*Levi y tu* Una promesa de niña (SNK)

4° Escuadrón de operaciones Especiales ~Antes de avanzar~

POV narrador

____(tn) dio un recorrido por su nueva habitación, debido a que no tenía que compartirla, ésta se veía más amplia y espaciosa a diferencia de la anterior en el cuartel de los reclutas; las paredes eran de piedras, tenía una cama, un humilde guarda ropa y un escritorio en muy buen estado, todo ordenado y limpio, no tenía baño personal, -los únicos  que poseían este privilegio eran El comandante y los líderes de escuadrón,- pero en cambio poseía una ventana con excelente vista, del mismo modo, permitía que entrara la suave brisa. Se oyó un revoloteo y un par de aves salieron de los arboles dirigiéndose a las montañas.

−Al fin.... La Legión de Reconocimiento... -dijo para si misma, mostrando una expresión sería y decidida.

4 años antes...

−¡Mal! -exclamó pegándole en la cabeza con una vara a su discípula.
−¡Eso duele! -se quejó ____(tn)
−Debes mantener una postura firme y recta ¿ya te lo he dicho, no? -dijo cruzándose de brazos. - de otra manera no podrás contrarrestar los ataques de tú enemigo ¡otra vez!
−¡Si!

Despues de horas de entrenamiento, ___(tn) preparaba la comida como se le había enseñado, era también la forma de agradecer todo lo que su tutor Julian Klein había hecho por ella.

POV Julian

Esta niña aprende demasiado rápido, recuerdo como si fura ayer la primera vez que la ví, un pobre cachorro abandonado que lloraba sin que nadie se detuviera a consolarla, cuando me acerque y le extendí la mano, me fulminó con la mirada, no creí que una enana pudiera poner una cara tan fea, aun así no dejó de parecerme muy tierna, no malinterpreten, es demasiado joven para mí. Al final, la convencí de venir conmigo, a un ex soldado de la legión de reconocimiento, una compañía como esta no me haría daño. Ese día se devoró como tres platos de comida, ¿hace cuanto no probaba alimento? Me preocuparon mucho las condiciones en las que estaba, pero gracias al cielo se recuperó rápido. Ahora cocina, limpia, cose y sabe luchar como lo harían los veteranos; debido a mis limitaciones físicas causadas en una misión fuera de las murallas no pude seguir mi trabajo como soldado, en estos momentos tampoco puedo instruirla como quisiera. El año que viene cuando se enliste, podré ver si realmente mis esfuerzos dieron frutos.

−¡La comida esta servida! -hablando de la reina.
−¿qué comeremos hoy? -ya lo sabía, pude percibir el olor desde la cocina, soy un hombre muy conversador, si no pregunto no me habla hasta después de comer.
−Ya sabes la respuesta a eso, ¿intentas molestarme?
−No, no, para nada. Espera, esto lo comimos ayer, ¿no hay nada nuevo?
−Me temo que no. La comida esta siendo racionada, yo misma trate de exigir más, pero el estúpido soldado de las fuerzas estacionarias se metió y no pude hacer nada.
−Eso no esta bien. Debiste golpearle con fuerzas... -comente dando el primer mordisco al pan.
−¿Quieres que me arresten? -ella me miraba irónica, haciéndome estallar a carcajadas.

Voy a extrañar las conversaciones como esta cuando se valla. Me temo que volveré a quedarme solo.

POV narrador

Julian era un hombre con rasgos jóvenes, inteligente, muy valiente, fuerte, genio cuando se trataba del manejo de espadas, ágil y sobretodo una muy buena persona, pero fue eso mismo lo que lo condenó, por sacrificarse para salvar la vida de su compañero de la boca de un titan, tuvo que retirarce de la legión. Después, volvió a su vida de civil, un cambio muy drástico para alguien que había jurado dar su vida por luchar por la humanidad, la vida normal era igual a estar preso. Sin embargo, después de convertirse en el tutor de ___(tn) su vida había dejado de parecerle tan agobiante; el desempeño de su alumna le decía que se había visto obligada a crecer antes de tiempo, su deber ya no era simplemente enseñarle a canalizar y controlar sus emociones mediante el manejo de armas sino también de educarle enseñanzas, contarle sus experiencias y dejarla desenvolverse como niña que era, para no volverse una máquina asesina que odiara a todo el mundo. Por suerte, en parte, ella había entendido y aceptado casi todo, exceptuando algunos casos imperdonables.