"(...) Cuando nos volvamos a encontrar, aunque sea mil años después, seguiré amándolo y volvería a dar mi vida por usted..."
Leí esa frase una mañana de navidad, cuando el suelo estaba vestido con un manto blanco escarchado y el frío nos obligaba a andar bien abrigados. Regresaba de la biblioteca pública; pequeños y escasos copos de nieve caían despacio, y la suave brisa acariciaba mis mejillas como lo harían las manos de una madre.
Veía de reojo las tiendas que ya conocía, como de costumbre, estaban decoradas al estilo navideño y con montones letreros deseando buenos deseos y mucha suerte.
Con ambas manos tomé mi bufanda y cubrí parte de mi rostro, continué con mi caminar tranquilo hacía mi casa, donde todos festejaríamos en familia junto a los amigos y allegados.
Varios pasos más adelante, muchas personas hacían compras a ultima hora, entraban y salían de una tienda, algunas con bolsas de regalos, otras con comida o decoraciones. Por mi parte, no era necesaria ninguna compra de emergencia, aun así, para llegar a mi hogar debía atravesar ese grupo de gente. No es gran problema. A pesar que no estaba orgullosa de mi baja estatura, de vez en cuando me es utilidad, pude evitar fácilmente a esos gigantes estresados.Un cuerpo se estrella con el mio de forma ruda. Una mano en mi cintura evita que caiga y, una voz seca, pero suave pide disculpas.
No era un hombre muy alto, de piel clara y cabellos negros. Me dedico una mirada indiferente sin formalidades y preocupaciones. Ese extraño me pareció conocido, mientras veía como se marchaba sentí una emoción alterar mi corazón y, por puro impulso, decidí alcanzarlo.
Caminando a su lado sin decir palabra, parecía no inmutarse por nada. Me incliné un poco buscando su distante mirada y llamar su atención. Me miró feo, como si de un bicho raro se tratara.− No ha nevado mucho el día de hoy... comparado con los días anteriores.
Comenté de manera casual, pero no recibí respuesta, volvió a mirar al frente. No me quedaba de otra que seguir la conversación yo sola con la esperanza de que me hablara.
− Aun así el frío sigue siendo insoportable. Como me encantaría una buena taza de chocolate caliente ahora mismo.
De la nada, me interrumpió su voz.
− ¿Qué esperabas? Estamos en diciembre, lo lógico es que sean helados los días y que la gente tome bebidas calientes - me respondió con desdén. Suspiré y continué hablando.
− ¿No le gusta la navidad? ¿No va a celebrarlo con sus amigos y familiares?
− No me interesa celebrar mi cumpleaños, mucho menos navidad. Prefiero pasarlo con tranquilidad yo solo - dijo un poco menos tosco. Mis ojos brillaron.
− ¿Hoy también es su cumpleaños? Es interesante.Enseguida me miró un poco sorprendido y curioso por mi comentario, abrió los ojos sin exaltarse, permitiéndome así, admirarlos mejor para darme cuenta que ya los había visto, pero que había olvidado.
Le sonreí dulcemente y desvié un poco la mirada, estaba avergonzada y no podía negar que era muy atractivo.− No debería pasar dos fechas tan importantes usted solo... eh-mm...
− Levi.
− Yo soy _____(tn), un placer.Continué preguntando sobre él. Me contó que era profesor en una de las universidades más prestigiosas, cosa que me sorprendió mucho porque su físico aparenta de un joven muchacho; además, advertí que tenía una personalidad reservada, era serio, sencillo, indiferente con todo lo demás y poseía un autocontrol envidiable. Cuando la conversación, o mejor dicho, la sesión de preguntas se terminaba, me aterraba la despedida.
− ¿Le parecería bien venir conmigo, a celebrar junto a mis amigos? - propuse nerviosa.
Silencio. No dijo nada. Se detuvo y yo hice lo mismo, me miraba seriamente y, retornó a su caminar.
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*Levi y tu* Una promesa de niña (SNK)
FanfictionUna historia de amor entre levi y tu. El capitán Levi, considerado el hombre más fuerte de la humanidad, un día decide dejar de lado su indiferencia para ir a tu rescate, una niña de apenas 11. Una promesa, muchos obstáculos aparecen en tu vida des...