LIBRE ALBEDRÍO III.

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— ¿Estas de broma cierto?, porque si es así no es nada gracioso Valentina, lo primero que hice fue ir a buscarla para agradecerle y tú me sales con esto.

— Fue algo de improviso, tenía planeado viajar la próxima semana pero justo vino a visitarnos cuando tuvo una llamada y dijo que tenía que irse, después únicamente me marcó para decirme que estaba en el aeropuerto porque había surgido algo y tenía que irse.

— ¿No has vuelto a llamarla?

— Lo he hecho, pero me manda buzón directo, ni siquiera me responde en redes.

— ¡Esto no puedo pasar, no de nuevo!, necesito buscarla, ella, Dios Valentina, le debemos tanto, y ¡esa mujer me volverá loca!

— ¿De qué hablas?

— Ella fue quien causó lo de Los Ángeles, no de forma directa pero por ella fue que me contactaron.

— Contexto plis, necesito información Poché y el embarazo no me ayuda.

— Bueno resulta que Victor el dueño de la galería donde presenté los nuevos cuadros no supo de mí por "casualidad".

— Continua...

— Rayos — necesitaba encontrarla —, cuando recién me encontré con D la invite a una de mis presentaciones, ese día hablamos mientras le enseñaba cada cuadro, ella se tuvo que ir antes de lo esperado, todo iba bien según yo, la encargada de las ventas me informo que se había vendido un par de cuadros pero habían pedido específicamente los que rompían la secuencia de la historia que contaban las pinturas o al menos eso pensarían quienes no buscarán un trasfondo en los dibujos, no dejaron un nombre ni nada, pasarían por ellos después, y siendo francas me desentendí de ello no le veía caso buscarle algún sentido, bueno acá es la parte loca — ella aún sonreía al recordar lo que Victor le había contado — resulta que la compradora fue D, ella los compro, pero los pidió a la dirección de Boston, ella se quedo con ambos cuadros los llevo al hospital donde los puso en su antigua oficina quien en ocasiones Addison usaba, por lo que me contó Victor el es amigo de la doctora y en una de sus consultas ella lo atendió en el consultorio de D, el vio el cuadro y le gusto mucho, termino interrogando a la doctora para saber donde los compro, ella le dijo que eran de una amiga suya, el insistió tanto en comprarlos por lo que ella marco a D para ver si era posible, nuestra amiga se negó pero llego al acuerdo de ponerse en contacto con él para hablar de otra opción.

— Dani prácticamente te dejó en bandeja de plata para realizar ese contacto, ¿no es así?

— Así es Val, ella habló con Victor, le mostró fotos de mis dibujos, ella le dio mi número y bueno, el resto es bastante obvió.

— Esa castaña debe amarte con locura para hacer todo lo que hace.

— ¿De qué hablas? — amarme, ¿D enamorada de mí?

— Ustedes son estresantes, debes buscarla Poché, ve y pregunta por ella, francamente estoy preocupada, ella estaba bien y de pronto desaparece.

— No la dejaré irse sin una explicación hermanita, ella no se irá así de fácil.

Sus palabras eran ciertas, no la dejaría irse sin una razón congruente, lo intentaría porque merecían algo mejor que ser solo amigas con un pasado en común, ella lo sabía muy bien, hace años pudo haberse sentido insegura pero ella ya no era la misma de antes, esa castaña la escucharía esta vez.

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