19. attention whore

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—¿Aris? —viene una voz no muy lejana.

Me despierto con un resoplido y levanto la cabeza de la almohada. Me quito el pelo de los ojos y miro la ventana. La luz del sol me hace entrecerrar los ojos.

Un cuerpo se mueve a mi lado.

Es Temo.

—Eh, no mames —susurro.

—¿Aris? —vuelve a sonar la voz del otro lado de la puerta, la voz poco paciente de mi hermanita—. Es hora de irnos. Voy a llegar tarde.

Por cierto, Temo sigue moribundo.

Me aclaro la garganta y grito: "¡Ya voy, Hel!"

—Dios mío, ¿te quedaste dormido? —Ahora está justo al lado de la puerta—. ¿Qué estás haciendo en esta habitación de invitados?

Ahora Temo reacciona, bosteza y levanta la cabeza de la almohada, con los ojos a un millón de kilómetros.

—¿Hmm...? —gime con sueño. Está boca abajo, y su sexy y terso trasero desnudo queda expuesto entre una arruga de las sábanas, danzando tentadoramente mientras mueve su cuerpo para echar un vistazo a su alrededor. Entonces sus suaves ojos marrones se fijan en mí y una sonrisa somnolienta se dibuja en su rostro—. Hola.

En serio, es tan adorable y todo, pero ahora mismo no puedo.

—Helena —la llamo—, ¡sólo espérame en la cocina y estaré allí para llevarte a la escuela!

—¡Uf! —gruñe, y entonces oigo sus pasos alejándose.

La realidad llega a Temo de inmediato.

—Oh, Dios mío —Salta de la cama—. ¿Qué hora es? —Su sexy culo desnudo busca su ropa en el suelo. Encuentra una toalla llena del placer de la noche anterior y la tira a un lado. Luego hace un juego de saltos con una sola pierna mientras se pone la ropa interior pierna por pierna—. ¡Tengo que llegar a casa para cambiarme! ¡Tengo que llegar a la escuela! Tengo que... —Se congela y me mira fijamente, luego baja la voz y sisea—: ¡Helena no puede verme aquí!

—Oh, vamos, Temo. Acaba de convertirse en mujer y ya te vio anoche. Ella sabe cosas. Es una chica inteligente.

Se esfuerza por ponerse la camisa, abotonándola a toda prisa.

—Por muy inteligente que sea, eso no significa que deba ver a su profesor arrastrándose de la cama con su hermano mayor, y luego ser sometida a mis torpes movimientos mientras intento enseñarle a multiplicar y dividir fracciones dentro de seis horas.

Me muerdo el labio pensando, luego me deslizo fuera de la cama y me acerco a él. Se detiene y me mira fijamente.

—Saldré primero para llevarla a la escuela, ¿bueno? Puedes salir detrás de mí. Ella no verá nada. Excepto tu auto afuera.

Mira, maldice en voz baja y vuelve a abotonarse.

Le observo durante un rato, con media sonrisa en la cara.

—¿Estuvo bien anoche? —Le pregunto de repente—. ¿Te lo pasaste bien?

Hace una pausa mientras se arregla de nuevo la camisa y luego levanta los ojos hacia los míos. Se vuelven sensibles y su voz, suave.

—A pesar de la falsa pretensión de traerme aquí, creo que tus amigas organizaron una gran fiesta.

Sonrío y le agarro por la cintura, juntando nuestras caderas.

—Me refiero a la fiesta después de la fiesta.

—No lo sé —dice, con la cara seria—. No participamos en el after de tus amigas. Estaba demasiado ocupado arriba con un chico.

raising hell | aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora