let's do an epilogue (+ surprise)

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Y disculpen si hay errores... me dio flojera revisar otra vez y ya quiero comerme los takis que me compré. :c 



—No puedo creer que haya llegado el día —dice Temo después de llevar la última caja a la parte trasera del jeep. Cierra el portón trasero, luego suspira y se apoya en él, sudando—. Estoy en shock.

—Lo sé —Me inclino a su lado y luego miro el cielo azul brillante, el gran árbol de nuestro jardín proyectando sus frondosas sombras sobre nuestros rostros—. El tiempo en verdad pasa volando, ¿eh?

—Así es —Temo me coge la mano y se la lleva al rostro, luego besa el anillo de bodas de mi dedo—. Nunca me canso de verlo.

—Ni de besarlo, por lo visto —me burlo de él.

Por cierto, este es el epílogo.

Son siete años después.

Sorpresa. Dimos un salto en el tiempo.

—Oh, ya me conoces —dice, sus ojos brillan al mirar los míos—. Sólo tengo que besarlo de vez en cuando para asegurarme de que sigue ahí. Quiero decir que lo has perdido al menos cinco veces a lo largo de los años.

—Conocías al hombre con el que te estabas casando. Sabías en lo que te metías —Entonces los dos nos acercamos, nuestros labios se unen, y todo está lleno de calor y aliento y labios.

El día en que nos casamos fue un desastre como era de esperar. Yo tenía pánico en la pequeña sala de la iglesia donde me preparé. Tuvimos una o dos discusiones tontas sobre dónde celebrar la boda, y finalmente nos decidimos por una iglesia cerca de donde vivían sus padres. Me sentí un poco fuera de lugar, ya que la iglesia rozaba más el lado rural que el suburbano o el urbano, pero Temo quería hacer felices a sus padres, y ver la sonrisa en su rostro cuando todos los planes estaban resueltos fue razón suficiente para dejarle salirse con la suya.

Helena, por supuesto, era la niña de las flores.

Y también la madrina de los anillos.

En cierto modo, escribimos nuestras propias reglas.

Uno de los mejores amigos y colegas de Temo en el nuevo instituto público en el que da clases, un desarrollador de software y profesor de informática llamado Mateo, fue el padrino. Nuestra dama de honor fue, naturalmente, Dominiqne La Crème. Axel vino de Taiwán y ocupó su lugar entre nuestro disparejo y random surtido de padrinos de boda. Yo estuve en el altar y el padre de Temo lo acompañó al altar.

Para ser honesto, estaba seguro de que me sentiría decepcionado cuando llegara al altar. Hay algo en toda la pompa y la pretensión de una boda que me molesta.

Pero ese día no.

Temo era una hermosa visión de fuerza y orgullo. Me quedé literalmente impactado al verlo mientras bajaba lentamente por el pasillo. Como, de nuevo, ¿quién vergas estaba en la boda? Ni siquiera lo sé. Todo lo que sabía era que Temo llevaba su esmoquin y esos ojos marrones brillantes que me penetraban desde el otro lado de la habitación. Su pelo estaba peinado como la primera vez que lo vi.

Ahí estaba, robando mi corazón de nuevo.

Se plantó ante mí como un sueño, vertimos nuestras almas en los ojos del otro, y no hubo esperanza para mí después de eso.

Fui, y he sido, completamente suyo desde entonces.

Entonces llega una voz repentina desde la casa, arrancándome del dulce y tierno recuerdo de aquel día de hace tantos años con un murmullo: "Ugh, ustedes dos".

raising hell | aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora