4. the grieving part

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Cuando tus padres mueren, empiezas a ver cosas.

Y tu mente se va a la mierda.

Empiezas a mirarte la palma de la mano izquierda a las cinco de la tarde sin razón. De repente, estás buscando en Google sobre cómo leer la mano, porque ¿por qué no? Y notas que tus líneas de éxito y destino están cruzadas. Y tu línea de vida está rota por todas partes. Y todo lo que lees es como, "Wow, sí soy."

Y de pronto son las dos de la maldita mañana.

Parece que no puedo pasar fácilmente de un lado de la casa a otro. Me detengo al azar por todas partes. En la barandilla. Cerca de las ventanas delanteras. Mirando a la pantalla en negro de la llamativa TV de 80 pulgadas de mis padres, y me siento envenenado por esta culpa que no puedo explicar. Es como si estuviera en problemas con mamá y papá otra vez, excepto que no recuerdo qué hice, no recuerdo por qué peleamos, y no puedo recordar las horribles palabras que les grité antes de marcharme.

Pero yo soy el culpable de todos modos.

Y ahora estoy mirando un candelabro.

Y nunca tendré el placer de encontrarlos en una habitación para poder disculparme con ellos. Incluso si no sé qué hice mal.

Y no sé qué hice mal.

Pero basta de hablar de mí. Hablemos de Helena, mi hermana de once años que claramente es la mezcla de Un Viernes de Locos y Merlina Addams o algo así. Se parece a mi hermana, pero alguien vino y le arrancó el alma de su pequeño pecho.

Ella camina con determinación, pero camina tan silenciosamente como un fantasma.

O quizás siempre fue así y nunca me di cuenta.

Ahora comparto este enorme palacio con ella después de que mi hermano se subió a su avión y voló de regreso a Taiwán. Las noches son súper raras desde que se fue. Una persona menos en la mesa para disipar la incómoda tensión. Nos sentamos a cenar todas las noches, solos, literalmente en los extremos opuestos de esa mesa tan larga, y sin decimos nada. Solo masticamos. Sólo el tintineo de los tenedores en los platos. Sólo un sorbo pequeño de mi vino, un silencioso, "Disculpe," y luego el silencio de los corderos.

Hasta el ama de llaves, Karen nos da miradas extrañas.

Mi hermana nunca me dirige la palabra.

Bueno, aparte de la vez que pasé sigilosamente más allá de su baño, me detuve, y luego me armé de valor para preguntar: "Hey, uh... ¿estás bien?" A lo que respondió irritada, después de escupir delicadamente la pasta de dientes de su boca: "Me estoy cepillando los dientes."

Y la otra vez cuando la miré fijamente en el estudio donde estaba acurrucada en una silla leyendo, y finalmente miró hacia arriba, y luego murmuró: "¿Qué?" A lo que me encogí de hombros y dije: "Nada."

Me ha tomado completamente desprevenido unas cuantas veces cuando estoy en la cocina preparándome un sándwich. Ella se aparece de la nada para servirse un vaso de té de frambuesa. Uh, hello, warm a bitch. Casi me corto la mano por la mitad en lugar del sándwich.

Además, no tengo ni puta idea de lo que estoy haciendo.

Tal vez podría hacer un esfuerzo más directo. Podría subir a su habitación una noche y hacer la cosa del distanciado—hermano mayor. Siéntate en su cama. Pregúntale qué pasa. Sé sincero y con los pies sobre la tierra para que no seas el sorprendido ni te ponga los ojos en blanco.

Pero no sé nada de mi propia hermana. Pregúntame si tiene amigos. No sé. Pregúntame si le gustan las caricaturas No sé. Literalmente, pregúntame su cumpleaños.

raising hell | aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora