... es un buen cóctel ofensivo.
Agrega media taza de jugo de piña.
Añade media onza de vodka de frambuesa.
Añade un par de padres muertos.
—Esto no será fácil para ti, —Diego me dice cuando despierto a la mañana siguiente. Son las algo en punto. Aún estoy en la cama y tengo que orinar. Los engranajes en mi cabeza tienen algo grueso y pegajoso atrapado entre ellos, todos mis pensamientos son lentos—. Déjame ir contigo, Aris. Podemos burlarnos de todos tus parientes.
Literalmente ninguno de ellos está vivo. Tengo una tía abuela del lado de mi madre que vive en Sudamérica. Tal vez hay unos cuantos primos regados por el país, si es que todavía están allí. No tengo a nadie. Somos solo mi hermano y yo.
Y la pequeña Helena.
—¿Cómo sucedió? —pregunta en voz baja, pasando suavemente una mano a través de mi cabello. Todavía huele a las malas decisiones de anoche—. Oh, no debería preguntar todavía. Lo siento. Es demasiado pronto. ¿Pero fue rápido?
Diego y yo tenemos este problema con los límites. En resumen, no tenemos ninguno. Su mente es mi mente. Él expresa todo lo que pienso, y a veces viceversa.
Quiero decir, cuando has tenido la experiencia de ver a tu roomie recibiendo una mamada mientras viste medias de red con un consolador en la garganta, básicamente estás condenado a ser el mejor amigo.
—Lo fue, —finalmente respondo apáticamente—. Un accidente en su avión privado. Un accidente. En Barbados. Siempre habían querido visitar Barbados cuando era un niño. Supongo que finalmente consiguieron lo que deseaban.
Diego traga, frunce sus labios con gloss y luego me frota la espalda.
—Llamaré a tu jefe por ti. Le diré que necesitas tiempo libre. Sólo llámame Secretario Diego. ¿Puedes cambiar de opinión, por favor? —Levanta sus ojos inexpresivos hacia mí—. Sólo llévame contigo. No puedes esperar enfrentarte a tu hermano solo. Él es de lo peor. Lo consideraremos como unas vacaciones. Tengo el par perfecto de zapatos negros que me muero por ponerme. Oh. —Él se estremece—. Esa es una expresión muy fuera de lugar.
El problema es que he sido cínico, despreciativo y oscuro cuando se trata de mis padres, Diego piensa que los desprecio. Quizás de alguna manera solía hacerlo, especialmente al crecer.
Tal vez nunca se trace una línea clara en la arena entre el amor y el odio cuando se trata de una madre o un padre.
¿Sabes lo que quiero decir?
Tal vez está bien amarlos y odiarlos.
—¿Has intentado borrar algo? —sugiere Diego—. Siempre me hace sentir mejor. Cuando me enteré que mi ex Javier abrió su cuenta de Grindr de nuevo después de que hacernos la promesa de no volverlo hacer, me enfurecí mucho con él. Yo estaba en llamas. Lo único que me hizo sentir mejor fue un largo y minucioso...
—Diego. —Puse una mano en su hombro huesudo y cerré los ojos—. Por favor.
Lo siento tensarse bajo mi palma. Exactamente dos respiraciones entran y salen de sus labios finos y brillantes antes de que, suavemente, dice—: Lo siento. Estoy... estoy manejando todo esto muy a la ligera. Simplemente no sé cómo actuar. Soy muy malo en esta mierda del dolor.
—No estoy de luto.
—Mis padres me echaron cuando tenía catorce años. Fui criado por Drag Queens, perra. Me gustaría ser un mejor amigo para ti.
—Lo haces muy bien, Diego.
—Simplemente no entiendo la dinámica de las familias ricas y felices.
—El dinero no te hace feliz. Te convierte en alguien aburrido.
De repente, Diego me da un gran beso húmedo en la mejilla, luego me abraza por un lado. Es un gesto incómodo, pero se aprecia.
Incluso si mi madera matutina sigue temblando entre nosotros como las paredes agrietadas e hinchadas.
Los dos no tenemos ningún interés romántico, por cierto. Con palabras escritas con tinta retorciéndose en mi pecho y bajando por mi brazo izquierdo, y la evidencia de mi masculinidad tóxica latente explota a través de mi rostro melancólico que no me importa un carajo antes de las diez de la noche. Así que no soy su tipo de hombre.
Dicho claramente, se puede decir que su tipo de hombre de ensueño usa base y tacones de aguja rojos los sábados por la noche. Mi tipo de hombre es alguien muy diferente.
Otra vez mi masculinidad tóxica.
—Te llamaré después de que todo haya terminado, —anuncio de repente—. Necesito despertar, orinar mis sesos y tomar algunas decisiones.
Diego, como un mago, saca un Bloody Mary con un tallo de apio detrás de su espalda.
—No antes de dar un sorbo para despertar, darling.
Me quedo boquiabierto.
—¿Estuviste escondiendo eso todo este tiempo?
—Si alentar tu alcoholismo es lo menos que puedo hacer para ayudarte a superar esto, entonces por todos los viejos dioses homosexuales y los nuevos, lo haré.
Sonrío, luego doy un sorbo. Sabe perfecto.
—¿Qué pasará con tu hermana Helena? —Pregunta de repente.
Por esa importante, desafortunada pregunta, me percato de que no he pensado en eso.
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Es un capítulo cortito, lo sé. En general los capítulos son más largos que este, lo prometo xd.
¿Me regalan un voto? Gracias.
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raising hell | aristemo.
Fanfiction[TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN] ¿Sediento? Tomemos a un fiestero imprudente. (Ese soy yo). Agreguemos un profesor de matemáticas sensato y guapo. (Es estúpidamente sexy y me está volviendo loco). Agreguemos una hermana pequeña, princesa de hielo que odia...