━━━ 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼

3.2K 355 156
                                    

capítulo cuatro.
"holding on to you"

Mis rodillas arden cuando me tiro al piso para esquivar al zombi, el cual se estrella contra la puerta. Escucho a mis amigos, gritando y diciendo que corra.

No quiero morir. No puedo morir.

Gateo por el suelo hasta llegar a la otra pared, mi espalda choca contra el ladrillo e intento ponerme de pie, lista para defenderme como pueda y como sea.

Mis manos atajan el cuerpo del zombi, pero no tengo tanta fuerza para sostenernos a ambos y caigo al suelo de nuevo. Su boca se abre y se cierra fuertemente, me lanza mordidas, intentando alcanzar cualquier parte de mí que pueda estar expuesta.

Su rostro está demasiado cerca del mío, mis brazos tiemblan, pierdo fuerza, e intento usar mis piernas para sostenerlo y tratar de empujarlo. No funciona. Mierda.

—¡Wonyoung!—. En un instante, todo el peso que estoy sosteniendo desaparece, dejo salir un suspiro agotada, quiero volver a tomar aire para calmar a mi cuerpo, sin embargo, un fuerte agarre en mi brazo me obliga a reaccionar, y me pone de pie.

Cheongsan me mira, preocupado, no pierde un segundo, porque el zombi que lanzó lejos está levantándose de nuevo, y me arrastra con él. Gyeongsu nos grita desde la puerta, y apenas cruzamos la cierra de un golpe.

Cheongsan suelta mi brazo, y me dejo caer al suelo. Estoy agotada, no entiendo qué está pasando, y solamente quiero respirar.

Inhalo profundamente, suelto el aire. Uso mi mano para limpiar el sudor de mi frente, y otra vez. Inhalo... repito... y siento a todos mirando.

—¿Por qué tienes sangre?—, el grito de Nayeon rompe con el silencio desde el otro lado del aula. No le respondo. —¡¿Por qué tiene tanta sangre?!

Una mano se coloca en mi espalda, sé quién es, y lo dejo ayudarme. Una vez que estoy frente a frente con todos, Cheongsan sube su mano a mi brazo y pregunta lo que todos quieren saber.

—¿Estás herida?

Su voz es calma, serena, me golpea como una ola de alivio, y no sé porqué, pero me da ganas de llorar.

—No es mi sangre—, le aseguro. Su expresión se relaja, veo el alivio en sus ojos. —No es... no es mi sangre—, repito para el resto, conteniendo el llanto, —No estoy herida. No me mordieron, ni nada. Estoy bien—, susurro lo último mirando a Cheongsan, quien aprieta sus labios y asiente con la cabeza, a continuación, hace algo que no espero, pero que necesito íntegramente.

Él me da un abrazo.

Me acerca a su cuerpo tirando suavemente de mi brazo. Golpeo contra su pecho, y hundo mi rostro en él. Enseguida coloca su cabeza contra mi hombro, sus brazos me rodean, sosteniéndome. También lo abrazo.

Debe notar que comienzo a llorar, porque empieza a murmurar cerca de mi oído. —Ya está, estás bien. Te tengo.

Siento un toque en mi espalda, y aunque no quiero me separo del abrazo, pero Cheongsan no suelta mi mano.

Me encuentro con On-jo, y le dedico una leve sonrisa. —Me alegra que estés bien—, dice.
—Estaba tan preocupada, cuando salimos de la cafetería, con Cheongsan, te buscamos entre la gente pero no estabas en ningún lado, todos seguían atacandose...

𝐀𝐏𝐎𝐂𝐀𝐋𝐘𝐏𝐒𝐄 | 𝐋𝐞𝐞 𝐂𝐡𝐞𝐨𝐧𝐠𝐬𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora