Capítulo 124: La vida se trata de ti

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—"Papá..."— La débil voz de Lele sonó en sus oídos.

Zhao Xianghai levantó la cabeza por las cuatro palabras al final de la carta, "Escrito por Xiao Ye", su sonrisa era un poco forzada: —"¿Qué pasa?"—

—"Tienes los ojos rojos",— Xiao Lele tocó suavemente los ojos de Zhao Xianghai, —"¿Estás llorando?"—

—"No",— Zhao Xianghai trató de poner una sonrisa, —"papá no lloró, papá no llorará. Es...algo se metió en mis ojos y es un poco incomodo"—

—"Entonces lo que está escrito aquí",— La cabecita de Xiao Lele se acercó y quiso leer el contenido de la carta, —"¿es de papi?"—

Zhao Xianghai ahuecó la carta en su mano durante mucho tiempo: —"Lele, siéntate aquí un rato mientras papá va al baño, ¿esta bien?"—

Xiao Lele parpadeó e inclino la cabeza.

Zhao Xianghai caminó tambaleándose hacia el baño y su espalda estaba inexplicablemente nerviosa.

Xiao Lele miró la espalda de su papá y un rastro de confusión brilló en sus ojos.

Pudo ver claramente que los ojos de su papá estaban muy rojos.

Pudo ver que los dedos de su papá temblaban al apretar la carta.

Xiao Lele frunció los labios y se sintió un poco preocupada.

Bajó de un salto de la silla y siguió con cuidado la dirección en la que se había ido Zhao Xianghai, se inclinó sobre la puerta y se asomó silenciosamente al interior.

Su papá estaba de pie frente al fregadero, mirando la carta que tenía en la mano con cierta desorientación.

Después de un largo rato, se cubrió suavemente los ojos con las palmas de las manos.

Sonó un gemido inaudible.

Xiao Lele se sorprendió al verlo escondido aquí, llorando y no pudo evitar que se le agriara la nariz y se le cayeran las lágrimas: —"Me dijiste...que no estabas llorando..."—

Zhao Xianghai se tapó los ojos con fuerza.

Cada palabra escrita en esa carta, cada palabra humilde y esperanzada, cada confesión desde el fondo del corazón de Xiao Ye, todas ellas lo derrumbaron en un instante.

No era de extrañar que Xiao Ye estuviera tan ansioso por que mirara el libro.

No era de extrañar que Xiao Ye lo protegiera a el y a su hija incluso en la muerte, permitiendo que las feroces rocas abrieran su carne y lo empaparan de sangre.

No era de extrañar que...

Cuando Zhao Xianghai pensó en la forma en que Xiao Ye yacía en la ambulancia cubierto de sangre, claramente dolorido y a punto de desmayarse, pero con ojos suplicantes, tratando desesperadamente de sostener su mano, sintió que su pecho estaba demasiado dolorido para soportarlo.

Se tambaleó un poco y se acercó a la pared, con una mano apoyada en ella, y se puso lentamente en cuclillas.

Grandes lágrimas brotaron de sus ojos sin control, goteando a través de sus dedos.

En su vida, Zhao Xianghai había sido imprudente dos veces hasta ahora.

La primera vez, fue la noche en que rompió con Xiao Ye después de saber que le engañaba, cuando cogió una piedra y rompió la ventanilla de su coche.

La segunda vez, ahora mismo. 

Estando acurrucado en este rincón oscuro donde nadie ve, reprimiendo su voz y sollozando hasta que su garganta se volviera ronca.

Cuarenta y ocho horas, eran desesperadamente desgarradoras.

Los médicos seguían entrando y saliendo de la unidad de cuidados intensivos de Xiao Ye

Cuando finalmente anunciaron que Xiao había sobrevivido al peligroso periodo, todo el cuerpo de Zhao Xianghai perdió instantáneamente su fuerza.

—"La situación es más optimista de lo que pensábamos",— dijo el médico con una sonrisa, —"su salud es muy buena, no hay complicaciones por ahora, su vida está a salvo"—

Zhao Xianghai agarró la manga del médico: —"Entonces, ¿cuándo se va a despertar?"—

—"No lo sé",— el médico negó con la cabeza, —"si es rápido, diez días, un mes, seis meses, si no, un año, diez años, o incluso la mayor parte de su vida, no podemos predecirlo"—

Zhao Xianghai guardó silencio durante mucho tiempo y asintió: —"Gracias"—

Cuando salió de la consulta del médico, Zhao Xianghai exhaló con fuerza y entró a la sala de Xiao Ye.

Xiao Ye seguía tumbado e inmóvil en la cama del hospital, y Xiao Lele vigilaba a su segundo padre, mirándolo con entusiasmo.

Zhao Xianghai se rió ligeramente.

Al volver la mirada, vio un ramo de flores en la pequeña mesa junto a la cama del hospital.

—"Lele",— Zhao Xianghai frunció el ceño, —"¿quién envió estas flores?"—

Xiao Lele volvió la cabeza y miró a Zhao Xianghai: —"Es de un tío llamado Guan"—

Zhao Xianghai detuvo sus pasos.

¿Guan Changfeng?

—"No estabas aquí, asi que él dejó las flores y salió primero",— dijo Xiao Lele en voz baja, —"también me pidió que te dijera que si regresas, te esperará en el balcón afuera"—

Castigar al Playboy a partir de AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora