consiguieron salvarle? – dijo Mitsuri , Kyojuro la vio confundido

- ¿A quien? – pregunto Kyojuro

-A usted maestro – dijo Mitsuri.

-¡No era necesario, ya había jugado en el techo muchas veces antes! – respondió con mucho entusiasmo Kyojuro, aunque no podía ver la ventana tenia la sospecha que Akaza había visto el mismo camino que el encontró para salir.

Kyojuro sonrió al imaginarse como hubiera sido si Akaza fuera un humano, ¿Abrían jugado juntos?, podría ser que si, talvez le gustaría entrenar juntos, así ,no se hubiera sentido tan solo cuando Iguro se marchó, Lo mas seguro es que crecieran juntos en el pueblo, Admiraría tanto a su padre que pediría que lo entrenaran y ambos aprenderían a la par. Juntos formarían parte de la compañía.

-Mi maestro esta soñando despierto – sonrió Mitsuri – Hacia mucho que no lo veía así.

-¡Estar encerrado en mi habitación me a dado tiempo para pensar en muchas cosas!- "como que juzgamos a Tomioka muy mal por proteger a la hermana del joven Kamado ", pensó Kyojuro.

-Creo que eso es bueno, te veo mas feliz- dijo Mitsuri – el amor puede ayudar a curar algunas cosas.

¡¿Amor?!, Kyojuro negó rápido con la cabeza, demasiado rápido, cuando todo daba vueltas a su alrededor pensó que talvez había sido una mala idea, Mitsuri se levantó agarrándole los hombros por la espalda.Kyojuro intento ver a los ojos a Mitsuri ,pero ella parecía tener los ojos cerrados mientras lo abrazaba.

-No tienes que mentir, puede que tu mente no lo entienda, pero tu corazón ya tomo una decisión, esa persona es importante para ti y al menos yo, estoy muy contenta – Mitsuri entrelazo sus manos acercándolas al pecho de Kyojuro. Mitsuri lo seguía sujetando por la espalda mientras parecía tocar su corazón. – El corazón de mi maestro es cálido como una pequeña llama, y gentil como una fogata en invierno, la persona a la que ame debe ser maravillosa.

¿La persona a la que amara? , Akaza solo lo había visitado un par de veces, no lo podría llamar amor, talvez una extraña tregua entre ellos, pero Mitsuri siempre fue así, vería una historia romántica donde no existía nada.