16. sis-bonding? maybe?

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Imagina esto por un dulce segundo.

Helena viste una bata y está acurrucada en el extremo opuesto del sofá. Yo llevo las pantuflas rosas de Pepto Bismol más grandes que jamás hayas visto, unos brillantes pantalones de seda dorados y una camiseta negra suelta en la que se lee "OVER IT" en letras doradas en el pecho.

Hay un bol de M&Ms en la mesa junto a un bol de palomitas, ambos completamente intactos.

Pusimos Frozen, porque qué más.

Entre mi hermana y yo, ¿cuál es la hermana mágica del hielo de la canción de gran éxito y cuál es la dulce y siempre adorable Kristen Bell?

Porque, seamos realistas, los dos somos la Frozen.

Deben ser apenas diez minutos de película cuando miro a Helena y la encuentro en un extraño estado de paz, mirando al televisor con asombro y con una expresión distante pero pensativa.

Veo a mi hermana sin toda su afectación y primor. Ahora mismo es sólo una niña, una niña como cualquier otra.

Esa simple e inocente observación hace que se me hinche el corazón.

¿Sabes qué? Tal vez no tengamos que tener una charla importante sobre la vida y la muerte y lo que es. Tal vez esos tazones de botanas que me tomé el trabajo de poner para nosotros (sí, lo sé, un trabajo muy duro y agotador) pueden quedar completamente intactos.

Tal vez lo importante aquí no sea la película o la comida chatarra.

Es que estamos teniendo un momento hermano-hermana totalmente normal.

Me atrevo a decir que es hasta aburrido.

¿Y eso no es chingón por una ocasión?

En esta agradable noche de viernes, no somos unos hermanos raros compartiendo una e norme mansión. Sólo somos unos hermanos viendo una película. Diablos, incluso ambos la hemos visto antes y a ninguno de los dos le importa.

Creo que ella necesitaba este momento para sentirse como una niña de nuevo.

Y yo necesito este momento para sentirme, por una vez, su hermano mayor competente.

Aunque no nos hablemos, y aunque esto sea lo único que hagamos antes de dar por terminada la noche y meternos en nuestras habitaciones para dormir, es lo mejor que he sentido con mi hermana desde que me mudé, y eso ya es algo.

¿Es demasiado pronto para decir "punto para Aris"?




Pues... resulta que sí, era demasiado pronto.

El domingo por la mañana, abro los ojos creyendo haber oído algo. Mi mirada capta la luz del sol que entra por la ventana y, sin motivo alguno, pienso inmediatamente en Temo y en todas las estupideces que hice. Así también desperté el sábado por la mañana, lleno de esos ecos de humillación que me hacían querer arrastrarme a un rincón y hacerme de piedra.

Fue un día desperdiciado. Me imagino que el domingo será igual.

Cierro los ojos, desesperado por volver a dormir para no tener que pensar más en eso.

Entonces llega un fuerte ruido del piso de abajo, el mismo que me pareció oír hace un rato y que descarté. Apenas ahoga el sonido de unas voces repentinas, hacia las que mis oídos se agudizan, alarmados.

Las voces no pertenecen ni a Karen ni a Ninny ni a Helena.

Salgo de la cama de inmediato. Agarro un gran rizador de pelo del tocador (no preguntes, es lo primero que hay a la mano) y lo sostengo como si fuera una espada mientras salgo lentamente de mi habitación con tan solo un par de calzoncillos negros.

raising hell | aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora