Kyojuro

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Los brazos de Mitsuri siempre fueron gentiles, aunque fuera muy fuerte siempre fue una chica muy amable, aun no entendía como es que alguien como ella termino queriendo unirse a la compañía, tan amable y gentil, tan libre.

Sabia que debía odiar su línea de pensamiento, no era justo pensar de esa forma, mucho menos lamentase de él mismo, su madre quiso que ayudara a los débiles y él no podía darse cuenta del lujo de ser débil.

-¿Interrumpo algo?- dijo la voz de Obanai en la puerta, llevaba consigo una bandeja, Mitsuri lo soltó de inmediato.

-No, no , nada Iguro, es solo que mi maestro estaba contándome de la persona que le trajo las flores- dijo Mitsuri algo nerviosa, Kyojuro se pregunto mentalmente si era tan malo abrazar a las personas como lo hacían ver o talvez él fuera el problema

-Oh ... debe de ser alguien de la compañía – dijo Obanai sentándose en el tatami aun con la bandeja en manos.

"Parece una Geisha" Pensó Kyojuro, volteo a ver a Mitsuri, dándose cuenta que al parecer pensaron lo mismo, soltó una pequeña risa, Mitsuri y él eran muy parecidos en ocasiones.

-Kyojuro, deberías tener cuidado con tus movimientos- dijo Iguro algo molesto – podrías reabrir alguna herida- Kyojuro negó con la cabeza.

-¡No te preocupes!- dijo Kyojuro

-¡Claro que me preocupa! – contesto Obanai – Kocho dijo que estabas aun recuperándote de tus heridas, tienes que hacerte mas caso a la persona que salvo tu vida.

"Él me dijo que no me preocupara", pensó Kyojuro, siempre parecía tener secretos, primero la existencia de los demonios, segundo el alcoholismo de su padre y ahora Akaza, el tres era un numero que lo seguía mucho.

-Iguro, ¿Qué es eso? – pregunto Mitsuri señalando la bandeja.

Tenia algunas vendas, un par de cuencos, uno lleno de agua y el otro con una pasta que parecía medicamento, sabia (esperaba) que Shinobu no intentaría asesinarlo, pero confiaba mas en el juicio de Akaza, parecía saber mas de plantas.

-Son algunos medicamentos que se van a necesitar para curar la herida de Kyojuro – dijo Obanai

-¿necesitas ayuda?- dijo Mitsuri.

-Es para su ojo- dijo Obanai.

Kyojuro sintió como se le helaba la sangre, no estaba listo para eso, Shinobu tenía que haberle avisado antes o ella misma ser la que se encargara. Un temblor notorio le recorría, No definitivamente, no estaba listo para eso, sus respiraciones eran irregulares, si había dolido cuando le quitaron las vendas del cuerpo el ojo seria aun peor.

Sentía como el aire salía de sus pulmones pero todo se veía mas borroso, ¿si su herida en el ojo se había lesionado?, tendrían que cortar aun mas para salvarle.

-Kanroji, te tengo que pedir que salgas – dijo Obanai, Mitsuri asintió.

La habitación se sintió mas grande sin Mitsuri, el sol llegó a su futon pero no podía sentir que lo calentaba ni un poco, sus pulmones se estaban sintiendo sobrecargados ¿estaba hiperventilando?.No, era ridículo, peleó contra Akaza y se encontró bien, y eso fue cuando estaba peleando, ahora estaba en su propia casa y no podia estabilizarse bajo control.

-Es normal que estés tan nervioso – escucho la voz de Obanai, lo volteo a ver intentando esforzarse en la realidad. – solo sigue mis respiraciones, intenta calmarte.

Seguir instrucciones era fácil, siempre le enseñaron a obedecer, tomar una decisión propia era mas complicado, por suerte no lo dejarían solo. El aire entro con mas facilidad dejando que recorriera su cuerpo, las respiraciones superficiales se volvieron profundas hasta poder decir que su respiracion se habia vuelto mas estable.

-¿Mejor? – pregunto Obanai

-si, gracias- contesto Kyojuro – lamento actuar asi, es un inconveniente estar en estas condiciones. Era verdad, odiaba sentirse tan debilitado, nunca fue así.

-No, nadie te culpa.- dijo Obanai viéndolo directamente – nadie puede reprocharle nada.

-¡Deberían, no se como pueden verme al rostro después de tan vergonzosa derrota! – dijo Kyojuro, para él esa era la verdad.

-Nadie tiene el valor de pensarlo- dijo Obanai negando con la cabeza – Le agradas a todos y todos confiamos en ti, eres una especie de líder para nosotros.

-¡Tuve que morir en el campo de batalla! – dijo Kyojuro viendo a Obanai a los ojos, Kaburamaru parecía que estaba llorando, mientras su dueño lo veía con tristeza, no, odiaba cuando lo veían así.

-Aunque creo poder entender el sentimiento ...- dijo Obanai -... creo que no estoy de acuerdo por esta vez

-¿Por qué?- pregunto Kyojuro, Obanai era el mas apegado al código de los cazadores siendo a veces un poco irreal con los demás pilares, era extraño que no estuviera de acuerdo con la idea.

-Porque tú no eres como Shinazugawa o yo... tú eres como Kanroji o Tengen, tú tienes a quien volver – dijo Obanai

Kyojuro no sabia que el Obanai se sintió así,como si no importara si volvía o no.Kyojuro tomo de la mano a Obanai provocó que el chico lo viera al rostro

-Obanai, tú también tienes a donde volver, siempre ha sido mi hermano mayor- dijo Kyojuro, Iguro parecía contener las lágrimas, desde que su padre lo llevó a casa fue así, Obanai era un año mayor y siempre lo vio como tal. Nunca existió una diferencia, o al menos para él.

-¿Te acuerdas?, ¿Cuándo tu y yo nos conocimos?, para mi no eras mas que un niño inquieto que todo el tiempo se lastimaba- dijo Iguro con cierta nostalgia en su voz mientras pasaba sus manos por los vendajes que cubrían su rostro .

-Claro que lo recuerdo – contesto Kyojuro – en ese momento eras mucho más tímido de lo que eres ahora.

-En aquel entonces tú me curaste – Obanai deshizo las vendas de su rostro dejando a la vista sus cicatrices, Kyojuro sabia que Iguro jamás se las retiró, era un acto de confianza – Pero aquel niño inquieto, creció muy rápido y ahora parece mas adulto que yo Kyojuro, fuiste el primer niño que me sonrió, Puede parecer algo tonto pero a mi me hacía feliz.

Kyojuro sintió como las manos de Iguro comenzaban a retirarle los vendajes, sus manos eran firmes y cálidas, Iguro tendría mas experiencia quitando vendas del rostro.

-Si tenemos que enfrentarnos a Muzan me pregunto, ¿Cómo debemos luchar contra él?, pero... no importa lo ardua que la batalla sea si tú o alguien más resultara herido, yo estaré para protegerlos – dijo Kyojuro que mantuvo su ojo sano cerrado, Obanai era muy hábil, no dolía en absoluto, parecía como si simplemente lo estuvieran acariciando en el rostro, por el olor sabia que era más fácil.

-Cuando la batalla termine, de una vez por todas...- la voz de Obanai se escuchaba temblorosa, se imaginaba que verle la cuenca bacía seria impactante, más aun si tenia que pasar sus manos para limpiarle las heridas- ¿... podría visitarte de nuevo ?

El aroma de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora