7. Tiempo y cordura.

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   -¿Qué hacen ahí parados? ¡Vamos, a trabajar!- Drácula con un grito ordenó a los zombies.

Había más huéspedes de los habitual. Era bueno. Tanto monstruos como humanos estaban en el hotel, convivían pacíficamente. Y pensar que hace siglos parecía una guerra interminable que los monstruos vivieran en paz, tener que esconderse por miedo a que los capturaran; y peor aún: que los mataran.

Esa idea siempre rondaba entre sus pensamientos. Tanto tiempo escapando como un ladrón que lo acusaban injustamente de crímenes que él no había cometido. Siempre era el lugar y momento equivocado.

Mala suerte, la sombra que siempre lo acompañaba.

De nuevo esas ideas inundaban su mente, tenía que "ser positivo", como dijo Jhonny; si seguía recordando su dolor nunca sería feliz.  

«Tiene razón pero...¿Tan difícil es?» pensó Dracula.

Siguió caminando por el lobby del hotel, tan lleno de gente y zombies atendiendo a todos. Llevaba papeles en las manos. Creía que esos mismos papeles ya se habían pegado entre sus dedos desde hace semanas. Le gustaba organizar eventos, que todo fuera perfecto, tener el control en todo, lo tranquilizaba; pero no podía avanzar, estaba estancado.
La idea de su boda se sentía tan lejos, pero en realidad estaba más cerca de lo que él creía.
Ericka quería que todos fuera blanco y con flores coloridas, como una boda tradicional humana. Pero Dracula quería que fuera negro y con rosas secas. Era la misma discusión de casi cada noche.

«¿Porqué una boda humano-monstruo era tan difícil? La boda de Jhonny y Mavis había sido perfecta y estaban de acuerdo. Pero con Ericka...que dolor de cabeza elegir un color.»

«¿Estoy tenso, porqué? ¿Porqué me molesta? Debo tener el control. Todo debe ser perfecto. ¿No es así? Soy el Conde Drácula, debo ser perfecto. Tengo una reputación. Debo tener el control de todo.»

Había tantos humanos cerca, ya estaba acostumbrado a oír el asombro de los humanos al ver al mismo Conde Drácula en persona. Pero está vez era más molesto, además los zombies estaban siendo lentos, oía muchas voces, muchas risas, que lo llamaban, conversaciones que no entendía, ruido, ruido, ruido.

«Basta. Solo quiero desaparecer.» Se repetía a sí mismo una y otra vez.

(...)

Más arriba, en la habitación 221, estaba en una situación similar, se sentía tensa ella también, sus músculos estaban rígidos, su corazón latía a gran velocidad. A este paso le daría un paro cardíaco.

   - Está en línea. Esperemos a que conteste.- mencionó Jack.

Martha estaba impaciente,caminando en círculos en el techo de la habitación. Tenía una mano sosteniendo su codo, y la otra estaba tapando su boca, tamborileaba sus dedos nerviosa.

   - Ya vió el mensaje.- bramó emocionado Jack. No despegó la vista del teléfono.

El corazón de Martha latía más fuerte. ¿De verdad vería a su hija?

   - Voy a ahorcarme.- balbuceó Martha con miedo, tamborilendo sus dedos más rápido.

   - Claro que no. Sólo respira. Y bebe de ese elixir que te preparé.- Jack contestó sonriendo ante los nervios de Martha.

Hotel Transylvania - We'll Meet AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora